Antepasados:
Aunque hoy sabemos que no es cierto, durante tiempo se pensó que lo orígenes de Nietzsche no eran alemanes sino polacos.Culpable de esta visión son tanto las
notas de la hermana de Nietzsche, fechadas en 1883 como las palabras que el 10 de abril de 1888 el mismo Nietzsche escribe a Brandes.
Todo esta visión, sin embargo, es insostenible. Lo que sabemos con certeza acerca de los antepasados de Nietzsche es lo siguiente:

Su padre: Karl Ludwig Nietzsche
Karl Ludwig Nietzsche, padre de Friederich Nietzsche, estudió teología en Halle. Fue preceptor privado y educador en la corte ducal de las princesas Therese, Elisabeth y Alexandra. Guardarían siempre un acuerdo agradable de él y protegerían a su familia despues de su temprana muerte. Acabaría por ser nombrado pastor en el pueblo de Röcken, junto a Lützen en donde llegaría a tener su propia casa, junto con su madre Erdmunde y su hermanas Auguste y Rosalie.
El padre de Nietzsche, que era alto, esbelto y de ojos oscuros, acabaría por entrar en relación con la familia Oehler al conocer a Franziska, hija de David Ernst Oehler, pastor de Pobles.
Biografía de Nietzsche







































































































































































Su madre: Franziska
Franziska solamente tenía 17 años pero ello no fué obstáculo para que Karl Ludwid Nietzsche y ella se casaran, en Röcken, el 10 de octubre de 1843, precisamente el día en que el novio cumplía 30 años. La madre de Nietzsche, Franziska, fue una mujer con gran sentido común. Aunque su formación era dificiente, solía recitar poesía con voz sumamente agradable. Pero lo cierto es que, un año despues de la boda, y sin haber cumplido aún los 19  años, dió a luz a un hijo que nació el 15 de octubre de 1844 y  al que su padre puso el nombre (en honor a su venerado rey) Friederich Wilhelm.

Te llamárás hijo mio, dijo el día del bautizo, sobre la tierra, Friederich Wilhelm, en recuerdo de mi benefactor real, el día de cuyo cumpleaños naciste.

El 10 de julio de 1846 nació una hija a la que pusieron el nombre de Elisabeth. En febrero de 1848 tuvieron un segundo hijo que recibió el nombre de Joseph.
De pequeño, Nietzsche, parece que tardó más de lo normal en empezar a hablar, aunque, cuando lo hizo, todo discurrió normalmente. Lo que más le encantaba de niño era contemplar a su padre improvisando delante del piano. Era de caracter tranquilo aunque con accesos de cólera: cuando algo no le iba según sus deseos, se tumbaba de espaldas al suelo y movía con furia las piernas. Los testimonios futuros de Nietzsche muestran que de los años infantiles le quedó un recuerdo de profunda afección hacia su padre. En Ecce homo, Nietzsche afirma lo siguiente acerca de él
Algunos hemanos de la señora Nietzsche fueron  psiquicamente anormales; una hermana suya llegó a suicidarse, otra se volvió loca. A ello hay que añadir que su hermano padeció, a los 68 años, transtornos psíquicos. Qué este fue una asunto que parece que preocupó a Nietzsche, lo demuestra la carta que escribe a su madre a raiz de la muerte de su tío el pastor Theobald Oehler en el verano de 1881. Estos enfrentamientos, ya desde pequeño, con su madre nos muestran su verdadero caracter entre irónico y realmente crítico con todo intento de ocultación.
Su madre (deseosa de ocultar la locura de su hermano) le replicó enérgicamente pocos días despues (el 13 de julio de 1881) y reformuló el asunto en los siguientcs términos:

Si creo que eso es lo más probable: en un estado de excitación de ánimo el pobre Theobald quiso tomar un baño (para tranquilizarse) y le dio el golpe. Eso pasa a menudo.»

Un año después, Nietzsche, llegó incluso a formular, en carta a Paul Rée del 11 de marzo de 1882, la siguiente interpretación:«Imagínese usted que el verano pasado uno de mis parientes más próximos sufrió tal ataque en el baño, que no habiendo nadie cerca de él, se ahogó.»
Biografía de Nietzsche







































































































































































Años tristes: (1848-1850)
Pero en el año 1848 la felicidad de la casa pastoral de Nietzsche tuvo un final brusco. El padre enfermó y murió el 30 de julio del año siguiente,1849. Su muerte parece que fué debida a un tumor cerebral.
Pero no terminaron ahí las desgracias. En febrero de 1850 murió tambien el hermano más joven de Nietzsche, Joseph, a consecuencia, según informes de la madre, de espasmos debidos a la dentición. El profundo impacto que este triste acontecimiento produjo en Nietzsche le lleva a informarmos como tuvo un
sueño premonitor poco antes de poner su hermano enfermo.
Biografía de Nietzsche







































































































































































NAUMBURG:
Todas estas desgracias hacen que la vida de Nietzsche en Röcken tuviera que finalizar. Su madre toma la decisión de trasladarse a Naumburg a comienzos de abril de 1850. Ello significaría tambien para el pequeño Frederich una profunda decepción. Apenas puede dormir la noche de la despedida y cuenta, como al bajar al patio, pudo observar como los carruajes de la mudanza iban siendo cargados a la luz de linternas. Esta melancólica escena nocturna le acompañó largamente, y tuvo que pasar no poco tiempo hasta poder considerarse reconciliado con su nueva localidad.
En Naumburg, Friederich Nietzsche, experimenta sus primeros años de colegio. En principio fue enviado a una escuela pública con el objetivo de que se relacionase con jovenes de otras capas sociales y así aprendiese a aumentar su comprensión social, lo que podría servirle como futuro pastor. Sin embargo, la esperada camaradería de Nietzsche con otros muchachos no llegó a producirse. Siempre vieron en él a alguien extraño. Era demasiado educado y afable. Con 19 años, Nietzsche recordará esta étapa, como la época de la dignidad de un pequeño filisteo. Del año transcurrido en la escuela pública nos ha quedado una
anécdota que nos cuenta su hermana y nos muesta   como parece que era Nietzsche de niño.
La poca adaptación de Nietzsche a la escuela pública fue motivo para que lo cambiaran de colegio y lo enviaran al Instituto privado del candidato Weber. En él pasará Nietzsche el período de su vida comprendido entre la primavera de 1851 y el otoño de 1854. Tambien allí hará lo primeros amigos de los que tenemos constancia: Wilhelm Pinder y Gustav Krug.
En el Instituto lo esencial era la enseñanza religiosa, con un aprendizaje rudimentario de griego y de latín. Al margen del mismo, Nietzsche, muestra interés por la música y la poesía. Afirma escribir un poema cada tarde y muestra admiración por la música clásica (Mozart, Haydin, Beethoven y Bach) y desprecio ante la música moderna, que, en aquella época, era la música de Liszt y de Berlioz.Por lo demás, la vida de Nietzsche discurre, durante estos años de instituto, sin muchos sobresaltos. En casa vive rodeado de mujeres (madre, hermana y abuela) y de una paz entrañable. Su hermana lo adoraba. Su abuela Erdmuthe le contaba  historias de su juventud y de Napoleón. Parece que está imágenes sobre la figura de Napoleón quedarían grabadas de modo imborrable en la memoria del muchacho. Por su parte, sus amigos eran afables y sensibles con él, amén, de considerarlo como superior y guía. Su madre, con 30 años, decide tomar casa propia. Ello hace que en el verano de 1858 se  muden a una casa situada en Weingarren 18, en donde la madre de Nietzsche viviría hasta el día de su muerte en 1897.
Ese mismo verano la madre de Nietzsche recibirá una carta del rector de la Escuela Provincial de Pforta en donde se ofrecía una beca a su hijo para que continuara allí sus estudios. La aceptación sería inmediata, iniciándose otra etapa en la vida del joven Frederich.
Biografía de Nietzsche

































































































































































PFORTA: Período inicial
La escuela provincial de Pforta pasaba por ser el mejor centro de formación humanística de la época. Surge en 1543 a partir de una abadía cisterciense y, por ello, ocupaba una gran extensión y estaba protegida por gruesos muros conventuales. En torno a los claustros conventuales, el edificio contaba con las aulas necesarias para los alumnos, asi como instalaciones para el baño y el deporte. Contaba tambien con un gran jardín y viviendas para 12 profesores. Los alumnos internos no podían pasar de 180. Los denominados Extraneer, eran alumnos pensionados y no podían pasar de 20.
La escuela tenía, en su funcionamiento interno, un gran parecido con las instituciones prusianas de formación de cadetes, con la diferencia de que en vez de formar militares, impartían enseñanzas humanísticas, alentadas esencialmente en el espíritu de la antigüedad. Nietzsche mostrará su preferencia por Salustio al que denomina como el más brillante, florentissimus de los escritores romanos. Tambien se impartía enseñanza acerca de la literatura tanto alemana como universal.
Nietzsche ingresó en Pforta el 5 de octubre de 1858 despues de conseguir una beca de la ciudad de Naumburg. En los primeros tiempos siente gran nostalgia por su familia y escribe siempre, a primeras horas de la mañana, una carta a su madre. Poco a poco, sin embargo, se irá integrando en la disciplina  y el estudio de la escuela. Su comportaamiento no era malo pero tampoco ejemplar como lo demuestran el que más de una vez sus profesores se quejaron de él. En este contexto es muy revelador el
episodio que tendrá lugar en 1862 en Pforta y que el mismo Nietzsche cuenta a su madre.
En Pforta, Nietzsche, no mantuvo relaciones cálidas con sus condiscípulos. No le atraían las masivas y ruidosas diversiones. Así, por ejemplo, en una excursión, mientras sus compañeros van a beber a una bodega, el se siente feliz subiendo sólo a la torre del pueblo. Sobre la experiencia escribe:

Sin otra compañía que la mía,
que ellos se entreguen en los sótanos a sus libaciones
hasta caer en el suelo.
Yo practico mi oficio de señor.

Durante su estancia en Pforta, los amigos de Nietzsche siguen siendo Krug y Pinder. Con ellos se conjura en la torre de Schöngurg, para fundar, el 25 de junio de 1869,  una alianza a la que dieron el nombre de Germania.
Biografía de Nietzsche

































































































































































PFORTA: PERÍODO FINAL
El final del período escolar en Pforta representa la primera crisis seria de Nietzsche. Comenzaron a resultarle agobiantes tanto la estrechez de miras de la escuela como de su piadosa casa materna, asi como el nivel intelectual de los dos amigos de Naumburg y la asocición Germania.
En relación con ellos, el distanciamiento fue cada vez a más y la crítica de Nietzsche pasa a ser dura y segura de sí misma en demasía. Resulta perceptible tanto el rigorismo tan desagradable que Nietzsche mostrará con sus amigos, como la ironía crítica que tanto daño podía causar. Todo ello provocó que, a partir de 1862, los escritos enviados por sus dos amigos cesaron por completo.
Es tambien evidente la manifestación de la crisis de pubertad que sacude violentamente sus sentimientos vitales,oscilando entre la veneración y la rebelión, entre el orgullo y el autoodio. De este tipo de sentimientos da fé el siguiente escrito que envió a su hermana:

No sé qué amo,
no tengo paz ni descanso
no sé qué es lo que creo,
¿por qué vivo aún, para qué?

El 28 de julio de 1862,  mientras leía el Emile de Rousseau, Nietzsche, envia a   uno de sus condiscípulos, llamado Granier, y que luego se haría médico, un fragmento de novela títulado Euphorion, que nos muestra claramente cual era su estado de ánimo  por estas fechas.
En esta época idolatra las figuras de Shakespeare y Byron. Tambien lee en 1862 el Principe de Maquiavelo.
La inquietud de esta época era tan grande que Nietzsche se convierte en un burlón y un cínico. Ello le llevó a buscar contacto con los compañeros de escuela que menos se sometían a la disciplina y la coacción escolar. Entró en estrecho contacto con Guido Meyer, muchacho dotado artística y fisicamente. Era un excelente dibujante de caricaturas y en guerra permanente con los profesores y el orden de la escuela. Acabaron expulsándole. Nietzsche dirá a su madre que fue el hecho mas triste e injusto que sucedió en Pforta. Despues de su partida, el 14 de abril de 1863 se emborracha, junto con Richter, en la estación de Kösen y son descubiertos por uno de los profesores de la escuela. Fué destituido como primus y pasado a un tercer lugar. Esta vez se sintió culpable, sobre todo, al comprobar lo mal que soporta el alcohol. En Ecce homo escribe sobre este tema.
Otros poemas de esta época nos revelan a un Nietzsche escindido entre Dios y verdad. Afirma que lo único que llega a llenarle es la nostalgia de la muerte.

Ay, si en mí cansancio del mundo
pudiera volar lejos,
y como la golondrina hacia el Sur
caminar hasta mi tumba:
el aroma de la tarde de estio alrededor mío,
y cintas doradas.
Aroma de las rosas de las coronas murtuorias
y risa infantil y discursos.

Se plantea tambien a que va dedicarse en su vida. Durante un tiempo tuvo la idea de dedicarse a la música: cuando no oigo música, todo se me aparece muerto, afirma en abril de 1863. Pero será el amor a la antigüedad lo que le decida dedicarse a la Filología.

Sólo en los últimos años de mi vida en Pforta abandoné, conociéndome al fín más exactamente a mi mismo, todo plan vital centrado en el arte; el hueco así abierto fue ocupado, desde ese mismo momento, por la filología.

