Hablemos a continuación
de Generosidad. Parece consistir en el término medio respecto de las
riquezas:
en efecto, el generoso no es alabado en las cosas de la guerra, ni en aquellas
en que lo es el hombre morigerado, ni tampoco en los juicios, sino por el modo de
dar y tomar riquezas, sobre todo de dar. Y llamamos riquezas a todo aquello cuyo
valor se
mide en dinero. También se refieren las riquezas la prodigalidad y la
avaricia,
exceso y defecto respectivamente. Atribuimos siempre la avaricia a los
que se afanan por la as riquezas más de lo debido, pero la prodigalidad la imputamos a
veces, en un sentido complejo, porque llamamos pródigos a los incontinentes y a
los que gastan con desenfreno. Y esta es la razón de que nos parezcan más viles,
ya que tienen a la vez muchos vicios. Por tanto, no se los designa con propiedad
porque el pródigo es el que tiene un vicio concreto, el de malgastar
su hacienda; es pródigo, en efecto, el que se arruina a sí mismo, y la
destrucción de la fortuna se considera como la ruina de uno mismo porque se
cree que la vida depende de ella. Tomamos, pues, la prodigalidad en este
sentido. De las casas que tienen uso, es posible usarlas bien o mal, y la
riqueza pertenece a las cosas útiles. Ahora bien, usa mejor cada cosa el que
tiene la virtud relativa a ella; usa, pues, mejor la riqueza el que tiene la
virtud relativa al dinero, y éste es el hombre generoso. El uso del dinero
parece consistir en gastarlo y darlo; la ganancia y la conservación son más
bien adquisición. Por eso es más propio del generoso dar a quienes se debe
dar que ganar de donde debe y no ganar de donde no debe. En efecto, es más
propio de la virtud hacer bien que ser objeto de ello, y más practicar lo que
es honroso que abstenerse de practicar lo que es vergonzoso. Es clara que el
hacer bien y practicar acciones nobles van con el dar, y el comportarse
pasivamente bien o no hacer cosas feas van con el recibiría gratitud se tributa
al que da no al que toma y el primero recibe también más alabanzas
.... Y se da el nombre de generosos a los que dan, pero los que no toman no son
alabados por su generosidad, sino más bien por su justicia. Los generosos son quizá
los más amados entre los que lo son por virtud porque son útiles, y los son al
dar .... El generoso dará, pues, por nobleza y rectamente: a quien debe,
cuanto y cuando debe y con todas las demás condiciones de la recia manera de
dar. Y esto con agrado y sin pesar .... Siendo, por tanto, la generosidad un
término medio relativo a dar y tomar riquezas, el generoso dará y gastará en
lo que se debe y en cuanto se debe .... ;y tomará de donde debe y cuanto
debe, pues siendo la virtud un término medio relativo a dar y tomar
riquezas, el generoso, respecto a ambas ambas cosas, hará
las dos como es debido ..... En relación con la generosidad, la
prodigalidad y la avaricia son exceso y defecto, y en dos cosas, en el dar y en
el tomar porque el gasto lo incluimos en el dar. Por consiguiente, la prodigalidad
se excede en dar y en no tomar y peca por defecto en tomar, la avaricia poca por
defecto en dar y se excede en tomar .... De todos modos, el pródigo ...
si
encuentra quien se cuide de él puede llegar al término medio y a lo que es
debido. En cambio, la avaricia es incurable
( parece, en efecto, que la vejez y
toda incapacidad vuelven al hombre avaros ) y más connatural al hombre que la
prodigalidad, pues la mayoría son más amantes del dinero que dadivosos.
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