Introducción a Más allá del bien y del mal
(adaptación a introducción de Andrés Sanchez Pascual)

 

 

GLOSARIO DEL ZARATHUSTRA

REAJUSTE MIRADA

TEMAS DE LA OBRA

DESPUES DE Más allá del bien y del mal

PRESENTACIÓN Más allá del bien y del mal

«glosario» de Asi habló Zaratustra

Más allá del bien y del mal es el primer libro publicado por Nietzsche tras la edición privada, en cuarenta ejemplares, de la cuarta parte de Así habló Zaratustra en 1885. Sin embargo, las ideas expresadas en la obra que el lector tiene en sus manos no nacieron únicamente tras la conclusión del Zaratustra, sino que, como no podía ser menos, dada la manera de trabajar de Nietzsche, se remontan a varios años atrás. Ha podido demostrarse que algunos de los apuntes que luego se integraron en las páginas de Más altá del bien y del mal fueron escritos ya durante el verano de 1881. También en algunos cuadernos del invierno de 1882-83, estrechamente relacionados con la composición del primer Zaratustra, se encuentran esquemas y fragmentos que, reelaborados, pasarán a formar parte de esta obra. Pero es el mismo Nietzsche el que, en un esbozo de prólogo para Más allá del bien y del mal redactado en la primavera de 1886, y luego descartado, nos indica la génesis y el significado de su libro.
Dice así ese fragmentario prólogo:

«Este libro está compuesto de anotaciones que hice durante la génesis de Así habló Zaratustra, o, más exactamente, durante los entreactos de esa génesis, ya para recrearme, ya para interrogarme y justificarme a mi mismo en medio de una empresa ilimitadamente osada y responsable. Si alguna vez algo ha brotado de si mismo o, como antes se decía - ha sido inspirado -, sin modelo, ejemplo, miradas retrospectivas, propósitos, ese algo es Zaratustra. Servíos de este libro nacido de él para una finalidad similar, o también como de un sendero laberíntico que una y otra vez conduce de manera imperceptible hacia aquel peligroso y salvaje terreno del que surgió el recién mencionado 'Libro para todos y para nadie'. Suponiendo que este 'Preludio de una filosofía del futuro' no sea ni quiera ser un comentario a la doctrina de Zaratustra, acaso lo sea, sin embargo, una especie
de glosario en el que 'las más importantes innovaciones conceptuales de aquel libro aparecen todas de algún modo y son llamadas por su nombre.»

La vinculación de esta obra con los temas de Asi habló Zaratustra está, pues, atestiguada por el propio autor. Ahora bien, su tratamiento es distinto. O como dice el mismo Nietzsche en una carta de 22 de septiembre de 1886 dirigida a Jacob Burckhardt al anunciarle el envío de Más allá del bien y del mal: «Lea usted, por favor, este libro (aunque dice las mismas cosas que mi Zaratustra, bien que de manera distinta, de manera muy distinta).» En efecto, entre la luminosidad solar y el tono
lírico, profético y simbólico de Así habló Zaratustra, por un lado, y la sombría seriedad y el nada jovial tono sarcásrico y exasperado de esta obra, por otro, las diferencias son inmensas. Y esas diferencias consisten ante todo en un reajuste de la mirada.
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Un reajuste de la mirada