Y es que Nietzsche, frente a su desasosiego interno, necesitaba, en esos momentos, de una ciencia que le obligara al estudio serio y friamente lógico, aunque sus resultados no debieran dejar frió al corazón. Y eso se lo ofrecía en su época la Filología y científicos como Steinhart o Corssen. Su interés por la filología le llevó, siendo alumno del último curso, a realizar un comentario al primer coro del Edipo Rey, que prefigura lo que será posteriomente su Origen de la Tragedia.
Es evidente que con las idea aquí desarrolladas siguió Nietzsche trabajando en años sucesivos hasta que despues de su encuentro personal con Wagner, venga a publicar El origen de la tragedia.
El trabajo de fin de curso, el denominado trabajo de valedicción, lo realiza Nietzsche sobre Teognis de Megara. De todas formas se ha exagerado sobremanera la entrega personal de Nietzsche con este autor y su influencia en cuestiones de tipo ético. El 8 de julio de 1864 acabo su trabajo y en carta a Deussen se refirió a él en los términos siguientes.
Se ha afirmado posteriormente a menudo que Nietzsche vio en el aristócrata Teognis, campeón de la nobleza dórica, una naturaleza próxima a la suya, incluso que la ulterior transvaloración de todos los valores que Nietzsche llevó a cabo tuvo aquí su configuración primera. Pero de todo ello no cabe ni hablar en lo que hace a este trabajo de la época de Pforta. Nietzsche unicamente afirma que Teognis luchó al lado de la nobleza y en contra del Partido popular. Caracteriza a los nobles como los buenos (tous agazous) y al partido popular como los malos (tous kakous). Pero en ningún momento se identifica Nietzsche con Teognis.Todo lo contrario, como puede verse en la caracterización que realiza de Teognis.
Despues de presentar su trabajo de validación, Nietzsche, se presenta el 4 de septiembre de 1864 en Naumburg con el curso acabado.. Finaliza así  su período de formación en Pforta. Su nuevo objetivo: estudiar en Bonn.
En 1887 Nietzsche,recordando su época de Pforta, realiza el siguiente comentario.
En Agosto de 1859 el propio Nietzsche describe en su diario la jornada de los internos de Pforta.
Biografía de Nietzsche




































































































































































BONN
Al finalizar sus estudios en Pforta, Nietzsche, siendo fiel a los deseos de su madre, mandó reservar matrícula en la facultal de Teología de Bonn. Allí llegó el 16 de octubre de 1864 con su amigo Deussen. Despues de visitar una docena de las más diversas habitaciones para estudiantes, alquilaron dos, una enfrente a la otra, al maestro tornero Oldag. Entre las ventajas que Nietzsche encontraba en su nueva habitación estaba su proximidad a la casa natal de Beethoven.
Nietzsche no se encontraba especialmente atraido por la carrera teológica, o cuanto menos, filológica, en el sentido de entregarse totalmente a ella. Lo cierto es que se había matriculado en teología por amor a su madre. Al final de la época de Leipzig escribía:
De la teología me preocupé tan sólo en lo relativo a lado filológico de la crítica bíblica y al problema de la investigación de las fuentes del Nuevo Testamento. Es lo único que me atrajo....
Nietzsche, en Bonn, siempre  se consideró como un estudioso de las artes liberales en general  y, por ello, buscó más la vida y el arte que los libros y las aulas.
Para empezar se hizo miembro de la corporación estudiantil
Franconia. Lo cierto es que, durante su estancia en Bonn, sus estudios le importaban muy poco. Por ello, en los primeros trimestres lo que le importaba era, por un lado, hacer vida de relación, y, por otro, asistir a todas las manifestaciones artístico-musicales a las que su cuerpo aguantara.Oyó gran cantidad de conciertos. En esta época sentía gran admiración por el Manfred de Schumann. Su descripción acerca de su experiencia en los tres días del Festival musical de Köln nos demuestra claramente el entusiasmo estudiantil con que vivió esos días.
En esta época, Nietzsche, no dejó de visitar ninguna cervecería, ni de tomar parte en ninguna farra importante. Siempre andaba escaso de dinero. Los 30 táleros mensuales que le había asignado su madre y su tutor le resultaron insuficientes desde el principio. Tampoco cuando le subieron la suma a 40 táleros -que era mucho dinero para un estudiante de la época- tuvo bastante.De sus correrías amorosas no ha quedado ningún testimonio suyo propio. Unicamente contamos con la descripción de su amigo Deussen.
Cuando llegó a casa en las vacaciones de Pascua de 1865, Nietzsche, estaba muy cambiado. Había engordado a causa de la cerveza y había cambiado en su forma de hablar, que de ser muy cuidada en sus expresiones, pasó a ser más campechana y veraz. Había dejado atrás todo disimulo por razones de tacto y delicadeza, para pasar a exponer crudamente sus puntos de vista. De este modo dio a conocer a su madre no sólo su decisión irrenunciable de dejar definitivamente la teología, sino que no dudó en criticar muy crudamente al Cristianismo, negándose a ir con ella y con su hermana a la iglesia con ocasión de la festiviad pascual.
A su madre se le hundió el mundo. Todas sus esperanzas de ver a su hijo por el camino del padre se habían esfumado. Por primera vez tuvo lugar una escena muy violenta entre ellos. De todos modo, no llegó la sangre al río. Su madre siguió durante toda su vida entregado de corazón a su hijo. Y Nietzsche tomó buena nota de que en presencia de su madre no debía hablar de sus dudas de fé ni tratar temas relacionados con la religión. Ambos se  esforzarían durante toda su vida por respetar  un pacto de tolerancia mutua.
Con su hermana Elisabeth la relación fue muy diferente. Adoraba a su hermano y lo deificó literalmente. Asi se dejó adoctrinar por él y de modo voluntario. Lo que Nietzsche decía y escribía tenía para ella valor de palabra revelada. Pero como tambien amaba profundamente a su madre, le toco jugar el papel de reconciliadora. Pero ello, no debe llevarnos a engaño. Aunque pequeña, estaba bien hecha fisicamente, con manos y pies de notable belleza. Y tenía un gran temperamento. Nietzsche le puso el mote de "la llama". 
Sin embargo, la vida que Nietzsche llevaba en Bonn no era lo que realmente deseaba. Experimento cierto sentido de culpabilidad por haber malgastado un año. Pero tambien supo aprender de esta experiencia. Un semestre perdido en los estudios, debió pensar Nietzsche, pero ganado de cara al conocimiento de uno mismo.
Nietzsche decide abandonar Bonn y trasladarse a Leipzig a estudiar filología. Allí iba a estar de profesor alguien que ya admiraba en Bonn: Ritschl.
Biografía de Nietzsche








































































































































































LEIPZIG
Nietzsche llega a Leipzig el 17 de octubre de 1865. Aquí vivió hasta la primavera de 1869 -con interrupciones debidas al servicio militar- años decisivos de estudiante universitario. Despues de una larga búsqueda de hospedaje, alquiló, junto a su amigo Mushacke, a un viejo librero llamado Rohm, una habitación, ya  en el suburbio de la ciudad, en la
calle Blumengasse (hoy la calle Scherl) en el número 4. Una de las primeras cosas que hizo Nietzsche en Leipzig fue desvincularse totalmente de la Asociación de los francones a los que que había pertenecido en Bonn. La siguiente fue tomar la firme decisión de trabajar seriamente en relación con la Filología. De todos modos, aunque trabajó seriamente en este campo, la filología siempre la entendió como un medio y no como fín. Le ofrecía imágenes de un mundo grandioso, pero indefectiblemente muerto. Por ello, aunque le fue, hasta 1879, profesionalmente fiel siempre se aproximó a ella con ojos de artista. Aunque aprendió la técnica rigurosa y llegó a dominarla, el nivel de puro ejercicio técnico con ella siempre lo dejó, como veremos insatisfecho. De todos modos, es evidente que se entregó con celo a su estudio, de la mano de su maestro Ritschl al que siempre respetó y admiró. Puede verse como describe Nietzsche la lección inaugural de Ritschl el 25 de octubre de 1865. Nietzsche asistió a los cursos de Ritschl, pero no se dedicó a copiar apuntes. Le interesaban otras cosas. Pero antes de dedicarse con todas sus fuerzas a su objetivo filológico, Nietzsche experimentó una vivencia espiritual llamada a ejercer sobre él una influencia duradera. El mismo nos cuenta como llegó a descubrir el pensamiento de Schopenhauer. La primera lectura de El mundo como voluntad y representación de Schopenhauer debió tener lugar entre finales de octubre y comienzos de noviembre de 1865. El libro correspondía enteramente a los estados de ánimo que dominaban en Nietzsche:desprecio a los hombres, desesperación y necesidad de redimirse mediante un arte libre de todo interés que tenía su forma más pura en la música que Nietzsche tanto amaba. Por otro lado, frente a falta de sentido de la existencia, era necesario seguir el camino del asceticismo.El estado de ánimo de Nietzsche por estas fechas lo describe claramente la carta que el 5 de noviembre de este año escribe a su madre.En esta época, sin embargo, Nietzsche no aspiraba a hacerse con conocimientos de tipo filosófico en general. Ni siquiera asistió a los cursos de filosofía que se impartían en la Universidad. Dos cosas le hicieron disistir de tal idea: una, los virulentos ataques de Shopenhauer a todos los filósofos de cátedra; la otra el encuentro personal con el filósofo Schaarschmidt, ante quien Nietztsche y Deussen se miraron con asombro y se preguntaron: "Así, pues, ¿esto es un filósofo?. Por todo ello, la filosofía decidió estudiarla en los libros. Por otro lado, la revelación filosófica del contenido trágico de la vida presente en Schopenhauer no implicó que Nietzsche abandonará la Filología. Sin embargo, ésta estárá siempre condicionada, a partir de ahora, por la filosofía. El 4 de diciembre de 1865 Ritschl invitó a cuatro de sus estudiantes más aventajados (entre ellos a Nietzsche) y le propuso fundar una Asociación Filológica en donde publicar sus trabajos. Nietzsche aceptó encantado. A partir de ahora Nietzsche comienza a sacar a la luz una serie de trabajos relacionados con la Filología. Pudiera parecer que Nietzsche debería estar orgulloso y totalmente satisfecho. Sin embargo, ello no era así. Puede verse lo que comenta a Rohde en carta fechada el 1-3 febrero de 1868 sobre uno de los premios a sus trabajos.
Toda esta intensa vida espiritual no implica que a Nietzsche haya que considerarlo como un ratón de bibliotéca o un ermitaño sedentario. Llevaba una vida de estudiante libre que visitaba asiduamente bares y café (Café Kintschy) en donde leía los periódicos y discutía con sus amigos. En esta época es de destacar el inicio de su íntima amistad con Erwin Rohde. Además, sabemos que por estas fechas de Leipzig estuvo en tratamiento médico a causa de una  infección sifilítica. No parece que tratamiento causara en Nietzsche una profunda impresión. Parece que lo asumió como un episodio sin importancia y sin mayores consecuencias. A la larga, sin embargo, no sería así. El médico psiquiatra Lange - Eichbaum nos dice: Un conocido médico berlinés del sistema nervioso me comunicó que Nietzsche había cogido en su época de estudiante, una infección luética en un prostíbulo en Leipzig  y que había sido tratado contra la sífilis por dos médicos de Leipzig.
De todas formas, la mayoría de los documentos relacionados con este asunto fueron destruidos (cartas de Möbius). Lo que si parece ser cierto es que la parálisis ulterior, que llevará a Nietzsche al derrumbamiento, unicamente tiene su causa en una sífilis.
A finales de junio de 1867, Nietzsche se forjó el proyecto de trasladarse a Berlín el semestre siguiente con el objeto de llevar a cabo en esa ciudad el servicio militar.
Biografía de Nietzsche







































































































































































BERLÍN
(
Servicio Militar)
A comienzos de 1867
Nietzsche tomó la decisión firme de trasladarse a Berlín para cursar un simestre del invierno y aprovechar par cumplir su servicio militar como voluntario. Ya había pasado por su cabeza el hacerlo al finalizar Pforta pero le pareció demasiado fuerte. Por ello afirma por aquella época: ¡Primer Pforta y luego los suboficiales! No. El animal del desierto ama la libertad!
El 26 de Septiembre de 1867
tuvo que pasar la revisión y fue encotrado hábil para el servicio. El 5 de octubre partió para Berlín. Pero allí se enteró de que los Regimientos de Guardia no admitían voluntarios para un año. Tuvo entonces que incorporarse el 9 de octubre de 1867 en Naumburg a la segunda batería de la sección a caballo del Regimiento de Artillería número 4.
En el servicio militar no le fué de todo mal. Cumplía con sus obligaciones diligente y voluntariamente y supo sacar placer de las prácticas de caballería con su brioso y enérgico Balduino. Por su parte Rohde le había hecho llegar un retrato de Schopenhauer que le acompañaba en sus momentos de más sufrimiento. Pero lo cierto es que no le fueron mal las cosas en la mili. El 1-3 de febrero de 1868 comenta con orgullo a Rohde que de entre 30 reclutas era considerado como el mejor jinete, y que le querían bien tanto el capitán como los artilleros. Por ello Nietzsche llegó a percibir la vida militar - no con cariño- pero si como una llamada constante a la energía del hombre, como un antídoto contra el escepticismo paralizador.
Durante el servicio militar Nietzsche no abandonó su interés ni por la filología ni por la filosofía. Sintió acrecentarse notablemente su interés por la personalidad de Demócrito y, por ello, se enfrascó de nuevo en la lectura del libro de Lange, en donde se prestaba especial atención a este filósofo, al que Nietzsche llamaba el Humboldt del mundo antiguo.
Al mismo tiempo Nietzsche confiesa que durante estos años se fué producienco en el un viraje que irá determinando su trayectoria vital. La filología -que siempre concibió como una salida pasajera a sus situación vital- comienza a verla cada vez de un modo crítico. Por ello rechaza su excesivo particularismo y su negación a asumir la totalidad del pasado. Tambien critica el usual historicismo de los filólogos alemanes afirmando que la humanidad tiene algo mejor que hacer que cultivar la historia. Que algo haya ocurrido no es pretexto suficiente para investigarlo; si tiene que importarnos es porque fue mejor que lo de hoy y puede, en consecuencia, asumir su función de ejemplo y modelo.Vemos como Nietzsche comienza a rechazar de modo claro todo intento de investigación filológica que sea unicamente fría y racional y no esté acorde con la vida. El filológo debería lograr un acuerdo profundo entre la vida y los resultados de la investigación. Tambien comienza a dudar de la validez esencial del intelecto como mecanismo esencial de conocimiento: Querido amigo, escribe en 1868 a Rohde, has transcrito y formulado algo que llevo en el corazón: en el intelecto, lo mejor es el instinto.
Biografía de Nietzsche







































































































































































