Las virtudes propias del intelecto son las virtudes dianoéticas o
intelectuales. Son las que Aristóteles va analizar a partir de ahora.
Texto
La parte calculativa o deliberativa de la parte racional del
alma supone la búsqueda de la verdad según deseo recto y se refiere a
realidades contingentes. Tales realidades contingentes tienen un carácter
productivo ( arte ) o un carácter de actuación ( prudencia ). Las
virtudes que se corresponden, según Aristóteles, con esta parte racional
del alma son: 1º) El arte: es una virtud intelectual de carácter
productivo y significa una disposición productiva acompañada de razón
verdadera. 2º) La prudencia es una virtud intelectual referida no a
la producción sino a la actuación. Aristóteles la define como una
disposición racional verdadera y práctica de lo que es bueno para el
hombre. El fin de la producción es distinto de ella, pero el de la acción
(praxis) no puede serlo. Más adelante, Aristóteles, analiza en
detalle estas virtudes.
Texto
Tanto la
parte científica como la calculativa pertenecen a la parte
racional del alma pues ambas persiguen la consecución de la VERDAD. Lo que
sucede es que la científica persigue la verdad lógica o puramente
intelectual; mientras que la deliberativa persigue la verdad que está
de acuerdo con el DESEO RACIONALMENTE RECTO, es decir, la verdad práctica.
Es la diferencia que existiría entre un lógico, un político prudente y un
artista. Todos poseerían virtudes intelectuales ya que persiguen la
consecución de la verdad ( intelectual ) y no, necesariamente, el ser
templados o generosos ( virtudes éticas ). No puede olvidarse que
Aristóteles aunque no llega al extremo del intelectualismo de Sócrates,
sin embargo, piensa que, por ejemplo, un político nunca podría ser
prudente sin no sabe (teoría) realmente lo que es el bien. Ahora bien, según
Aristóteles, la verdad intelectual que persigue el lógico o el artista se
diferencian en que, en el segundo, su realización no es algo uniforme y
necesario, como en el caso de una derivación lógica, en donde su conclusión
si lo es. De todos modos, la realización artística es algo intelectual
porque llevarla a cabo exige determinados conocimientos que no serían
necesarios en la realización de las virtudes morales. Es importante
entender que, según Aristóteles, no sólo hay virtudes intelectuales
que son diferentes entre sí ( sabiduría, prudencia, arte, ); sino que
también el que tales virtudes intelectuales, aún siendo diferentes entre sí,
no son éticas sino dianoéticas.
Texto
Tanto la
parte científica como la calculativa pertenecen a la parte
racional del alma pues ambas persiguen la consecución de la VERDAD. Lo que
sucede es que la científica persigue la verdad lógica o puramente
intelectual; mientras que la deliberativa persigue la verdad que está
de acuerdo con el DESEO RACIONALMENTE RECTO, es decir, la verdad práctica.
Es la diferencia que existiría entre un lógico, un político prudente y un
artista. Todos poseerían virtudes intelectuales ya que persiguen la
consecución de la verdad ( intelectual ) y no, necesariamente, el ser
templados o generosos ( virtudes éticas ). No puede olvidarse que
Aristóteles aunque no llega al extremo del intelectualismo de Sócrates,
sin embargo, piensa que, por ejemplo, un político nunca podría ser
prudente sin no sabe (teoría) realmente lo que es el bien. Ahora bien, según
Aristóteles, la verdad intelectual que persigue el lógico o el artista se
diferencian en que, en el segundo, su realización no es algo uniforme y
necesario, como en el caso de una derivación lógica, en donde su conclusión
si lo es. De todos modos, la realización artística es algo intelectual
porque llevarla a cabo exige determinados conocimientos que no serían
necesarios en la realización de las virtudes morales. Es importante
entender que, según Aristóteles, no sólo hay virtudes intelectuales
que son diferentes entre sí ( sabiduría, prudencia, arte, ); sino que
también el que tales virtudes intelectuales, aún siendo diferentes entre sí,
no son éticas sino dianoéticas.
CAPÍTULO PRIMERO Comienza haciendo referencia a la división de las virtudes
del alma en virtudes morales (éticas) y virtudes dianoéticas
(intelectuales). Tal división tiene su base en que alma posee dos
funciones: a) una es capaz de razón (entendimiento) b) la otra carece de
razón (apetito). Sobre la primera función reposan las virtudes
intelectuales y sobre la segunda las virtudes morales. Señala que sobre las virtudes morales ya ha tratado en capítulos
anteriores y que, ahora, tocar analizar las virtudes intelectuales. Por ello
afirma que, dentro de la razón o entendimiento, existen dos facultades: una
nos permite ver (inmediatamente) y establecer (demostrativamente) principios
necesarios, es decir, que son así y no pueden dejar de serlo. Otra se ocupa de las cosas
contingentes, es decir, de cosas que pueden ser de otra manera a como son. A
la primera de estas facultades la denomina Aristóteles como Ciencia
(facultad de demostración científica que trata del razonamiento mediato de
tipo inductivo-deductivo, así como de los principios que no necesitan
demostración. A la segunda la denomina como Calculativa ( facultad de
razonamiento dialéctico o de opinión ). Al finalizar el capítulo I, Aristóteles, señala que, en
adelante, va a considerar cual es la virtud que se corresponde con cada una
de estas dos facultades.
(Resumen)
Texto
CAPÍTULO SEGUNDO
(Resumen)
Antes de analizar las virtudes intelectuales, Aristóteles, señala lo siguiente: todo obrar es una mezcla de intelecto y de apetito. Esto quiere decir que para poder alcanzar la verdad y poder obrar correctamente, es necesario contar con la existencia de los sentidos, del entendimiento y del apetito. Los sentidos son esenciales para poder conocer, pero, sin embargo, no son imprescindibles para el obrar. Por su parte, el entendimiento es la base de la verdad tanto teórica como práctica. Por último, el apetito es la base de toda actuación buena o mala.
Las virtudes tienen su base tanto en el intelecto como en el
apetito. Por eso dice Aristóteles: la virtud moral es hábito
(acto-apetito) escogido voluntariamente (intelecto), y la elección
voluntaria (intelecto) es apetito puesto en consulta. En definitiva, para
que exista la virtud la razón ha de actuar siguiendo la al entendimiento y
al apetito que actúe según el deseo recto.
CAPITULO TERCERO
(Resumen)
Aristóteles comienza, a partir de este este capítulo, el análisis e cada una de las virtudes intelectuales. Inicia su análisis con la que denomina como Ciencia y que se correspondería con la virtud intelectual que da lugar a la denominada Sabiduría y que abarcaría lo que anteriormente hemos denominado como Epísteme y Nous.
La Ciencia trata sobre cuestiones que no pueden ser de otra manera a como son. La base de las mismas reside en cosas que son entendidas por inducción y por deducción.
La Ciencia es una hábito demostrativo que actúa sobre principios universales y necesarios bien de modo inductivo o bien de modo deductivo o bien sin necesidad de demostración (primeros principios).
Cuando una persona domina todo el tipo de saber señalado
podría decirse que posee la virtud intelectual de la SABIDURÍA
TEÓRICA.