PLACER Y ACTIVIDAD ESPECÍFICA

Lo mismo podría deducirse del hecho de que cada placer está íntimamente unido a la actividad que perfecciona. En efecto, cada actividad es intensificada por el placer que le es propio....; por ejemplo, llegan a ser geómetras y comprenden mejor la geometría los que se deleitan en ella. Por consiguiente, los placeres intensifican las actividades.....Esto resultará todavía más claro del hecho de que el placer producido por una actividad es un obstáculo para otra. Así los aficionados a la flauta son incapaces de prestar atención a una conversación si están oyendo a un flautista, porque encuentran mayor deleite en su arte que en la conversación presente; luego, el placer de la flauta destruye la actividad de la conversación. Lo mismo acontece en los demás casos, siempre que nos ejercitamos a la vez en dos cosas: la más agradable expulsa a la otra.....Por eso.....hacemos una cosa cuando no nos agrada mucho otra; así los que comen golosinas en los teatros lo hacen sobre todo cuando los autores que se disputan el premio son malos......Parece también que cada animal tiene un placer que le es propio, así como tiene una función, a saber, el que corresponde a su actividad.....Así los placeres de los animales específicamente distintos difieren específicamente, mientras que, como es lógico, los de los mismos animales no son diferentes. En los hombres varían no poco, pues las mismas cosas agradan a unos y molestan a otros, siendo para unos molestos y odiosas y para otros gratas y amables.......Pero debe considerarse que, tratándose de cosas de esta naturaleza, la impresión verdadera es la del hombre bueno....y serán placeres los que se lo parezcan a él. Y es que si las cosas que para éste son molestas parecen agradables alguno, ello no es de extrañar, pues en los hombres hay muchas corrupciones y vicios....Por consiguiente, de los placeres que, a juicio de todos, son vergonzosos no se ha de decir que son placeres, excepto para los hombres corrompidos. Pero de los considerados como buenos, ¿cuál, o de que índole hemos de decir que es el propio del hombre? ¿No resulta evidente esto de sus actividades? A estas, en efecto, siguen los placeres. Por consiguiente, ya sea una, ya sean muchas las actividades del hombre perfecto y feliz, se dirá que los placeres que las perfeccionan son eminentemente placeres propios del hombre, y los demás, secundariamente y de lejos, así como las actividades a que corresponden.
Aristóteles. Ética a Nicómaco. Libro X. Capítulo V

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