Berlín
(ACCIDENTE)
En necesario referir en esta época un accidente que Nietzsche tuvo y en donde irrumpe por primera vez de una forma clara la enfermedad en la vida de Nietzsche como elemento perturbador y salvador al mismo tiempo. A comienzos de marzo de 1868 le salió mal un salto de su caballo cuando hacía uno de sus ejercicios de equitación. Se golpeó fuertemente el pecho con el borrén delantero de la silla de montar, y sintió un violento dolor. A pesar del incidente siguió cabalgando duro como era para consigo mismo-, sin atender al dolor, aunque éste iba en aumento.Por la tarde, a la hora de la intrucción, perdió por dos veces el conocimiento y tuvo ya que acostarse. «Pasé diez dias amarrado al duro lecho, en el peor sentido de la palabra, es decir, inmóvil, como clavado y atado con cuerdas, con terribles dolores, fiebre continuada, sin poder descansar ni de día ni de noche, con compresas de hielo», escribía el 3 de abril de 1868 a Rohde. «a eso vino a unirse, como funesto compañero, una tenaz gastritis catarral.» Por primera vez nos encontramos, pues, aquí con una alusión a una dolencia gástrica de Nietzsche, dolencia que tanto tendria que ocuparle después. A qué pudiera deberse el «mal estado general» que, de acuerdo con una carta a Ritschl, le obligó a permanecer inmóvil en su habitación durante varios días ya en febrero es cosa que, de todos modos, ignoramos. La gastritis catarral  fue, por supuesto, superada sin mayores complicaciones, pero no deja de resultar asumible como prueba de cierta debilidad gástrica que habría afectado a Nietzsche con anterioridad, incluso, a la afección que vino a contraer al hilo de la guerra de 1870.
Las
consecuencias del accidente fueron más graves y, aunque su estado general mejoró, la herida supurante no acababa de cerrarse, ya que a lo que parecía, además del desgarramiento del músculo se había visto afectado también el esternón. Por todo ello, decide consultar en Halle al famoso operador Volkmann; confiando en  que le dé una respuesta satisfactoria.»
El 25 de junio se presentaba, en efecto, en Halle, en la consulta de Volkmann, el famoso cirujano, autor, bajo el pseudónimo Laender, de unas Charlas ante chimeneas francesas que todavía tienen hoy lectores. Volkmann le recomendó unos baños en el balneario de aguas salinas de Wittekind. Antes de trasladarse a Wittekind visitó, entre el 25 y el 29 de junio a sus viejos amigos en Leipzig, fue tres tardes al teatro, asistió por tres veces a los cursos de Ritschl, que le invitó a almorzar el domingo, y pasó una noche en la habitación de Roscher, de donde le hicieron huir las chinches; se instaló, pues, en un hotel, donde pasó las dos noches siguientes, para hospedarse las dos últimas en casa del «maravilloso y estrafalario» Romundt, que quería conquistar por entonces la escena de Leipzig con la tragedia Mariana y Herodes, que no debió gustar nada a Nietzsche, a juzgar por sus palabras a Rohde en carta del 6 de agosto.
En un primer momento Volkmann pensó que la cura en el balneario de Wittekind no iba a poder ahorrar a Nietzsche una operación. Pero su fuerte constitución acabó por imponerse y la supuración cesó. Una serie de pinceladas diarias con yodo en la clínica de Volkmann en Halle, que eran muy dolorosas, hicieron el resto. Del 19 al 23 de julio pudo participar Nietzsche nuevamente de manera satisfactoria en la Asamblea de artistas tonales celebrada en Altenburg, y cuando a su regreso vía Leipzig se presentó de nuevo a Volkmann en Halle, éste le dio de alta. Tras cinco meses de enfermedad regresó a Naumburg el 2 de agosto. Según parece se tomó su estancia en Wittekind con buen humor y los días que pasó allí transcurrieron armoniosamente. Ya al tercer día, el 2 de julio, escribía a su «maternal amiga» la señora Sophie Ritschl -la esposa de su maestro-. Y a Rohde le escribía el 6 de agosto esbozando retrospectivamente este episodio de su vida. El 8 de agosto se ponía en comunicación con Gersdorff. Cuando a comienzos de octubre su capitán hizo constar en su certificado su cualificación para teniente de reserva en el caso de que aún sirviera un mes más y se apropiara de los conocimientos necesarios para maniobrar con tiros y troncos de caballos, le pareció haber conseguido algo muy favorable de cara a la guerra que de modo inevitable veía aproximarse. Pero lo dejó estar. Por otra parte, en el ínterín le llegó la oferta académica de Basilea. En cualquier caso, cuando el 15 de octubre, día de su cumpleaños, pudo «respirar en libertad» de modo ya definitivo, «sin la coerción del uniforme», se sintió muy feliz.  Al día siguiente partió ya, sin más dilación, para Leipzig.
La descripción de esta enfermedad de Nietzsche, que ocupó 5 meses de su vida, nos proporciona una imagen clara del modo como aceptaba su propia destino. Es evidente que parece comportarse ante ella como si ésta constituyese un puro azar, pero un azar que hay que asumir como destino y hacerlo fructificar en el propio ser. Por mucho que la enfermedad pueda parecer que paraliza y obstaculiza, Nietzsche supo sobreponerse y sacar de ella esa miel delicada que el hombre sano jamás consigue degustar. Aunque muchos psicólogos han afirmado que las enfermedades de Nietsche eran siempre huidas de algo (en este caso, sería una huida inconsciente del servicio militar que obstaculizada sus verdaderos intereses), lo cierto es que la enfermedad fue siempre una compañera asidua, parte incluso de su propia vida, desde 1870, y muy probablemente desde su más temprana juventud. Y Nietzsche comprendió muy pronto que ese era una de las partes de su destino y, por ello, intentó hacer de tal enfermedad algo fructífero para sí, sin huir de ella pero tampoco en ella complacerse.La utilizó para aumentar la tensión de su espíritu y elevar su sentimiento vital, sin por ello dejar, por otra parte, de seguir siendo su señor sobre ella. En este sentido hizo suyo el lema del maestro Eckhart: El animal que con velocidad mayor os lleva a la perfección es el sufrimiento.
Biografía de Nietzsche







































































































































































Berlín
(Conocimiento de Wagner)
Cuando Nietzsche regresa a Leipzig, el 16 de octubre de 1868, ya superada su enfermedad, y liberado del servicio militar, ya no se considera a sí mismo como un estudiante. De hecho colabora en la Rheinisches Museum, una de las revistas más importantes del mundo académico alemán. Además, proyecta su tesis doctoral. Lee al Kant de Kuno Fischer, y nos describe ya claramente su posición
ambivalente ante este gran filósofo. El es el causante, por un lado del  derrumbamiento de la metafísica como ciencia, pero, por otro lado, es tambien causante del  intento de "colarla" en el ámbito de la "cosa en sí", es decir, de algo que no podemos conocer pero si postular. 
En este período Nietzsche traba amistad con Ersnt Windisch el cual jugará un papel importante en los años que van de 1868 a 1869 en la vida de nuestro filósofo. El será quien le facilite el conocimiento de Richard Wagner.
Siguiendo el consejo de Windisch, Nietzsche, se instaló en Leipzig en la casa del profesor Biedermanm, en la calle Lessing. Contrató con tal familia habitación y manutención y, con ello, se vió libre de la sombría existencia de las buhardillas para estudiantes. Además la casa de la familia Biedermanm era frecuentada por la mayoría de los artistas de la ciudad. Allí, por ejemplo, volvió a encontrarse con la idolatrada Susanne Klemm, la pequeña lechuza. Pero sobre todo, en esta epoca tendrá la ocasión de conocer a Wagner.
Sobre Wagner, Nietzsche, en esta época, mantenía aún una actitud crítica, pero, tambien, ambivalente. Lo consideraba una diletante que absorve en su música otros elementos artísticos; pero, por otro lado, afirma que le gusta en Wagner lo que le gusta en Schopenhauer: el aire ético, el aroma faústico, la cruz, la muerte y el túmulo, es decir, la atmósfera sentimental de obras como Tristán, en donde elementos de los que se encontraba lejos intelectualmente como filólogo y filósofo, como podían ser la cruz o el túmulo, le aparecían tambien como elementos de salvación en su corazón de músico y artista. Lo cierto es que un día, al regresar a su casa despues de dar una conferencia, se encontró con una nota de Windisch que le decía: Si quieres conocer a Richard Wagner, ven a las tres y cuarto al Café theatre. Wagner se encontraba de incógnito en Leipzig, visitando a su hermana Ottilie. Amiga suya era la señora de Ritschl que le habla a Wagner de un joven discípulo de su marido, Friedrich Nietzsche, muy dotado musicalmente.  Wagner manifestó su deseo de conocer al joven. De ahí la nota que le había dejado Windisch. El propio Nietzsche, en una carta dirigida a Rodhe, nos cuenta como fué el encuentro. Es evidente que Wagner cautivó a Nietzsche. En él vió, por primera vez, despues de conocer a grandes eruditos y literatos, al artista creador. El Nietzsche, vástago de una familia de pastores, descubre en  carne y hueso la representación de un artista lleno de vitalidad que ofrece libertad plena y representa el ímpetu de una voluntad apasionada. Además, este hombre tenía el mismo dios filosófico que él: Schopenhauer, asi como el mismo desprecio por los poderes filosóficos dominantes (los mozos del comedor filosófico). No sería exagerado decir que con este encuentro el joven Nietzsche encontró al nuevo guía que necesitaba para encauzar su arduo camino filosófico. De todos modo, en el camino, el nuevo guía habría de ser tambien superado.Pero ahora, con una gran pasión comenzó a leer los poemas de Wagner asi como sus escritos estéticos de los años 1849-51, sobre todo su Opera y Drama. Describe a Wagner como  la más viva ilustración de lo que Schopenhauer definía como genio. El 20 de noviembre de 1868 afirma sentirse en la mitad del camino de su vida. Muestra tambien su deseo de penetrar en el mundo de las ciencias naturales. Y llega incluso a pensar en la necesidad de: largar la filologia al sitio que le corresponde: el desván de los antepasados. Pero otra vez, se impondrá el destino.....
Biografía de Nietzsche







































































































































































Berlín
(Cátedra de Basilea)
El 10 de enero de 1869
recibe una noticia que le conmocionó: a comienzos de diciembre de 1868 queda libre en Basilea, a consecuencia de la partida del profesor Adolf Kiessling, una cátedra de Lengua y Literatura griegas. Para poder proponer un sucesor Kiessling se dirigió a Ritschl pidiéndole informes sobre Nietzsche, cuyos trabajos siempre le habían llamado la atención. El
informe de Rietschl es totalmente positivo. Kiessling pasó este informe de Ritschl al Consejero Educativo de la ciudad de Basilea, el profesor doctor Wilheim Vischer-Bilfinger. El día 16 de enero de 1869 la cosa estaba ya tan madura que Nietzsche comunica a Rodhe que tiene la perspectiva segura de que en breve va a recibir la oferta para dirigir una cátedra en la Universidad de Basilea. El 1 de febrero, recibida ya la oferta, comunica a Vischer su decisión de aceptar la eventual oferta y propone como curso: Sobre los trabajos y los días de Hesíodo. El día 2 de febrero lo pasó en Naumburg, con ocasión del cumpleaños de su madre, pero no dijo nada sobre la cátedra de Basilea, dado que aún le faltaba la confirmación definitiva. Ésta debió llegarle el 13 ó el 14 de ese mismo mes. El mismo día envió a su madre una nueva tarjeta de visita, para que la diera a conocer: Friederich Nietzsche, catedrático extraordinario de filología clásica (con un sueldo de 800 táleros) de la Universidad de Basilea. La dicha de la madre y de su familia no tuvo límites. De echo, la oferta de una cátedra a un hombre de 24 años, que ni siquiera era aún doctor, era un caso absolutamente sensacional, del que no había muchos precedentes en Alemania.
Nietzsche en un principio recibió lleno de orgullo tanto la oferta como la decisión definitiva. Pero inmediatamente se mezcló este orgullo con su pesar por tener que renunciar, por ejemplo, a su ansiado viaje a París y con el sentimiento de que su juventud había quedado atrás. Comenzó a sentir el peso no sólo de la responsabilidad sino, muy posiblemente, de la rutina. Tenía que doctorarse a toda prisa y además preparar sus cursos. Para colmo de males, tenía la obligación de dar 6 horas de clase en un Instituto. De todos modos, se adaptó pronto a la nueva situación. Celebró con sus amigos su nueva situación, con una notable excepción: Deussen.
Antes de trasladarse a Basilea tenía que conseguir el doctorado en Leipzig. Pensó en centrar sus investigaciones en Diógenes Laercio. Pero la facultad de Leipzig le libró de esta necesidad: declaró unanimemente que sus trabajos, publicados en el Rheinisches Museum, bastaban de todo punta para tal efecto. Y así obtuvo su diploma de doctor el 23 de marzo, sin examen ni discusión algunas. Despues decidió renunciar a su nacionalidad prusiana ya que considera como su deber ante la Universidad de Basilea no hacer depender su entrega a la misma de una situación de guerra o de paz. Es decir, en caso de guerra, el Nietzsche prusiano sería llamado a filas como artillero de caballería. A partir del día en que se separa de la comunidad de súbditos prusianos, Nietzsche, dejó de ser juridicamente prusiano, e incluso alemán, para pasar a ser un hombre sin estado o, como se decía en Suiza, apátrida, dado que tampoco estuvo inscrito en Basilea el tiempo suficiente para lograr la ciudadanía. Además, cuando años más tarde abandone Basilea no solicitará su repatriación. Nietzsche se conviritió en un Europeo. Y así murió.
El 12 de abril de 1869, junto con su madre y su hermana, Nietzsche viaja en una berlina hacia la estación para dirigirse a Basilea. Se tomó el viaje con calma. El primer día sólo llegó hasta Colonia. Al día siguiente, viajó a Bonn en donde pasó la jornada buscando viejos lugares perdidos en el recuerdo. Allí tomó un barco de vapor que le dejó en Bieberich y, despues, por tren llegó a Wiesbaden. Más tarde, partió camino de Heilderberg, en donde, por la noche, pudo contemplar iluminadas las famosas ruinas del castillo. Allí, en una sencilla fonda, preparó su lección inaugural. Prorroga un día más su estancia en Heilderberg para poder asistir a la representación de su ópera favorita: Maestros cantores de Wagner. En Heilderberg dió tambien forma definitiva a la lección inagural que debía pronunciar en Basilea el 28 de Mayo. La dedicó a Homero y la filología clásica. En ella podemos percibir su propia posición personal al respecto.El 19 de abril de 1869 llegó a las dos de la tarde a Basilea. Su obra iba a comenzar a mostrar la cabeza de la medusa.
Biografía de Nietzsche







































































































































































Berlín
(Apunte autobiográfico)
¿Qué significa el siguiente apunte autobiográfico de Nietzsche que los editores sitúan en la época que media entre el otoño de 1868 y la primavera de 1869?

Lo que me llena de espanto no es la terrible figura que hay detrás de mi silla, sino su voz; y tampoco las palabras, sino el tono inhumano y terriblemente inarticualado de esa figura. Ay, si por lo menos hablara como hablan los humanos.

