LIBRO IV ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO
CAPÍTULO IX
Acerca de nuestro conocimiento sobre la existencia
{Resumen - Comentario}
Las ideas principales a destacar, en este capítulo, son las siguientes:
Locke comienza señalando que, en los capítulos anteriores, se ha dedicado a considerar la ESENCIA de las cosas y no su existencia real. Y es que considerar las ideas, en cuanto existentes en nuestro entendimiento, no implica que tales ideas tengan una existencia real.
Señala que, a partir de ahora, va tratar de investigar acerca de nuestro conocimiento acerca de la EXISTENCIA de las cosas, asi como acerca de la manera como llegamos a él. En este contexto, y de un modo general, señala lo siguiente: tenemos un conocimiento intuitivo de nuestra existencia y necesitamos de la demostración para probar la existencia de Dios y de las cosas externas.
En relación a nuestra PROPIA EXISTENCIA, Locke, señala que la percibimos por intuición y que, por ello, no necesitamos de prueba alguna para demostrar tal existencia. Somos conscientes de que pensamos, razonamos, sentimos placer y dolor y, todo ello, lo percibimos de un modo evidente. En definitiva, la experiencia nos convence de que existimos realmente ya que en todo acto de sensación o pensamiento somos conscientes de nuestro propio ser y, por ello, llegamos adquirir el mayor grado de conocimiento posible.
¿Existen diferencias entre esta forma de
probar nuestra propia existencia y el modo como lo hizo
DESCARTES? Descartes afirmaba que la primera
verdad indubitable era el Pienso, luego existo. También señalaba
que todo ello era el producto de la intuición y no de un
razonamiento. Ahora bien, cuando Descartes hablaba de la existencia
únicamente pensaba que existíamos como una res cogitans
(substancias pensantes), lo que implicaba que sobre nuestra existencia de
tipo corporal seguía estando presente la duda. Por su parte, cuando Locke
habla de nuestra existencia: ¿se está refiriendo a nuestra existencia
mental o a nuestra existencia mental-corporal? Parece evidente que a esta
última ya que hace referencia explícita a las sensaciones de placer y
dolor como algo que nos muestra de modo evidente que existimos; y parece
evidente que tales sensaciones nunca podrían existir si no tuviéramos un
cuerpo. Por consiguiente, la existencia en Locke se refiere no únicamente a
que existimos como seres pensantes sino también como seres extensos. Lo
curioso es que Descartes también era consciente de que teníamos
sensaciones. ¿Por qué, sin embargo, esto no probaba nuestra existencia
como algo corporal? En Descartes - como buen hombre del barroco -
interferían los sueños. Por ello, dado que también había
soñado muchas veces que tenía sensaciones estando dormido (por ejemplo,
que sentía calor ante el fuego), ello era motivo suficiente para la duda ya
que ¿por qué no pensar que la verdadera realidad es la de los sueños y no
la del estado de vigilia? Como hemos visto anteriormente, estas dudas
basadas en el mundo de los sueños, le parecían a Locke un verdadero
absurdo....Pero a Descartes, no. {Texto 9a}