También se discute si deben deshacerse o no las amistades cuando los amigos
no siguen siendo como eran. ¿No es claro que cuando los amigos lo son por el
interés o por el placer, no hay nada absurdo en que se separen cuando ya no
reúnen aquella condición? Eran, en efecto, amigos del interés y del placer,
y, al faltarles eso, es lógico que no lo quieran......Por otra parte, si se acepta a alguien en la idea de que es bueno y luego se
vuelve malo y lo parece,
¿deberá uno seguir queriéndolo?....¿Debe romperse inmediatamente esa
amistad? ¿O no deberá hacerse esto....sólo cuando la maldad del amigo sea
incurable? Porque si se admite la corrección se debe más bien acudir en ayuda
de su carácter y de su hacienda, por cuanto esto último es mejor y más propio
de la amistad......Por otro lado, si uno de los dos amigos permanece tal como
era, y el otro se hace mejor y llega a aventajarle mucho en virtud, ¿deberá
éste seguir tratando al primer como amigo? ¿O no es posible? Es evidente que
se produce entre ellos una gran separación, como suele ocurrir en las amistades
de la infancia; porque si el uno sigue teniendo mentalidad de niño y el otro
alcanza la madurez de un hombre, ¿cómo podrán ser amigos si no tienen los
mismos gustos y les agradan o desagradan cosas parecidas?...En este caso no es
posible seguir siendo amigos pues es imposible la convivencia....Ahora bien,
siempre deberá uno acordarse del trato que hubo entre ellos, y lo mismo que
pensamos que debe favorecer a los amigos antes que a los extraños, así
también hay que conceder algo a los que fueron, por causa de la amistad pasada,
cuando la ruptura no se ha producido por un exceso de maldad.
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