¿Pesadilla aislada de caracter alucinatorio? ¿ataque epiléptico, sin perdida de conciencia, sufrido por él en su juventud? ¿Qué le susurró aquella voz inhumana e inarticulada hasta producir en él un sobrecogimiento que le llegó hasta los tuétanos? Son preguntas casi imposibles de contestar. Ahora si, lo que si sabemos cierto es que, ya sea un suceso aislado o un suceso de los muchos que pudieron presentársele ya desde su juventud (es posible que su hermana, del mismo que hizo con los documentos de la enfermedad de su padre, se dedicara a destruir todos los testimonios de Nietzsche sobre episodios de este tipo.El anterior se le escparía por encontrarse perdido en la penultima página de un cuaderno) supo convivir con su demonio y lo venció. Y así siguió, creando, hasta su derrumbamiento.
Biografía de Nietzsche







































































































































































NOTAS DE LA HERMANA DE NIETZSCHE:
«Se me ha enseñado a retrotraer el origen de mi sangre y de mi nombre a nobles polacos que se llamaban Nietzki y que hace mas de cien años abandonaron casa y solar cediendo, al fin, a insoportables opresiones de tipo religioso: eran, ciertamente, protestantes. No quiero negar que de muchacho no me sentía especialmente orgulloso por este origen mío polaco: lo que en mí hay de sangre alemana proviene exclusivamente de mi madre, de la familia Oehler, y de la madre de mi padre de la familia Krause, y me parecía que a pesar de ello, en lo esencial seguía siendo polaco. Que mi aspecto externo corresponde hasta hoy al tipo polaco es cosa que me ha sido confirmada a menudo.»
Antepasados
Biografía







































































































































































CARTA DE NIETSCHE A BRANDES:
«Mis antepasados eran nobles polacos (Nietzkv); parece que el tipo se ha conservado bien a pesar de tres madres alemanas.» A lo que la hermana añade aún: «La tradición familiar cuenta que un Schlachzize Nicki (fonéticamente Nietzky) tomó intenso partido a favor de Augusto el Fuerte como rey de Polonia y recibió de él el título de conde. Cuando el polaco Stanislaus Leszcinski se convirtió en rey, este mítico antepasado nuestro se vio implicado en una conjura a favor del sajón y del protestantismo Fue condenado a muerte, huyó con su mujer, que acababa de tener un hijo, y erró fugitivo con ella durante dos o tres años por las pequeñas ciudades alemanas, mientras la tatarabuela alimentaba al niño de su propia leche.»
Antepasados
Biografía







































































































































































ALDEA DE LA INFANCIA DE NIETZSCHE:
Pobles sería el escenario de muchas vacaciones del pequeño Fedrerich Nietzsche. Allí la casa parroquial de su abuelo parecía más bien una granja ya que, además de cultivar la tierra, tenían toda clase de animales.
David Ernst Ochler, abuelo materno de Nietzsche, fué un hombre de gran temperamento. Cuando se enfadaba en vez de hablar, combatía su amargura escribiendo. Pensaba que el papel es paciente y lo aguanta casí todo. Despues de escribir, doblaba cuidadosamente el papel y lo guardaba en un rincón de su escribanía. Alli permanecía largo tiempo sin volver a ser sacado. Veremos como estos fuertes accesos de ira y este modo de reaccionar a ellos cuidando de suavizarlos, volverían a repetirse en su nieto, y ello sin que el filósofo llegara a saber nada de este talante específico de su abuelo.
Por su parte, la abuela de Nietzsche, Wilhelminne, era tambien de naturaleza apasionada y cuando se acaloraba daba rienda a sus impulsos. Tenía algún tipo de defecto físico (una pierna más corta que la otra y unas viruelas hicieron que perdiera la visión de uno de sus ojos) Sin embargo, de todos sus nietos fue Elisabeth, la hermana de Nietzsche, quien heredó este rasgo de una manera muy clara
Padre
Biografía







































































































































































NIETSCHE RECORDANDO A SU PADRE:
Considero como un previlegio haber tenido un padre como el que tuve: me parece que explica incluso cuanto de privilegiado hay en mí - sin contar la vida, el gran si a la vida. Sobre todo que para entrar en un mundo de cosas más altas y bellas no tengo   por qué proponérmelo,  me basta esperar y entro sin ni siquiera quererlo: quererlo: esto- ahí en mi casa, sólo ahí vive en libertad mi pasión más profunda.
Madre
Biografía







































































































































































CARTA DE NIETZSCHE A SU MADRE:
«Era un hombre tan apacible y de tanta calidad, nuestro Theobald, exigente consigo mismo y, sin embargo, todo lo contrario de un fanático; siempre le tuve por el mejor de los Oehlers. Quién sabe si en su enfermedad nerviosa la mayor parte de la culpa no habría que cargarla más a las charlatanerías de su suegra que a su teología. Prefirió morir en un manicomio y creo que hizo bien. Siempre le recordaremos con emoción.»
Madre
Biografía







































































































































































SUEÑO DE NIETZSCHE:
Oí como en la iglesia  sonaba música de órgano de la que se toca en los funerales Al intentar averiguar de que se trataba, vi cómo se abrió de pronto una tumba - de ella salió mi padre con su mortaja. Fué apresuradamente a la iglesia y volvió con un niño pequeño entre los brazos. Volvió a entrar en la tumba, cayendo la losa sobre ella. Inmediatamente cesó la música de órgano y yo me desperté. Un día después de esta noche, el pequeño Joseph comenzo a tener espasmos y murió a las pocas horas.
Años tristes
Biografía







































































































































































ANECDOTA:
La escuela para hijos varones de los ciudadanos de Naumburg quedaba entonces en Topfmarkt, no lejos, por tanto, de nuestra casa. Un día, al filo mismo del final de las clases, comenzó a llover torrencialmente; nos pusimos a mirar todo a lo largo de las Priestergase por si veíamos a nuestro Fritz. Los jovenes corrían todos en bandada desbordante, hacia sus casas; al final pudimos divisar a Fritzschen, que caminaba tranquilamente, con la gorra debajo de la pizarra y el pañuelo encima. I.a mamá le hizo una señal y le gritó desde lejos: ¡Corre, corre!  La lluvia que caía nos impidió oír su respuesta. Cuando nuestra madre comenzó a hacerle reproches, a la vista de cómo, se habia empapado, Fritz respondió con toda seriedad: Pero mama, en el reglamento de la escucla se dice que al dejarla los muchachos no deben salir corriendo ni ponerse a saltar, sino que tienen que volver calmados y despacio a sus casas-.»
Naumburg
Biografía










































































































































































COMPORTAMIENTO DE NIETZSCHE EN PFORTA:
«¡Querida gente!···Todas las semanas incumbe a uno de los nuevos alumos del último curso la inspección semanal de las dependencias escolares, esto es, tiene que apuntar en una hoja todo lo que precisa reparación en los cuartos, armarios, auditorios, etc., y entregarla despues, con todas estas observaciones, en el cuarto de la inspección. La semana pasada me tocó a mí; se me ocurrió, sin embargo, hacer algo mas picante este aburrido asunto con un poco de humor, y redacté la hoja dc un modo tal que todas las observaciones aparecian en forma de broma. Los severos señores profesores se asombraron mucho de que se pudieran hacer chistes sobre una cosa tan seria, me hicieron comparecer el sábado ante el sínodo y me condenaron a una pena no menor a tres horas de encierro y la pérdida de algunos paseos. Si pudiera reconocerme alguna otra culpa que la de la mera falta de precaución, la cosa me fastidiaría; pero como no puedo, no me he preocupado ni un memento por ello, limitándome a sacar la enseñanza de tener más cuidado en lo sucesivo con las bromas.»

En el informe, a lo que parece, Nietzsche había escrito, entre otras, las siguientes cosas:

«En el auditorio tal y tal arden las lamparas tan parsimoniosamente, que los estudiantes se sienten tentados a encender sus propias lámyaras...
En la séptima clase acaban de pintar los bancos, y estos muestran una indeseable tendencia a pegarse a los que los ocupan.»

La pena a la que fue condenado le fué dictada a él mismo, con la observación de que corría peligro su puesto de primus..

Resulta tambien revelador la posición de Nietsche ante su acción. Despues de recibir no una, sino varias reprimendas por parte de su madre, Nietzsche le contesta así:

«Tengo en estos momentos una cantidad enorme de trabajo, aunque me encuentro mejor que nunca, tanto espiritual como físicamente. Estoy siempre de buen ánimo - trabajo con muchas ganas. No puedo comprender cómo cres capaz de preocuparte un solo momento por las consecuencias de aquella historia, ya que lo comprendiste bien y me razonaste el caso perfectamente en tu carta. Tendré cuidado de no volver a actuar precipitadamente; pero no creas que la cosa me ha complicado demasiado la vida.... Estoy muy tranquilo. Como te decía: estoy de mejor humor que nunca, mis trabajos avanzan, tengo un trato muy variado y agradable, en alguna influencia especial no hay ni que pensar, ya que las personas que he tenido que conocer están todas muy por encima de mí. Hasta esta temperatura tan fría me resulta agradable. En fin, me encuentro muy bien y en absoluto tengo nada contra nadie, ni siquiera contra los profesores. Es comprensible que como tales
no pudieran tomar la cosa de otro modo que como la tomaron.

Puede resultar extraño e incluso pueden sonar poco sincera la cortante seguridad y superioridad de Nietzsche en las palabras que dirije a su madre. Pero se comprenderá mejor su sentido si se lee la carta en relación con lo que escribió en su diario íntimo por aquellos días.

«Nada más erroneo que cualquier posible remordimiento por el pasado; tómeselo como es, saquensec consecuencias de él, pero continúesc viviendo en calma, asúmase uno a si mismo como un fenómeno cuyos diferentes rasgos forman un todo. Frente a los demás cultívese la  la tolerancia, a lo sumo puede llegar uno a lamentarse, pero nunca hay que entregarse al enfado, ni tampoco al entusiasmo por nadie; los demás están, todos ellos, ahí solamente para servir a nuestos fines. Quien mejor (sepa) dominar, sera también quien mejor conozca a los hombres. Toda acción de la necesidad esta justificada, toda acción que es útil es necesaria. Inmoral es toda acción que no procura necesariamente necesidad a otro; nosotros mismos dependemos grandemente de la opinión pública, tan pronto como sentimos remordimicnto y dudamos de nosotros. Si una acción inmoral es necesaria, es moral para nosotros.»
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Biografía







































































































































































GERMANIA
Esta asociación representa para Nietzsche la primera tribuna desde la que puede hablar con voz propia y dar rienda suelta a sus impulsos creativos. Con las aportaciones monetarias de los tres amigos se procuraban revistas, libros y publicaciones. Cada uno de ellos enviaba a los otros sus trabajos mensuales, que eran criticados sin la menor compasión, asi como sin la usual cortesía. Durante los dos años que funcionó la asociación, Nietzsche, enviará todos los meses sus publicaciones literarias y musicales. Será en esta época cuando Krug le de a conocer la obertura del Fausto de Wagner asi como la partitura para piano de Tristán e Isolda del mismo autor. Ahora bien, ¿cuáles eran los objetos principales de la reflexión de Nietzsche en esta época?

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FATUM E HISTORIA y VOLUNTAD LIBRE Y FATUM
Si pudieramos contemplar la doctrina cristiana y la historia de la Iglesia con mirada exenta de todo prejuicio, nos veríamos obligados a expresar algunas conclusiones opuestas a las ideas generales vigentes. Pero claro, reducidos desde nuestros primeros días al yugo de la costumbre y de los prejuicios, frenados por las impresiones de nuestra infancia en la evolución natural de nuestro espíritu, determinados en la formación de nuestro temperamento, nos creemos obligados casi a considerar como un delito la elección de un punto de vista más libre desde el que poder emitir un juicio no partidista y acorde con los tiempos sobre la religión y el Cristianismo. Un intento de este tipo no es obra de varias semanas, sino de una vida.» Para no perder pie en «especulaciones estériles», es preciso tomar como única base la historia y las ciencias naturales. «Cuántas veces no se me habrá aparecido nuestra entera filosofía anterior como una torre babilónica: alzarse hasta el cielo es el objetivo de todos los grandes esfuerzos, el reino de los cielos en la tierra significa prácticamente lo mismo. El desconsolador resultado ha sido una infinita confusión de ideas en el pueblo; grandes transtormaciones habrán de ocurrir aún para que la masa comprenda que el Cristianismo descansa sobre conjeturas; la existencia de Dios, la inmortalidad, la autoridad de la Biblia, la inspiración y tantas otras cosas que nunca dejarán de ser problemas. He intentado negarlo todo. Pero destruir es fácil; edificar, en cambio, qué dificil. E incluso destruir parece más fácil de lo que es; estamos tan determinados por las impresiones de nuestra infancia, por las influencias de nuestros padres, por nuestra educación, y lo estamos hasta un nivel tan profundo de nuestro ser interior, que dichos prejuicios, tan profundamente arraigados, no pueden ser facilmente removidos por argumentos racionales o mera voluntad. El poder de la costumbre, la necesidad de algo superior, la ruptura con todo lo establecido, la disolución de todas las formas sociales, la duda acerca de si durante dos milenios la humanidad no se habra dejado extraviar por una falsa imagen, el sentimiento de la propia osadía y audacia insobornable: todo ello mantiene una lucha no resuelta, hasta que al final, una serie de experiencias dolorosas, de acontecimientos tristes en nuestro corarón, nos llevan de nuevo a la vieja fe infantil. De todos modos, observar la impresión que estas dudas causan sobre el animo tiene que ser, para cada cual, un hito importante de su propla historia cultural. No puede pensarse sino que algo tiene que permanecer firme, un resultado de toda aquella especulación, que no siempre es saber, sino que bien puede ser mera fe, sí, algo que incluso un sentimiento moral puede en ocasiones reanimar o dejar en suspenso. Al igual que la costumbre es un resultado de una época, de un pueblo, de una disposición del espíritu, es la moral el resultado de una evolución general de la humanidad. Es la suma de todas las verdades para nuestro mundo; es posible que en el mundo infinito no signifique ya otra cosa que el resultado de una dirección del espiritu en el nuestro; es posible que a partir de los resultados de las verdades de los diferentes mundos evolucione de nuevo una verdad universal. Apenas sabemos si la humanidad no será ella misma, ciertamente, otra cosa que un estadio, un periodo en lo general, en lo que deviene, si no será una manifestación arbitraria de Dios.¿Acaso no es el hombre sino mera evolución de la piedra por mediación de la planta, animal? ¿No se habrá conseguido ya aqui su plenitud y no radicará también aquí la historia? ¿Carece este devenir eterno de final? ¿Cuáles son los motores de esta gran obra de relojeria? Están ocultos, pero son los mismos en ese gran reloj que llamamos historia. La numeración horaria son los acontecimientos. Hora tras hora avanzan sus agujas para comenzar de nuevo sonando ya las doce; irrumpe un nuevo periodo del mundo.» ...
Todo se mueve en círculos gigantescos, que giran unos en torno de otros a la vez que devienen; el hombre es uno de los circulos mas interiores. Si quiere medir las oscilaciones de los que están en la periferia, tiene que abstraer de sí y de los que le quedan mas cerca camino de los más amplios y englobantes. Los más próximos a él de éstos son la historia de los pueblos, de la sociedad y  de la humanidad. La búsqueda del centro común de todas las oscilaciones, del círculo infinitamente pequeño, es tarea dc la ciencia natural; puesto que el hombre busca, al mismo tiempo, en si y para sí ese centro, ahora sabemos qué importancia única han de tener para nosotros la historia de la ciencia natural. Pero en la medida en que el hombre es arrastrado a los círculos de la historia universal, surge esa lucha de la voluntad individual con la voluntad general; aquí viene a dibujar su presencia ese problema infinitamente importante que es el de la justificación del individuo respecto del pueblo, el del pueblo respecto de la humanidad, el de la humanidad respecto del mundo; aquí se dibuja, en fín, la relación fundamental entre Fatum e Historia.
La concepción más alta de la historia universal es imposible para los hombres; el gran historiador pasa a ser, igual que el gran filósofo profeta; porque ambos hacen abstracción del círculo más interior camino del que queda más lejos.» Pero ¿qué ocurre con el fatum?
«¿Acaso no se nos aparece y enfrenta todo en el espejo de nuestra propia personalidad? ¿Y no dan a un tiempo los acontecimientos el tono mismo de nuestro destino, en tanto que la fuerza y debilidad con que se nos aparece depende esclusivamente de nuestro temperamento?... ¿Qué es lo que arrastra con tal fuerza el alma de tantas gentes hacia lo vulgar, dificultando así su ascensión a un mayor vuelo de ideas?  Una estructura fatalista del cráneo y de la columna vertebral, el estado y la naturaleza de sus padres, lo cotidiano de sus relaciones, lo común de su entorno, incluso lo monocorde de su lugar originario. Hemos sido infuenciados sin llevar en nosotros la fuerza suficiente para contrarrestarlo, sin saber siquiera que somos influenciados. Renunciar a la propia autonomía por la aceptación inconsciente de impresiones externas, reprimir capacidades del alma por el poder de la costumbre y llenar, contra toda voluntad, el alma, hasta lo más profundo, con los gérmenes del extravío es, ciertamente, una experiencia dolorosa. En medida mayor volvemos a encontrarnos con todo esto en la historia de los pueblos. Muchos pueblos afectados por los mismos acontecimieentos han sido influenciados de modos muv distintos.
Querer imponer a la humanidad entera alguna forma especial de estado o de sociedad, sometiéndola a tales o cuales estereotipos es, por tanto, un proceder muy restrictivo. Todas las ideas sociales y comunistas adolecen de este error. Porque el hombre nunca es el mismo; tan pronto, sin embargo, como fuera posible revolucionar, por obra de una voluntad fuerte, el pasado entero del mundo, nos uniríamos a las filas de los dioses libres, y la historia universal no sería para nosotros otra cosa que un autoencantarnos en brazos de la ensoñación; cae el telón, y el hombre se encuentra de nuevo, como un niño que juega con mundos, como un niño que se despierta con la luz de la mañana - que borra de su frente los sueños terribles con una risa fresca.
La voluntad libre se presenta como lo sin ataduras, lo arbitrario, es lo infinitamente libre, oscilante, el espíritu. El fatum, en cambio, es una necesidad, salvo que optemos por creer quc la historia de la humanidad es un extravío onírico, las quejas indecibles de los humanos meras imaginaciones, y nosotros mismos simples juguetes de nuestras propias fantasias. El fatum es la fuerza infinita de resistencia contra la libre voluntad; la libre voluntad sin fatum es tan escasamente pensable como el espíritu sin lo real, lo bueno sin lo malo. Porque sólo la contraposición da lugar a los rasgos característicos.
Tal vez la libre voluntad no sea, de modo similar a como el espíritu sólo es la la substancia más infinitamente pequeña y lo bueno no puede ser sino la más sutil evolución de lo malo a partir de sí mismo, otra cosa que la potencia máxima del fatum...»
«En la medida en que el fatum se le aparece al hombre en el espejo de su propia personalidad, la libre voluntad individual y el fatum individual son dos aguerridos contrincantes, de ahí que "la entrega a la voluntad de Dios'' y la "humildad'' no sean a menudo sino coberturas del temor cobarde a asumir con decisión el propio destino y enfrentarse a él. Ahora bien, por mucho que el fatum se nos aparezca, en su condición de delimitador último como más potente que la libre voluntad, ello no debe llevarnos a olvidar dos cosas. Primero, que el fatum sólo es un concepto abstracto, una fuerza sin materia, que para el individuo sólo hay un fatum individual, que el fatum no es otra cosa que una concatenación de acontecimientos, que el hombre determina su propio fatum tan pronto como actúa y crea, con ello, sus propios acontecimientos, y que su actividad no comienza con el nacimiento, sino en padres y en antepasados.
La voluntad libre no es, a su vez, otra cosa tampoco que una abstracción y significa la capacidad de actuar canscientemente, en tanto que como fatum entendemos el principio que nos dirige al actuar incoscientemente», sin que deje de estar en ello en juego siempre «una dirección de la voluntad», una dirección "que nosotros mismos no tenemos por que tener ante nuestros ojos como un objeto». «Asi, pues, si no asumimos el concepto de la acción inconsciente como un mero dejarse llevar por impresiones anteriores, desaparece para nosotros la contraposición estricta entre fatum y libre voluntad y ambos conceptos se funden y borran en la idea de individualidad. Cuanto mas se alejan las cosas de lo inorganico y más se amplía la formación y la cultura, tanto más sobresaliente se hace la individualidad, tanto más ricas y   diversificadas sus características. ¿Qué son la fuerza interior, capaz de autodeterminarse a la acción, y las impresiones exteriores, su palanca evolutiva, sino voluntad libre y fatum?
En la voluntad libre se cifra para el individuo el principio de la singularización, de la separación respecto del todo, de la irrestricción absoluta; el fatum pone, sin embargo, al hombre en conexión de nuevo con la evolución general y le obliga, en la medida en que ésta busca dominarle, a poner en marcha libremente fuerzas reactivas; una voluntad libre absoluta, carente de fatum, haría del hombre un dios; el principio fatalista lo convertiría en mero autómata»

