LIBRO IV ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO
HUMANO
CAPÍTULO XVI
Acerca de los grados del asentimiento
{Resumen - Comentario}
Las ideas principales, presentes en este capítulo,
son las siguientes:
- Con el objeto de analizar los diferentes GRADOS DE
ASENTIMIENTO, Locke, comienza haciendo referencia a la existencia de DOS
TIPOS de proposiciones que recibimos a partir de la probabilidad.
Tales proposiciones son las siguientes: A) Aquellas que conciernen a asuntos
de hecho, es decir, aquellas que son capaces de ser testimoniadas a
partir de la observación de los individuos. B) Aquellas, que por estar más
allá de la posibilidad de observación, no son capaces de un testimonio
personal, aunque si ajeno. {Texto16a}
- Por lo que se refiere a las proposiciones que Locke define como ASUNTOS
DE HECHO, señala que cuando una cosa particular está en consonancia
con nuestras observaciones personales y, al mismo tiempo, se ve atestiguada
por otros informes que lo corroboran, entonces estamos ante algo a lo que
damos asentimiento y que, además, se parece a un conocimiento cierto. Por
ejemplo, si los ingleses afirman, señala Locke, que vieron golondrinas
durante el verano, tal proposición casi merecería el mismo grado de
asentimiento que si afirmaran que 7+4 es igual a 11. Estaríamos, por tanto,
ante el grado más elevado de probabilidad ya que el consenso general de
todos los hombres concurre con la experiencia particular que un hombre puede
tener de casos similares. Locke define este grado de asentimiento como argumento
sacado de la naturaleza de las cosas mismas, y señala que esta
probabilidad se acerca a la certidumbre y gobierna nuestros pensamientos,
tal como lo haría la demostración más evidente. {Texto16b}
- El otro grado de asentimiento nos es asegurado a partir de muchos e
indubitables TESTIMONIOS. Tales testimonios, sin
embargo, deben concordar de algún modo con nuestra propia experiencia.
Así, por ejemplo, si la experiencia nos ha demostrado que la mayoría de
los hombres prefieren su interés particular antes que el público, es
evidente que nos debería merecer confianza todo aquel testimonio
histórico, relatado por historiadores de confianza, (aunque nosotros no
lo hallamos vivido directamente) que nos haga referencia a cuestiones de
este tipo. Locke señala que, en estos casos, nuestro asentimiento tiene un
fundamento suficiente como para llegar al grado de lo que podemos llamar confianza.{Texto16c}
- Locke afirma que, en los dos casos anteriores, la probabilidad lleva
consigo tanta evidencia que determina el juicio y nos deja poca libertad
para creer o no creer. Las DIFICULTADES comienzan
aparecer, sobre todo en el ámbito de los testimonios, cuando éstos se nos
transmiten de modo contradictorio, es decir, cuando sobre una misma
cuestión se nos transmiten versiones diferentes. En estos casos, señala
Locke, es cuando se hace necesario la diligencia, la atención y la
exactitud, así como la necesidad de sopesar, por parte de los que reciben
tales testimonios, los pros y los contras. Todo ello es lo que produce en la
mente estados diferentes de probabilidad y asentimiento: conjetura,
sospecha, duda, vacilación, desconfianza, incredulidad, etc. {Texto16d}
- Además de los asuntos de hecho y los asuntos basados en
testimonios, existen, según Locke, OTRA CLASE DE ASUNTOS sobre los
que los hombres manifiestan también diferentes grados de asentimiento. Una
de esas clases se refiere a la existencia o no de seres finitos inmateriales
que están fuera de nuestra posibilidad de observación (ángeles). Otra
hace referencia las causas ocultas que parecen regir el comportamiento de
las mayoría de las obras de la naturaleza. Locke afirma que, en estos
asuntos, la ANALOGÍA es la única ayuda que tenemos y
solamente en ella es en donde podemos fundamentar los cimientos de la
probabilidad. Así, por ejemplo, observando que por el mero hecho de frotar
dos cuerpos se produce calor, tendríamos razones suficientes (probabilidad)
para pensar que lo que llamamos calor consiste en una violenta agitación
de las partículas de la materia. Del mismo modo, a partir de la gran
diferencia que percibimos que existe entre la perfección divina y la
imperfección humana, no sería ilógico pensar (probabilidad) que
existieran seres intermedios entre Dios y los hombres. Tales seres serían
finitos o creados, como los hombres, pero inmortales e inmateriales, como Dios
(ángeles).{Texto16e}
Capitulo XVI
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