Germania
Biografía







































































































































































EUPHORION
«La temprana aurora juega en el cielo con mil colores. Pero se trata de un fuego de artificio ya muy visto, que me cansa. Mis ojos echan chispas de un modo muy distinto; temo que hagan arder agujeros en el cielo. Siento que he abandonado enteramente el capullo. Me conozco muy a fondo y sólo deseo encontrar la cabeza de mi otro yo para diseccionársela, o mi propia cabeza infantil con rizos dorados... ay... hace veinte años...un niño... un niño... qué extraña suena la palabra.¿También yo he sido un niño, también yo he tenido que girar al compás del gastado mecanismo del mundo? Y ahora voy lenta y confortablemente - mera matraca de un molino con tambor-  a remolque de esa cuerda a la que llaman fatum, hasta acabar podrido, hasta que el verdugo me soterre y sólo unas cuantas moscardas me aseguren aún un poco de inmortalidad?
Al hilo de estos pensamientos siento casi en mí una disposición a la risa. Pero entretanto, otra idea me inquieta: acaso surjan también de mis huesos florecillas, tal vcz una "amable violeta" o incluso precisamente cuando el verdugo defeque sobre mi tumba- un no me olvides. Despues llegarán los enamorados... ¡Repulsivo¡ ¡Repulsivo! ¡Qué podredumbre! Mientras saboreo todas estas ideas sobre mi futuro porque me resulta más agradable pudrirme en la tierra húmeda que vegetar bajo el cielo azul, y mas dulce hormiguear como un grueso gusano que ser un hombre, ese signo de interrogación flotante, no deja de serenarme siempre el hecho de que haya hombres por la calle, hombres limpios, decentes, divertidos, variopintos, que van de un lado a. otro. ¿Qué son? Sepulcros blanqueados, como en algún sitio dijo algún judio.
En mi cuarto reina un silencio de muerte... Ante mí un tintero, en el que ahogar mi corazón, unas tijeras, para ir acostumbrándome a cortarme el cuello, manuscritos, para restregarme el cuerpo, y un orinal.
Frente a mí vive una monja, a la. que visito de vez en cuando para gozar de su decencia. La conozco perfectamente, desde la cabeza al dedo gordo del pie, mas exactamente de lo que me conozco a mí mismo. Antes era monja, una monja delgada y enjuta; yo era médico, y me las arreglé para que engordara en seguida. Con ella vire, en matrimonio temporal, su hermano, demasiado gordo y floreciente para mi gusto; me las ingenié tambien para adelgazarle, hasta hacerle parecer casi un cadaver. Morirá un día de estos, lo que no deja de resultarme agradable, ya que así podré diseccionarlo. Pero antes quisiera escribir la historia de mi vida, porque aparte del indudable interés que tiene, resulta de lo mas instructiva de cara a hacer pronto de los jovenes, viejos... en eso soy, sin duda, un maestro. ¿Quién la leerá?  Mis otros yos, de los que en este valle de lagrimas tanto pululan. En este momento. Euphorion se reclinó un poco y comenzó a gemir, porque padecía de la espina dorsal...»

Final Pforta
Biografía







































































































































































ALCOHOL Y DESTEMPLANZA
«Cosa extraña, mientras que pequeñas dosis de alcohol, muy diluidas, me ocasionan esa estrema desemplanza, yo me convierto casi en un marinero cuando se trata de dosis fuertes. Ya de muchacho tenia yo en esto mi valentía. Escribir en una sola vigilia nocturna una larga disertación latina y además copiarla en limpio, poniendo en la pluma la ambición de imitar en rigor y concisión a mi modelo Salustio,y derramar sobre mi latín un poco de grog  del mayor calibre, esto era algo que, ya cuando yo era alumno de la venerable escuela de Pforta, no estaba reñido en absoluto con mi fisiología, y acaso tampoco con la de Salustio, aunque sí, desde luego, con la venerable escuela de Pforta... Más tarde, hacia la mitad de mi vida, me decidí ciertamente, cada vez con mayor rigor, en contra de cualquier bebida "espirituosa".»
Final Pforta
Biografía







































































































































































COMENTARIO A EDIPO REY:
«En tanto que el drama de los germanos se ha desarrollado a partir del epos, a partir de la narración épica de materias religiosas, el drama griego hunde sus raíces en la lírica, combinada con elementos musicales.» La impresión trágica tomó cuerpo entre los griegos «por la vía de las grandes escenas llenas de pathos, de los lirismos de gran aliento, en buena parte musicales, en los que la acción era de muy poca monta, en tanto que el sentimiento lírico lo era todo... El coro y las escenas llenas de pathos engloban, por tanto, uno de los momentos más importantes y decisivos de cara al éxito del drama: la música de la tragedia».
«Todas las observaciones nos llevan a la necesidad de subrayar un mérito característico de los trágicos: su condición no sólo de poetas, sino también de compositores. Aún mas: eran ambas cosas, una iba de la mano de la otra, y si a eso añadimos que también en las disposiciones en grupo y a su consecuencia, la orquestación, el arte escénico, tenían, según todos los testimonios, una gran maestría, que incluso eran ellos mismos actores y hasta importantes..., venimos a encontrarnos con que en sus obras de arte, obras en las que las artes más sublimes se encuentran armoniosamente unidas, figura y opera ya  que la más reciente escuela musical propone como ideal de la "obra de arte del futuro".»
Final Pforta
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TEOGNIS:
«El lunes por la mañana comencé a trabajar con el ánimo un poco vacilante, y escribí ese mismo día siete grandes páginas; el segundo día por la noche llevaba ya escritas 16; el tercero, 27. ¿No hay una buena progresión en estas cifras: 1 x 7 x 2 x 8, 3 x 9? El jueves y hoy he escrito el resto; son 42 grandes páginas alargadas, que pasadas a limpio darán bien unas 60, acaso más... ¿Que si estoy contento? No, no. Pero no creo que hubiera podido decir algo mejor, ni siquiera esforzándome aún más. Algunas partes son aburridas. Otras lingüísticamente pobres. Aquí y allá incurro en alguna exageración, como cuando compare Teognis con el Marqués de Posa. He incluido todos los apuntes y extractos que tenía ya hechos sobre Teognis. Lo que más me ha fastidiado es haber tenido a menudo que copiar trozos enteros. Cito tanto a Teognis, que creo que la mayor parte de sus fragmentos vienen citados en mi trabajo.»
Final Pforta
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SIGNIFICADO DE TEOGNIS:
«Teognis aparece como un gran señor feudal cultivado y venido a menos, con pasiones feudales, de las que gustaban en su época, lleno de odio mortal contra el pueblo ascendcnte, golpeado por un destino trágico que le moldea multidimesionalmente y   dulcifica su caracter, llevándole a ofrecer la imagen de una naturaleza típica de aquella nobleza de sangre antigua, llena de espíritu, algo corrompida y ya poco tensa, situada en la frontera entre un tiempo viejo y una época nueva; una cabeza de Jano desgarrada, puesto que lo viejo le parece tan bello y codiciable como repugnante y odioso encuentra lo que emerge, con su equiparación de derechos; una cabeza característica de esas figuras nobles que representan a la aristocracia en vísperas de una revolución popular, a una aristocracia que se ve amenazada para siempre en sus privilegios y que se lanza a luchar con igual pasión tanto por la existencia de su casta como por su propia existencia.»
Final Pforta
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RECUERDOS DE PFORTA (1)
«Fuí, por término medio, el tercero de mi clase, de acuerdo con el supuesto natural de que el más aplicado es el primero, el espejo de virtudes es el segundo y el ser de excepción el tercero en una institución ordenada de acuerdo con los principios morales usuales.»
Final Pforta
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JORNADA EN PFORTA (2)
A las cuatro de la mañana se abre el dormitoiro, y a partir de ese momento uno es libre ya de levantarse. A las cinco nadie debe, en cualquier caso, permanecer aún en la cama. Suena la campana dc la escuela y los inspectores del dormitorio gritan amenazadores: ¡Levantaos, levantaos, a ver cuando salís!, y no dudan en castigar a los que se retrasan en dejar el nido.Acto seguido todos se visten tan rápida y ligeramente como pueden y se apresuran a ir al cuarto de baño intentando conseguir un sitio antes de que esté totalmente lleno. Diez minutos después del breve lapso de tiempo dedicado a levantarse y arreglarse, se vuelve a las habitaciones, para vestirse adecuadamente. Cinco minutos antes de la media suena la campana por vez primera llamando a oración y  a la segunda vez hay que ir al oratorio.  Aqui los inspectores imponen orden, antes de que venga el profesor, prohiben hablar y aninam a los "primeros", que por lo general llegan mucho después, a sentarse. Entonces aparece el profesor con el famulus que le acompaña y  los inspectores le comunican si los bancos están llenos. Suena acto seguido el órgano y después de un breve preámbulo, se toca la canción de la mañana. El profesor lee a concinuación algunos pasajes del Nuevo Testamento, algún poema religioso, recita el Padrenuestro y clausura, con algún verso, la sesión. A continuación todos se trasladan a sus habitaciones, donde aguardan cafeteras con leche caliente y panecillos. A las seis en punto la campana llama a clase. Todos cogen sus libros y van a ella, que dura hasta las siete. Acto seguido hay una hora de trabajo o de repaso, como se le llama. Vienen despues lecciones hasta las diez, a las que sigue otra hora de repaso y finalmente, clase hasta las doce... A las doce en punto hay que llevar rápido los libros a la habitación, apresurándose con la servilleta por el claustro»... «En el claustro los pupilos se ponen de pie frente a las mesas, de tal modo que se reparten en grupos de doce colocados de dos en dos, y los inspectores ordenan silencio. Tan pronto como el profesor se ha colocado en su sitio, los de la mesa número quince se sientan, y acto seguido todos los demás. Se dan los nombres de los que faltan. A continuación uno de los inspectores dice en voz alta la siguiente oración: Señor Dios, Padre celestial, bendicenos a nosotros y a estos tus dones, que podemos hacer ahora nuestros  gracias a Tu bondad infinita a través de Jesucristo, nuestro Señor. Y acto seguido el auditorio entero entona un viejo canto latino: Gloria tibi trinitas! Aequalis una deitas! Et ante omne séculum! Et nunc et in perpetuum! Inmediatamente después se sientan todos y comienza la comida.»
«Cuando la comida es dada por terminada, hay que llevar a la habitación el pan y la servilleta, yendo en seguida, sin perder un minuto, al huerto de la escuela. Antes de la una  y  media nadie tiene que aparecer por la habitación. De lo contrario, los inspectores imponen castigos muy severos. Primero se mira si ha llegado algún paquete o alguna carta, que el mensajero de Pforta trae a diario, o compra uno fruta con su dinero a alguna vendedora. Después se juega a los bolos en el jardín o se va a pasear. En verano se juega también mucho a la pelota. A las dos menos cuarto se llama a clase y  a los cinco minutes hay que estar allí. Las lecciones duran hasta las cuatro menos diez. Inmediatamente después viene la merienda, en la que se da mantequilla y panecillos o puré de ciruelas, bollos, fruta y cosas parecidas. El superior -un "primero" da a continuación una clase, de una hora de duración, en la que se escriben docimástica - trabajos de clase- griegos, latinos o matemáticos. A las cinco hay una pequeña pausa, a la que siguen clases de repaso hasta las siete. Después viene la cena, igual en todo a la comida... Una vez cenados podemos ir otra vez al jardín de la escucela hasta las ocho y media. Acto seguido viene la oración nocturna   y a las nueve hay que ir a la cama. Los compañeros superiores los "primeros" que han perdido una hora dando clase, pueden velar hasta las diez»...
«En verano el domingo transcurre como sigue: nos levantamos a las seis y a las siete menos cuarto es la oración. Después se puede pasear librementc por el jardín hasta las ocho. Luego viene una hora de repaso, que acaba con la llamada de la campana a la iglesia. Acto scguido hay que situarse en el claustro y se va a la iglesia, donde el hebdomadario hace una inspección. Hasta las doce hay luego otra vez libertad para pasear por el jardín, igual que después de la comida, que consta de sopa, fricassee, asado y ensalada, hasta la hora de la oración, que comienza a la una y media. Hasta las tres hay que trabajar de nuevo, hasta las cuatro se puede pasear por el jardín, pero inmediatamente despues de la merienda comienza el ansiado paseo hastas las seis. Una hora de trabajo llena el tiempo hasta las siete. Acto seguido el día termina como de costumbre, con cena, tiempo libre en el jardín y oración
»
Final Pforta
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FRANCONIA:
A ella pertenecían numerosos filólogos  y, además, la mayoría de sus miembros eran melómanos. En un principio, Nietzsche, fue muy estimado dentro de la asociación. Sus dotes satíricas le hicieron un excelente colaborador del períodico estudiantil. Por otra parte, sus improvisaciones al piano tuvieron tambien un gran éxito entre sus compañeros que le dieron el mote de Caballero Gluk.
Bonn
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DESCRIPCIÓN DE NIETZSCHE SOBRE FESTIVAL DE KÖLN
«Muchas de las damas destacaban por su juventud y su belleza. En los tres conciertos principales aparecieron todas de blanco, con lazos azules en los hombros y flores naturales o artificiales en el pelo. Todas llevaban un hermoso bouquet en la mano. Los caballeros, todos de frack con chaleco blanco. La primera noche velamos hasta muy tarde, y pude dormirme al fin en un sillón en casa de un antiguo francón; por la mañana estaba como si me hubieran pegado una paliza. Une a eso que - - - dicho sea de paso- sufro, desde las últimas vacaciones, un fuerte reúma en el brazo izquierdo... El domingo tuvo lugar el primer gran concierto, Israel en Egipo, de Hendel. Cantamos con entusiasmo indescriprible a 50º  Reaumur.» Todos los hoteles estaban llenos, de modo que después de una búsqueda infructuosa hasta el amanecer tuve que dormir en un banco del comedor del Hotel du Dome, y sólo durante un par de horas, porque el dueño nos echó en seguida... Estaba tan cansado que la mañana  tuve que dormir durante el ensayo, «acompañado de timbales y trombones». Pero por la tarde ya estaba otra rez en forma para la interpretación de la obra".
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Deussen y  los amoríos de Nietzsche
«Voy a contar aquí, sin demasiado entusiasmo, una historia que mereceria ser arrancada al pasado como aportación al modo de pensar de Nietzsche. En un dia del mes de febrero de 1865 Nietzsche fue solo a Khöln, hizo que un mozo de servicio le enseñara cuanto merecía ser visto en la ciudad, y al final le rogó que le llevara a un restaurante. Sólo que éste le llevó a una casa de mala nota." Me vi", me contó Nietzsche al día siguiente, ''rodeado de repente de media docena de apariciones en gasa y lentejuelas, que me miraban espectantes. Me quedé un rato sin saber qué decir ni qué hacer. Acto seguido me dirigí, casi instintivamente, al piano, como único ser con un alma en todo aquel grupo, y toqué algunos acordcs. Consegui liberarme de mi estupor, y salí a la calle.
Se ha querido encontrar en la canción de Zarathustra "El desierto crece" evocaciones de esta escena de burdel, sacando la conclusión de que causó una  fuerte impresión en Nietzsche. Tambien se ha señalado que la descripción de Deussen está idealizada y que Nietzsche asistió - como hacía la mayoría de los estudiantes de la época- de modo voluntario al burdel. Ello le acarrearía una infección luética que estaría en el origen de la parálisis sufrida por Nietzsche entre 1888 y 1889. Sobre este tema puede consultarse lo que dice Thomas Mann, tanto en su
obra Shopenhauer, Nietzsche, Freud, como en su novela titulada Doktor faustus
Bonn
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LA LLAMA:
Según Elisabeth, Nietzsche, le habría puesto este nombre por lo siguiente:
«La llama es un animal singular; voluntariamente lleva las cargas más pesadas, pero cuando se ve obligada a ello o es tratada mal, se niega a tomar alimento y se tumba en el polvo para morir. Mi hermano encontró que ese rasgo me resultaba tan aplicable y tan crecientemente adecuado, que cuando en casos particularmente difíciles necesitaba mi ayuda, recurría a mi llamándome con ese nombre. Nadie volvió nunca a hacerlo.»
De todas formas olvida señalar que en el libro sobre naturaleza de Schoedler, en donde Nietzsche había sacado la caracterización que su hermana señala, prosigue señalando lo siguiente:
«Es curioso el modo como este animal se defiende: cuando se siente atacada escupe saliva y alimento medio digerido a su enemigo.»
Con el paso del tiempo vino, de todos modos, a dar pruebas más que suficientes de que este rasgo característico de la llama le resultaba tan aplicable, cuanto menos  como el por ella misma citado. Y su hermano lo debía saber cuando eligió este mote.
Bonn
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SEMESTRE PERDIDO CONOCIMIENTO DE UNO MISMO GANADO:
«Algunos, que saben con toda exactitud lo que quieren -«seré médico» o «voy a ser abogado invierten celosamente demasiadas horas y pierden pie en una materia a cuyo dominio global aspiran prematuramente; han oído mucho, pero no han aprendido nada, no se han apropiado de nada. Otros están todavía dudosos en lo que hace a su materia. Se dejan tentar por las muchas cosas interesantes que se ofrecen en una Facultad, oyen esto y aquello y se equivocan cuando creen que tienen ya a la vista su objetivo. Los hay que cambian de Facultad; y de ellos, algunos vuelven con decisión mucho más firme que la que inicialmente les llevó a ella. Han escogido al fin realmente, por fín han tomado una verdadera decisión. Con el certificado de madurez en el bolsillo tienen aún que madurar. En la escuela se encontraron con un programa fijo, meditado y desarrollado durante generaciones; el alumno lo que tenía que acabar dominando era su Pensum, esto es, una suma de tareas y materias que se le ofrecían y ordenaban, lo estipulado desde el principio al fín. Sin preparación, sin transición, el alumno se ve entregado a la «libertad académica, y ahora es él quien escoge y se elabora un Pensum, el suyo. Para ello necesita una madurez y una experiencia de las que carece. Si las hace suyas en el primero o incluso en el segundo semestre, ganará más de cara a la vida de lo que podría realmente ganar si la Universidad fuera la simple continuación, sin problemas ni fisuras, de la escuela. Y esta era precisamente la fase que el antiguo alumno de Pforta Friedrich Nietzsche tuvo que vivir en Bonn, cumplidos ya sus veinte años. No era, pues, un genio precoz, de esos que conocemos a través de la historia de la música, por ejemplo. Su proceso de maduración y de elección y elaboración de una vocación fueron consumándose lentamente y, sin duda, tarde; y ello con dificultades e inhibiciones internas y externas indecibles y dependiendo de las más extremas causalidades. Es más, ni siquiera puede decirse que el final de la carrera y la consecución de la cátedra supusieran la llegada, para él, a un puerto definitivo
Bonn
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LA ENFERMEDAD SIFILITICA DE Nietzsche
(Thomas Mann)
Al médico Möbius le tomaron muy mal el que escribiese un libro en el que presenta, en cuanto especialista, la historia de Nietzsche como la historia de una parálisis progresiva. Yo no he podido participar de la indignación contra aquel libro. Aquel buen señor dice, a su manera, la verdad indiscutible.En el año 1865 Nietzsche, que entonces tenía 21 años, cuenta a su amigo de estudios Paul Deusssen -el que luego seria famoso sanscritista e investigador del Vedanta- una historia extraña.El joven había hecho solo una excursión a Colonia y  había contratado allí los servicios de un criado para que le enseñase !as cosas dignas de ver que hubiera en la ciudad. Esto dura toda la tarde, y al final, ya al anochecer, Nietzsche pide a su guía que le enseñe un restaurante recomendable. Pero aquel tipo, que para mí ha asumido la figura de un mensajero siniestro, lo conduce a una casa de prostitución. El adolescente, un adolescente que era puro como una muchacha, un adolescente que era todo espíritu, todo erudición, todo timidez piadosa, se ve rodeado de pronto, así dice él mismo, por una media docena de figuras vestidas con lentejuelas y con gasas, que clavan en él sus ojos llenos de expectación. Atravesando por en medio de ellas aquel joven músico, filólogo y venerador de Schopenhauer, camina instintivamente hacia un piano que advierte en el fondo del diabólico salón y en el que él ve (son sus palabras) «el único ser dotado de alma entre aquella gente», y toca algunos acordes. Esto elimina su hechizo, libera su estupor, y Nietzsche sale fuera a la calle, consigue huir. Al día siguiente Nietzsche cuenta esta experiencia vital a su camarada, y sin duda se la cuenta entre risas. Pero no tenía consciencia de la impresión que había y nada menos que eso que los psicólogos llaman un «trauma», una conmoción. Y el hecho de que esa conmoción repercuta en él de modo creciente, y no vuelva a abandonar su fantasía, testimonia la receptividad del santo para el pecado. En la cuarta parte de Así habló Zarathustra, veinte años más tarde, encontramos en el capítulo titulado «Entre hijas del desierto», una poesía orientalizante cuyos chistes horribles delatan, con su torturada falta de gusto, una sensualidad mortificada, los problemas de esa sensualidad, cuando las inhibiciones ya han quedado aflojadas. En esta poesía, que trata de las «queridísimas amigas y muchachas- gato Dudú y Suleica» y que es una ensoñación erótica de un humorismo penoso, aparecen de nuevo, continúan estando allí las «falditas de encaje, ondeantes como un abanico» de aquellas muchachas de Colonia dedicadas a la prostitución. Las «figuras vestidas con lentejuelas y con gasas» de entonces han servido manifiestamente de modelo a las deliciosas hijas dsl desierto. Y desde éstas es muy poco el tiempo que queda, sólo cuatro años, para llegar a la clínica de Basilea, en la que el enfermo declara que, en años anteriores, había contraído por dos veces la sífilis. La historia medica de Jena señala que la primera vez que ocurrió ese infortunio fue en el año 1866. Es decir, un año después de haber huido de aquella casa de Colonia, Nietzsche, vuelve, sin guía diabólica esta vez, a un lugar de ésos y contrae -algunos dicen que a propósito, como autopunición- aquello que desgarrará su vida, pero que también la elevará a alturas enormes; sí, contrae aquello de lo que brotarían efectos seductores, en parte afortunados y en parte fatales, sobre toda una época. Lo que incita a Nietzsche, pasados unos pocos años, a abandonar su puesto universitario en Basilea es una mezcla de enfermedad creciente y de afán de libertad. En el fondo ambas cosas son lo mismo. (Thomas Mann. Shopenhauer. Nietzsche. Freud)
Deussen
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LA ENFERMEDAD SIFILITICA DE Nietzsche
(Es evidente que el personaje de la novela Adrian Leverkühnn es un trasunto de Nietsche)
»Trabajo mucho, pues. Estoy lleno de un celo quizás excesivo, ya que, además, frecuento en la Universidad los cursos de filosofía de Lautensack y los de enciclopedia de las ciencias filosóficas y de Lógica del célebre Bermeter. Vale. Lo hecho, hecho está. A Dios rogando que de ello os proteja, a vos y todos los corazones inocentes. "Su siempre seguro servidor", solía decir aquel señor de Halle. Con todo lo que te he dicho, más mis relaciones especiales con Satanás, que de sobra conoces, supongo tu curiosidad muy excitada. Lo único que ocurrió fue que aquel mensajero me condujo, llegada la noche, a un lugar indebido. Curioso tipo, con su cuerda arrollada al cuerpo, una gorra roja y su placa de latón sobre la blusa impermeable. Indeciblemente locuaz, como todo el mundo por aquí, y con ese acento que se obtiene, al parecer, adelantando cuanto se puede la quijada inferior. Evocaba, gracias a su barbilla, la figura de Schleppfuss, y ahora, a distancia, encuentro que era grande el parecido entre uno y otro. Sólo que el mensajero era más recio y corpulento. En fin, el hecho es que me ofreció sus servicios como guía y me enseñó su patente de tal, al propio tiempo que, para acabar de convencerme, pronunció media docena de palabras en francés y otras tantas en ìnglés con un acento espantoso.» Otrosí. Nos pusimos de acuerdo y en un par de horas me lo hizo ver todo o poco menos. La iglesia de San Pablo, con su magnifico claustro, la de Santo Tomás, a causa de Bach que alli fue organista, la tumba del propio Juan Sebastián en la iglesia de San Juan, el monumento a la Reforma y la nueva Gewandhaus, el templo de la música. Muy animadas estaban las calles, porque, como ya he dicho, llegué en plena Feria de otoño, y de casi todas las ventanas en el centro de la ciudad pendían curiosas banderas y estandartes anunciando infinidad de artículos y en particular los de la industria de la peletería. una de las más importantes de la ciudad. El hormigueo humano era sobre todo grande en torno del palacio del Ayuntamiento; mi guía tuvo empeño en mostrarme la casa del Rey, el patio de Auerbach y la Torre de Pleissenburg, donde Lutero tuvo su histórica controversia con Eck, conservada intacta hasta hoy. Calles, callejuelas y encrucijadas. patios cubiertos y soportales forman un verdadero laberinto donde era casi imposible dar un paso. Abundan en el barrio las bodegas, los almacenes atiborrados de mercancías, y las gentes que por allí circulaban aquel dia le miraban a uno con ojos exóticos y hablaban en lenguas de las que no se comprende una palabra. Todo ello resultaba muy excitante. Tenía uno la sensación de percibir en sí mismo el pulso del mundo. Se hizo por fin de noche. Se vaciaron poco a poco las calles y yo me sentí cansado y hambriento. Le pedí al guía, como última cosa, que me llevara a un lugar donde pudiera comer. ¿Un buen lugar?, me preguntó guiñando el ojo. Bueno, le contesté yo, pero que no sea demasiado caro. Me  llevó entonces hasta una casa a cuya puerta se llegaba por una breve escalera exterior. El pasamano de la baranda era de latón, brillante como la placa que llevaba el guía, y roja, como su gorra, era la linterna encendida sobre la puerta. Me desea buen apetito, mientras yo llamo a la puerta, y se aleja contando las monedas que le diera en pago de su trabajo. La puerta se abre y aparece en el dintel una acicalada  madama, de pintadas mejillas y un collar de falsas perlas en torno del carnoso cuello, que me saluda con voz aflautada y signos de satisfacción, y a través de una serie de puertas con cortinajes, me lleva a un salón donde todo brillaba, la lámpara de cristal, las paredes cubiertas de brocade, los espejos y los candelabros.Allí me esperaban seis o siete ninfas o hijas del desierto, no sé cómo decirlo, apariciones mórficas, mariposas, esmeraldas, escasamente vestidas, transparentemente vestidas, como envueltas en tules y gasas y lentejuelas, unas con el pelo largo y caído sobre la espalda, otras con el pelo corto y rizado, empolvadas todas y con los brazos cubiertos de brazaletes, mirándote con ojos llenos de codicia y de lujuria.Cuando digo mirándote quiero decir que me miraban. El maldito guía, el falso Schleppfuss, me había llevado a un lupanar. Allí me encontraba yo, preocupado tan sólo de no traicionar la impresión que todo aquello me causaba. Veo de pronto ante mí, abierto, un piano, un amigo, sobre el cual, a través de la sala alfombrada, me precipité y sin sentarme siquiera ataque tres acordes. No pensé entonces en lo que hacía, pero recordé perfectamente, después, que aquellos acordes eran los mismos que figuran en la plegaria del ermitaño del «Cazador Furtivo» de Weber, cuando entran en el acompañamiento timbales, oboes y trompetas. Vino a colocarse entonces a mi lado una morenita de ojos rasgados, nariz achatada y boca carnosa, Esmeralda. vestida con una chaquetilla española, y con su brazo desnudo me acarició la mejilla. Doy media vuelta, aparto con la rodilla el taburete, atravieso de nuevo aquel infierno de la lujuria, paso junto a la patrona, y abriendo la puerta me precipito a la calle. Tan rápidamente bajé la escalera que ni siquiera puse la mano sobre el pasamanos de latón de la barandilla.» (Doktor Faustus de Thomas Mann)
Deussen
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Recuerdos de Nietzsche en la Calle Blumengasse de Leipzig
«Aparte de libros tiene también, por desgracia, hijos pequeños, que gritan mucho. El aire es puro, la casa está rodeada de huertos llenos de flores, hay un silencio casi solemne, sólo roto por los ruidos de una fábrica de cajas fuertes y de los ya citados hijos pequeños» Y añadía: «Hoy hace cien años que se matriculó el estudiante Wolfgang Goethe.» «Fue el 17 de octubre de 1863 cuando llegué a la estación de Leipzig, proviniente de Berlín, con mi amigo Mushacke... Al día siguiente me apunté en la secretaría de la Universidad; se trataba, precisamente, del día en el que se cumplían los cien años de la inscripción de Goethe, un día que la Universidad celebraba con la edición de un libro conmemorativo y con la concesión solemne de los últimos doctorados. No puedo decir lo agradable que me resultó este casual acontecimiento; lo asumí como un buen presagio de cara a mis años de Leipzig, y el futuro tuvo buen cuidado de que hoy pueda, efectivamente, ratificarlo como un buen presagio. El rector de entonces, Kahnis, nos intentó hacer ver... a todos los recién ingresados que todo genio sigue su camino propio y específico, por lo que no teníamos por qué tomar la época de estudiante de Goethe como un modelo a seguir. Dimos respuesta con una sonrisa furtiva a la alocución de aquel hombrecillo vivaz y redondo como una bola y formando un círculo en torno suyo que se disolvió en seguida fuimos dándole el usual apretón de manos. Más tarde nos dieron nuestros papeles
Leipzig
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Lección inaugural de Ritschl
«El primer acontecimiento grato que viví fue la primera aparición en público de Ritschl, que había desembarcado con toda felicidad en su nueva costa. De acuerdo con la costumbre académica tenía que dar su lección inaugural en el Aula Magna abierta a cuantos quisieran asistir. Había gran expectación en torno a la aparición de hombre tan famoso, de un hombre cuyo comportamiento en los asuntos de Bonn había puesto su nombre en todas las bocas y hasta lo había llevado a los periódicos. La comunidad académica hizo, en consecuencia, acto de presencia en su práctica totalidad, así como numerosos no estudiantes que se fueron procurando un lugar en el fondo de la sala. Apareció Ritschl acto seguido en la gran sala, deslizándose sobre sus grandes zapatos de fieltro, aunque, como era de esperar, con un impecable traje de ceremonia con fajín blanco. Fue dirigiendo su mirada alegre y desenvuelta a su nuevo entorno y no dejó de descubrir pronto rostros que le eran familiares. Según iba adentrándose por la sala llegó incluso a exclamar: "Ah, ahí está el señor Nietzsche", haciéndome una señal vivaz con la mano. Pronto reunió en torno suyo todo un círculo de discípulos de Bonn, con los que intercambió amablemente unas palabras, mientras la sala se iba llenando cada vez más y los dignatarios académicos ocupaban sus sitios. Al advertir esto último, subió con gesto jovial - desenvuelto a la cátedra y pronunció su hermoso discurso en latín sobre la utilidad y el valor de la Filología. Lo espontáneo y vivaz de su mirada, la enérgica juventud de su palabra, el fuego interior que daba intensidad a sus gestos, todo ello asombró al auditorio. 
Leipzig
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Intereses intelectuales de Nietzsche en Leipzig
«En ocasiones me sentía desasosegado e inquieto por esta falta de regularidad mía, pero pronto encontré la fórmula salvadora. En definitiva, de la mayoría de los cursos lo que me interesaba no era la materia, sino la forma como el maestro académico comunicaba a otros seres humanos su sabiduría. Mi participación más viva incidía, pues, en el método; y no dejaba de extrañarme de lo poco que en orden a los contenidos materiales se aprende en la Universidad y de lo mucho que, por el contrario, es valorada esta función de la misma. Vi, pues, con claridad que lo ejemplar y modélico del método, el modo de manejar un texto, etc., constituían, precisamente, el punto del que partía la irradiación capaz de ejercer una verdadera influencia. De ahí, pues, que me limitara a observar cómo se enseña, cómo se allega a un alma joven el método de una ciencia. Siempre me ponía yo en el lugar de un maestro académico y daba, desde este punto de vista, mi asentimiento o mi veredicto a los esfuerzos de conocidos docentes. Me esforcé, pues, más en aprender cómo se llega a ser un maestro que en aprender lo que normalmente se enseña en las universidades.
Leipzig
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Descubrimiento de Schopenhauer
«Me sentía por aquellas fechas colgado del aire, solitario, sin principios, sin esperanzas, sin un recuerdo grato, y con algunas experiencias dolorosas y decepciones. Construirme una vida propia, una vida adecuada a mí mismo, era mi aspiración de la mañana a la noche... En el feliz apartamiento de mi vivienda alcanzaba a concentrarme, a adentrarme en mí mismo, y cuando me encontraba con amigos, éstos eran siempre Mushacke y von Gersdorff, quienes, por su parte, alentaban objetivos muy similares a los míos. Creo que no será difícil imaginar la impresión que, en esta situación, tenía por fuerza que causarme la lectura de la obra principal de Schopenhauer. Encontré un día este libro en la librería de viejo del anciano Rohm. Ignorándolo todo sobre él, lo tomé en mis manos y me puse a hojearlo. No sé que demonio me susurró: "Llevate este libro a casa". Ocurrió, en cualquier caso, contra mi usual costumbre de no precipitarme en la compra de libros. Una vez en casa me arrojé con el tesoro recien adquirido a un ángulo del sofá y comencé a dejar que aquel genio enérgico y sombrío influyera sobre mí. Toda línea gritaba en él renuncia, negación, resignación; tenía ante mí un espejo en el que podía contemplar el mundo, la vida y mi propio ánimo con una grandeza deprimente. Un espejo desde el que el ojo solar del arte me miraba desde su absoluta falta de intereses. Vi enfermedad y curación; destierro y refugio; infierno y paraíso. La necesidad de autoconocimiento, incluso de automasticación, se apoderó de mí con fuerza indomeñable; testigos de aquella mutación profunda son hoy todavía, para mí, las páginas desasosegadas y melancólicas del diario que llevé por aquellas fechas, con sus autoacusaciones inútiles y su desesperada búsqueda de salvación y reconformación del entero núcleo humano En la medida en que procedí a someter todos mis rasgos y todas mis aspiraciones al tribunal de un sombrío autodesprecio, mi talante estaba lleno de amargura, poseído de un odio injusto y desenfrenado contra mi mismo. Ni siquiera renuncié a las mortificaciones corporales. Me obligué, en efecto, durante catorce días seguidos a acostarme a las dos de la noche y a levantarme exactamente a las seis de la mañana. Una excitación nerviosa muy singular se apoderó así de mí, y quién sabe hasta qué grado de locura no habría llegado de no haber operado, frente a aquel estado de ánimo mío, los atractivos de la vida, las sirenas de la vanidad y el imperativo de volver a mis estudios regulares.»
Leipzig
Biografía











































































































































































Carta de Nietzsche a su madre en la época de Leipzig
«"¡Cumple con tu obligación!". Bien, queridas mías, cumplo con ella o me esfuerzo, al menos, por hacerlo; pero ¿dónde acaba? Además, supongamos que viviera hasta el último resquicio de acuerdo con mi obligación. Pues bien, ¿es acaso el animal de carga más que el hombre, porque cumple mejor que éste lo que se le ordena? ¿Se hace justicia a la humanidad propia por el exclusivo camino de satisfacer puntualmente las exigencias a que se ve uno sometido en las circunstancias en que le ha tocado nacer? ¿Quién nos obliga a dejarnos determinar por las circunstancias? ¿Y si no queremos hacerlo? ¿Y si nos decidimos a no atender sino a nosotros mismos y a obligar a los hombres a asumirnos tal y como somos?  ¿Qué pasa en tal caso?  ¿Qué podríamos buscar actuando así? ¿Se trata acaso de construirse una existencia lo más soportable posible? En realidad, queridas mías, sólo hay dos caminos: o se esfuerza uno y se acostumbra a vivir todo lo limitadamente que pueda, sujeta la mecha de su espíritu lo más a ras de tierra posible, y una vez situado así busca riquezas y cultiva los placeres del mundo. O: se hace uno consciente de lo miserable que es la vida; toma uno nota de que cuanto más queramos gozar de ella, más esclavos suyos somos, renuncia, en consecuencia a los bienes de este mundo y se ejercita en la austeridad; es uno duro para consigo y amable para con los otros precisamente por la compasión que nos inspiran, compañeros nuestros, al fin, de miserias, vive uno, en una palabra, de acuerdo con las exigencias del Cristianismo primitivo, no del actual, dulzón y diluido.. Porque el Cristianismo no es cosa que uno pueda "cultivar" así en passant o porque está de moda. ¿Viene a resultar así la vida soportable? Sí, porque la carga es cada vez menor y no hay ya vínculos que nos aten a ella. Es soportable, porque puede ser rechazada ya sin dolor.»
Su madre le contestará que más le valía entregar su corazón a Dios y solamente a él. De ahí que Nietzsche decidiera ocultarle sus verdaderos estados de ánimo e incluso engañarla con regalos como la composición de un Kirie que le entregará con ocasión de su cumpleaños el 2 de febrero de 1866.
Leipzig
Biografía











































































































































































Libros filosóficos que Nietsche conoce en Leipzig
De las lecturas que parecieron impactarle en esta época habría que destacar esencialmente el descubrimiento que hizo en agosto de 1866 con la lectura de la Historia del materialismo de Albert Lange. Lange era un pensador imparcial y veraz, cuyo realismo positivista impresionó a Nietzsche en esta época, sobre todo porque permitía analizar sin prejuicios todo tipo de opiniones. Además, esta obra le permitió entrar en contacto, por primera vez, con el darwinismo y las corrientes económicas y políticas de la época.Le permitió tambien hacerse una imagen cabal de la obra de Kant y de los positivistas ingleses, que durante su época positivista jugaron un papel importante.
Leipzig
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Trabajos Filológicos de Nietzsche en Lepzig
El 18 de enero de 1866 habla en el restaurante von Löwe sobre Teognis. Obtiene un gran éxito. Ritschl le comunica que nunca había encontrado nada parecido en cuanto a rigor metodológico. Nietzsche afirma que en en ese momento nació como filólogo.
En 1867 Nietzsche ve publicado su trabajo Para una historia de la colección de sentencias de Teognis.
El 31 de julio de 1867 publica un manuscrito sobre Diógenes Laercio. Le antepuso un motto de Pindaro que sería durante mucho tiempo el motto de su vida, y, luego, el de Zarathustra: Llega a ser lo que eres. Obtiene el primer premio.Comienza a interesarse por la cuestión homérica. Sus investigaciones le llevarán a descubrir algunos de los puntos de vista que más tarde  tomarán cuerpo en el Nacimiento de la tragedia.
En Julio de 1867 pronuncia una conferencia titulada Sobre la guerra de aedas en Eubea. Allí se ocupa de la presunta competición entre Homero y Hesíodo. Rechaza tal rivalidad. Ve el agón (lucha y competencia) como una rasgos definitorio de los antiguos griegos. Su conclusión era  que Homero debía ser considerado como el primer poeta-artista de los griegos y el creador del epos artístico.
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Carta a Rohde
¿Qué te parece, amigo mío, tant de bruit pour une omelette? ¿No es cierto? Pero así somos, nos reimos de todas esas alabanzas, sabemos muy bien lo que hay ahí o, mejor, lo que hay detrás; y sin embargo, nuestro rostro no duda en deformarse con una mueca complaciente. En estas cosas nuestro viejo Ritschl es un alcahuete; his laudibus splendisimus intenta mantenernos presos en las redes de la dama filología» (l3 de febrero de 1868 a Erwin Rohde). Cuando escribió estas líneas a su amigo Rohde, Nietzsche era ya soldado en Naumburg.Cuando otro de sus trabajos vio la luz en, le asqueó de modo muy similar a como en su día pudo hacerlo su ensayo sobre Teognis. «¡Cómo me repele todo ese trabajo!... En muchas cosas es realmente falso, aún más, puro tartamudeo audaz, y el conjunto expresado inmaduramente» (8 de octubre de 1868 a Erwin Rohde).Todos estos relatos son pruebas muy claras de su posición real ante la Filología. Según él, a la mayoría de los filólogos de su tiempo les falta una visión global de la antigüedad y el modo de trabajar en deprimente, por sus elevadas dosis de erudición.
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Consecuencias del accidente
«Al cabo de esos diez días me hicieron por fin unos cortes en el pecho y desde ese momento he tenido el placer filoctético de una fuerte supuración. Con el desgarramiento de aquellos músculos se concentró mucha sangre en el interior del pecho, y ésta dejó paso a la supuración. Si te digo que se han sacado ya cuatro y cinco tazas de pus de esa herida, no exagero un punto. Desde entonces he dejado alguna vez la cama, pero mi estado es de lo más lamentable: extenuado como una mosca, estropeado como una vieja solterona, delgado como una cigüeña. Une a eso que cada vez que quiero levantarme cuando estoy tumbado tengo que pedir ayuda; tengo el pecho como oprimido, y todos los ligamentos, músculos y tendones me duelen. Anteayer salí por vez primera un rato al aire libre  y para dar un solo paso tenía que arrastrar las piernas como un inválido; al cabo de un cuarto de hora estaba muerto de cansancio.» En los primeros dias, cuando el dolor era más intenso, Nietzsche tomaba «todas las noches opio». A comienzos de abril todavía le fatigaba tanto escribir una carta, que tenía que volver a la cama en seguida. Seguía teniendo, de modo continuado, dolores, en ocasiones acompañados de convulsiones, y la herida seguía supurando. Que el 1 de abril le nombraran cabo no es cosa que, a decir verdad, le alegrara demasiado: «Maldita sea, mejor me hubieran declarado desde un principio exento.»
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El Esternón
«La supuración ha comenzado ya», escribía el 26 de mayo a Ritschl, «a infiltrarse también en el hueso, hasta el punto de que el otro día vi, para mi asombro, asomar un trozo de mi osamenta, un huesecillo. Así, pues, de momento me dedico a regar intensamente el hueco interior de la supuración con manzanilla y una solución de nitrato de plata. Me baño además tres veces por semana con agua caliente.» ¡Y esto todavía dos meses y medio después del accidente! El 6 de junio temía (según comunicaba a Rohde) «que el golpe más duro tal vez esté aún por venir. La supuración continúa, el esternón se ha visto atacado, y hoy el médico me ha llegado incluso a anunciar una operación en fecha muy próxima. Se trataría de extraer todo un trozo de hueso; para ello sería preciso abrir cortando las partes blandas y acto seguido incidir en el hueso atacado; o sea "reducir" el esternón, como decía el médico, scilicet "serrarlo" Sólo que cuando uno está bajo el cuchillo o la sierra del operador, la cosa esa que llamamos vida cuelga como de un hilo muy frágil». Pero de momento no ocurrió nada más, hasta que el 22 de junio comunicaba su decisión a Deussen: «Del canal supurante no paran de salir huesecillos, lo que indica lo dañado que está el esternón.
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Palabras a Rohde
«La llama poética de nuestro amigo no alcanza a matar bueyes, pero si a llevar al sueño a cualquiera. Le he pedido, por tanto, que renuncie a sus peligrosos fuegos de artificio. Va a volver, pues, a ser ante todo filólogo.»
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Carta a Sofhie Ritschl
«Anteayer a mediodía llegué a este lugar un tanto petulante que es el balneario de Wittekind; llovía intensamente y las banderas que habían sido desplegadas con ocasión de la fiesta de la fuente colgaban sucias y flojas. Mi casero, un timador declarado con gafas azules de esas que no transparentan nada, salió a recibirme y me acompañó a la habitación que había alquilado con seis días de antelación. Un cuarto con un sofá totalmente mohoso y más triste que un calabozo. En seguida me enteré de que para dos casas llenas de huéspedes, esto es, para unas veinte a cuarenta personas, este casero sólo tenía a tiempo completo una muchacha de servicio. Al cabo de una hora recibí ya la primera visita, pero tan desagradable que sólo pude quitármela de encima recurriendo a una enérgica cortesía. La atmósfera con la que me encontré era, en fín, en rasgos genetales fría, lluviosa y deprimente. Ayer inspeccioné un poco la naturaleza y la humanidad del lugar. En la mesa tuve la suerte de sentarme al lado de un señor sordomudo y de algunas figuras femeninas maravillosamente formadas. El lugar no parece malo; pero de tanta lluvia y humedad no hay quien dé un paso ni vea nada con gusto.»
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Nueva carta a Rodhe
«He vuelto a componer; influencias femeninas». Y: «cura en el balneario de Wittekind y cour
».
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Carta a Gersdorff
«Va de suyo que no puedo proseguir ahora mi servicio militar; en principio voy a ser declarado "inútil temporal"; la verdad es que puesto que me ha sido imposible pasar a oficial de reserva, lo que quiero es desaparecer poco a poco de las listas de los sujetos al servicio militar obligatorio.»
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Kant ambivalente
Nietzsche muestra su clara posición al respecto:
«El reino de la metafísica, y con él la provincia de la verdad absoluta, ha quedado irremediablemente del lado de la poesía y de la religión.....Pero debe quedar, en cualquier caso, bien sentado que la metafísica nada tiene que ver, ni como religión, ni como arte, con eso a lo que se llama lo verdadero en sí o lo que es en sí».
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Encuentro con Wagner
«Pensando que mis anfitriones habían organizado una velada al más alto nivel, decidí vestirme del modo más elegante posible. Por fortuna, mi sastre me había prometido tener acabado precisamente para el domingo un traje de etiqueta. El día salió lluvioso y friolento; llegó incluso a nevar.No daban, pues, las menores ganas de salir. De ahí que me alegrara tanto la visita del pequeño Roscher, que vino a primera hora de la tarde y me habló algo de los eleatas, del problema de Dios en la filosofia.....Comenzaba a hacerse oscuro y el sastre no aparecía. Roscher se fue y salí con él para dar personalmente con el sastre. Me encontré con sus esclavos afanosamente ocupados con mi traje: me prometieron enviármelo en tres cuartos de hora. Me di por satisfecho, pasé por el Kintschy, leí el Kladderadatsch, encontrándome en él, no sin satisfacción, con la noticia de que Wagner estaba en Suiza, aunque en Munich se construía a la sazón una hermosa casa para él. Yo sabía, sin embargo, que aquella tarde le vería y que ayer recibió una carta del pequeño rey  (Luis II de Baviera) con la siguiente dirección: "Al gran compositor alemán Richard Wagner". Al llegar a casa no vi sastre alguno, ciertamente. Aún me dio tiempo para leer la disertación sobre la Eudocia, con ruidos penetrantes que me llegaban de vez en cuando de lo lejos y me intranquilizaban. Por fín tuve la seguridad de que había alguien delante de la venerable y familiar puerta de hierro de fuera, esperando. Estaba cerrada, igual que la de la casa. Grité a través del jardín al hombre aquél que diera la vuelta y entrara por detrás; imposible hacerse oír con el estruendo de la lluvia. La casa se puso en movimiento, por fin alguien abrió la puerta y vi ante mí a un anciano con un paquete. Eran las seis y media, hora, pues, de vestirme y acicalarme, dado lo apartado que vivo. El hombre traía, efectivamente, mis cosas; me las probé por encima y me iban bien. De pronto, un movimiento sospechoso. Presenta la cuenta. La acepto cortésmente. Quiere que se le pague a la entrega misma de las cosas. Lleno de asombro le hago saber que nada tengo que tratar con él, que es un mero empleado de mi sastre; que ya me arreglaré con este último, que es a quien di el encargo. El hombre se vuelve cada vez más apremiante, el tiempo apremia también; cojo las cosas y comienzo a ponérmelas, el hombre coge las cosas y me impide ponérmelas. Forcejeo, forcejea. Toda una escena. Lucho en camisa, porque quiero ponerme mis pantalones nuevos. Al final, ostentación de dignidad, amenaza solemne; imprecación de mi sastre y de su auxiliar, juramento de venganza. Y al hilo de todo ello, el hombrecillo se va con mis cosas. Fin del segundo acto: me dejo caer en camisa sobre el sofá, perdido en mis meditaciones, y contemplo una chaqueta negra. ¿Será bastante para Richard?
Fuera cae la lluvia.
Son las siete y cuarto. Mi cita con Windisch es a las siete y media, en el café del teatro. Me hundo en la lóbrega noche, también un hombrecillo negro yo mismo, sin fraqué, pero en un estado de ánimo de lo más novelesco: la suerte me es favorable, hasta la escena del sastre tiene algo de extraño y desusado. Llegamos al muy agradable salón de los Brockhaus: nadie en él, salvo los miembros más allegados de la familia, Richard y nosotros dos. Soy presentado a Richard y le expreso, con breves palabras, mi veneración; se informa con todo detalle acerca de mi grado dc familiaridad con su música, censura agriamente todas las representaciones de sus óperas, con la excepción de la famosa de Munich, y se burla de los directores que gritan a su orquesta en tono afable: ¡Señores míos, ahora pasión!, ¡Mis queridos amigos, un poco más de pasión todavía! A Wagner le gusta mucho imitar el dialecto de Leipzig. Espero poder contarte pronto lo que esta velada nos ofreció; verdaderamente, placeres de una naturaleza tan picante, que ni siquiera hoy estoy en mi estado normal de ánimo; ya ves, no tengo nada mejor que hacer que hablar contigo, querido amigo mío, - anunciarte la "buena nueva". Antes  y despues de la mesa Wagner interpretó para nosotros todas las partes importantes de los Maestros cantores, imitando muy bien las diferentes voces y con la mayor desenvoltura. La verdad es que es un hombre fabulosamente vivo y ardiente, que habla muy de prisa, lleno de ingenio y que sabe alegrar mucho una reunión íntima del tipo de las que te estoy hablando. Entretanto mantuve con él una larga charla sobre Schopenhauer; ay, no sabes qué placer fue para mí oírle hablar de él con un calor tan indescriptible, de lo que le debe, de cómo le considera el único filósofo que ha comprendido la esencia de la música. Acto seguido me preguntó por la actitud actual de los catedráticos para con él; se rió mucho del Congreso de Filosofía de Praga y me habló de los "mozos de comedor filosóficos" Después nos leyó un trozo de su autobiografía -a cuya redacción está entregado ahora-, una escena sobremanera divertida de su vida de estudiante en Leipzig, en la que ni siquiera ahora puedo pensar sin estallar en carcajadas; además, escribe con gran ingenio y soltura. Al final, cuando los dos anunciamos nuestra intención de irnos, me apretó con gran calor la mano y me invitó muy amablemente a visitarle para cultivar juntos música y filosofia; también me encargó que familiarizara a su hermana y demás parientes con su música, cosa que le he prometido solemnente.

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Informe de Rischl
«Con ser tantas las fuerzas jóvenes que desde hace ya más de treinta y nueve años he visto desarrollarse ante mis ojos, debo decir que no he conocido un hombre joven, o lo que es igual, nunca he intentado alentar con todo mi empeño por el camino de mi disciplina a ningún joven que haya madurado tanto con tanta juventud y tanta celeridad como este Nietzsche... Si es constante y Dios le concede una larga vida, profetizo que llegará a situarse en el primerísimo rango de la filología alemana. Tiene ahora veinticuatro años: fuerte, robusto, sano de cuerpo - de carácter, adecuado para infundir respeto a naturalezas similares. Posee además el don envidiable de la elocuencia, es capaz de exponer con toda claridad, sin guión ni apunte alguno, de una manera tan sosegada como desenvuelta. Es el ídolo y (sin proponérselo) el jefe de fila de todo el mundo de filólogos jóvenes de aquí de Leipzig, que (siendo bastante nutrido), no puede contar con la expectativa de oírle como docente.»
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Envidia de Deussen
Por estas fechas, Deussen, luchaba como profesor de enseñanza media por abrirse paso hacia una carrera de erudito. Por ello no pudo reprimir, con ocasión de nombramiento como catedrático de Nietzsche, un sentimiento de envidia y de fracaso personal. A Nietzsche le pareció tan mal su postura que le escribió: Estimado amigo, si tu última carta no se debe a perturbaciones mentales repentinas, tengo que rogarte que des, con la presente, por acabadas nuestras  relaciones. Friedrich Nietzsche.
A pesar que Deussen se disculpó y que Nietzsche mostró una actitud transigente, no introdujo ningún cambio en su posición fundamental: la amistad es algo muy sagrado, un empeño y un deber. Los arrebatos de envidia no son permisibles entre verdaderos amigos.
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Lección inaugural de Nietsche en Basilea
«Allí donde el hombre moderno cae en beata admiración ante sí mismo, allí donde la cultura helénica es considerada como un punto de vista superado y, por lo tanto, indiferente... los filólogos debemos contar siempre con la ayuda de los artistas y de las naturalezas artísticas, dado que sólo éstas están en condiciones de percibir que la espada de la barbarie pende siempre sobre la cabeza de cuantos pierden de vista la sencillez indecible y la noble dignidad de lo helénico.» Como ciencia la filología ni siquiera constituye, ciertamente, un cuerpo unitario; es el fruto de la mezcla de muchos ingredientes y esto en una relación de reciprocidad inextricable con el arte. «La vida es digna de ser vivida, dice el arte; la vida es digna de ser estudiada, dice la ciencia. Esta contraposición nos revela la íntima y a menudo desgarradora contradicción contenida en el concepto y, por consiguiente, en la actividad de la filología clásica por él guiada.» Si el filólogo procede de modo puramente científico es posible que encuentre tesoros, pero al precio de «perder siempre lo maravillosamente formativo, incluso el aroma genuino de la atmósfera antigua», al precio, en fín, de «olvidar esa emoción nostálgica que con el poder del instinto»  - el más glorioso de los guías - llevó a nuestros sentidos y a nuestra capacidad de goce del lado de los griegos». La filología es un centauro, y «los esfuerzos artístico-científicos de estos singulares centauros se dirigen, todos ellos, con energía inconmensurable, pero con lentitud ciclópea, a colmar el abismo abierto entre la Antigüedad ideal que acaso no sea sino la floración más bella de la nostalgia germánica por el Sur-  y la real; y con ello la filología clásica no aspira a otra cosa que a la definitiva perfección y culminación de su esencia más propia, al pleno desarrollo y a la integración de sus impulsos fundamentales, inicialmente enemigos y sólo unidos por la fuerza» 
Despues de tratar el tema de las leyendas populares homéricas y sobre la vieja fábula de la rivalidad entre Homero y Hesíodo, Nietzsche ponía  fin -un tanto abruptamente- con una confesión muy personal a su lección inaugural.
«Y basta. Aunque quiero decir aún dos palabras personales, que la ocasión de este discurso podrá, sin duda, hacer perdonar. También un filólogo puede condensar la meta de sus esfuerzos y el camino que a ella conduce en la breve fórmula de una profesión de fe; y así lo haré yo, invirtiendo un dicho de Séneca: «philosohia facta est quae philologia fuit»
Con esto quiero expresar que toda actividad filológica debe estar impregnada de una concepción filosófica del mundo, en la cual todo lo particular y singular sea condenado como algo desdeñable, y sólo quede en pie la unidad del todo. Y así, permitidme alentar la confianza de que, inspirado en esta tendencia, no sea un extraño entre vosotros...»
Vemos perfectamente como Nietzsche tiene conciencia plena de los límites de la Filología como especialidad científica particular. Vemos tambien como era consciente de que su época de aprendizaje ya había pasado y como su genio reformador y protopostentante le incita a ir más alla de su propia especialidad y saltar barreras. Desde una posición distinta a la de Marx, pero posiblemente con el mismo objetivo de liberar al hombre de sus cadenas, Nietzsche deja claro ya al entrar en Basilea que lo primeramente necesario es una fuerza espiritual (no material), un genio capaz de moldear las circunstancias culturales, y que son los inconscientes impulsos de los pueblos, es decir, sus potencias espirituales, los genuinos portadores del desarrollo de la historia. Pues bien, Nietzsche se propuso la tarea de despertar esas potencias que, según él, estaban adormiladas. Y en estos momentos, piensa que la obra de Schopenhauer y la música de Wagner son los sillares fundamentales de esta revolución. Se sentía entregado a una misión en la que, de momento, se consideraba acompañado, aunque su instinto más profundo le decía que iba a quedarse sólo y aislado y que su tarea le aguijonaría en su carne y en su vida.
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