«Si se tiene en cuenta que este libro viene despues del Zaratustra, se adivinará tambien quizá el régimen dietético a que debe su nacimiento. El ojo, malacostumbrado por una enorme coerción a mirar lejos -Zaratustra ve más lejos aún que el zar-, es aquí forzado a captar con agudeza lo más cercano, la época, lo que nos rodea. Se encontrará en todo el libro, sobre todo también en la forma, idéntico alejamiento voluntario de los instintos que hicieron posible un Zararustra» (Ecce homo).
La óptica del libro es, pues, la de la proximidad, la del microscopio, la de unos ojos que casi chocan con su objeto. Y, por tanto, es una óptica que conduce a la negación, motivada por unas miserias que ahora son contempladas desde cerca, sin aquella lejanía del Zaratustra que permitia pasar por alto y olvida  momentáneamente los defectos. En el Zaratustra Nietzsche había realizado la parte afirmativa de su tarea. Ahora le llegaba su momento a la parte negativa y destructora. (Véase Ecce homo)
El mencionado reajuste de la mirada puede ser explicado tambien diciendo que consiste en un paso del símbolo al concepto. Lo que en el Zarathustra queda anegado bajo un torrente de altísima poesía, pletórica de símbolos prodigados sin reserva y a manos llenas, aquí, en cambio, es reducido a una psicología que Nietzsche reclama repetidas veces (al psicólogo le será lícito aspirar al menos a que la psicología vuelva a ser reconocida como señora de las ciencias, para cuyo servicio y preparación existen todas las otras ciencias. Pues a partir de ahora vuelve a ser la psicología el camino que conduce a los problemas fundamentales» es una  psicología de la insidia, cuya principal virtud está en hacer sospechosos todos los objetos en que su mirada se clava. Nada queda a salvo de la sospecha, sobre todo lo denominado «bueno», tras cuya engañosa máscara se oculta según Nietzsche, el resentimiento, o sea el cristianismo, o sea el platonismo, o sea las «ideas modernas». Nietzsche mantiene constantemente presente en su alma la imagen del superhombre que yace prisionera de modo lastimoso en la humanidad actual. Y por ello su mano se impacienta y lanza el martillo contra el bloque de piedra del que trata de liberar aquella imagen. Mas, en contraste con la exasperación mental, el lector podrá observar en la escritura de esta obra un ritmo lento, sosegado, una sorprendente, por inesperada, capacidad de ser violento sin perder las buenas formas. La compostura de Nietzsche en sus ataques resulta a veces irritante, precisamente por el tono moderado de éstos  se adivina que no es sólo rabia o nausea lo que mueve su pluma, sino ante todo menosprecio y a veces hasta un amor engañado que aún no ha perdido las últimas esperanzas. Por todos ha sido reconocido que la prosa de Más allá del bien y del mal es una de las más limpidas de toda la literatura alemana.
Y en ella pretende Nietzsche volver al «gran periodo» antiguo, un periodo al que, según sus palabras, no se tiene ya derecho.
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Los temas de la obra

«Este libro es, en todo lo esencial, una critica de la modernidad» (Ecce homo) En él Nietzsche
pasa revista a temas que, ciertamente, no eran desconocidos en sus obras anteriores. Más aún, comparando los simples indices de Humano,demasiado humano, y de Más allá del bien y del mal se advierte que son casi idénticos. Pero, como queda dicho, el modo de verlos es distinto. La mirada «ilustrada» de la época anterior a Así habló Zaratustra ha sufrido ahora un cambio: el que procede de haber contemplado la figura del superhombre. El «espiritu libre», concepto capital en toda la filosofia de Nietzsche, es el lazo que une aquella primera época con esta otra posterior al Zaratustra. Mas ahora ese «espiritu libre» no es el mero «librepensador», sino un espiritu que está más allá del bien y del mal. Y ese estar más allá del bien y del mal deja sentir su influencia sobre todos y cada uno de los temas tratados.
Comienza el libro con una critica de «los prejuicios de los filósofos». La «voluntad de verdad», aparentemeutte desinteresada y contemplativa, queda desenmascarada como voluntad de poder; lo que unos mueve a risa en los filósofos es su falta de honestidad, dice Nietzsche, pues llaman «la verdad» a lo que no constituye más que su «fe», a la cuál ellos le han añadido, con posterioridad,
unas razones justificadoras. Los filósofos son meros abogados de su creencia y, por tanto, gentes dispuestas a utilizar cualquier ardid con tal de que tal «convicción» salga triunfante. La contraposición entre el mundo real y el aparente, la creencia en el atomismo (sobre todo en el atomismo anímico), la creencia en el instinto de autoconservación como instinto capital de lo viviente, la creencia en los conocimientos inmediatos, en el sujeto, en la voluntad libre, son temas analizados en esta primera sección, cuya cima se encuentva sin duda en el aforismo 19.
«El espíritu libre» se estudia en la sección segunda, y su comparación con el «espiritu libre» anterior a Así habló Zaratustra muestra con claridad que la «repetición» del tema es una repetición desde una perspectiva muy distinta. La defensa de la verdad a toda costa, tan ensalzada en aquella primera época, queda aquí sometida a burla. Y la importante distinción entre uuta época premoral, una segunda moral y otra tercera extramoral de la humanidad (véase aforismo 32) servirá a Nietzsche para ulteriores planteamientos.
También la sección tercera es una repetición (Humano, demasiado humano, tiene, en efecto, una sección titulada La vida religiosa»). El descubrimiento de la rebelión de los esclavos en la moral es posiblemente la fórmula que más se ha divulgado. Pero hay otros análisis que revelan una extremada penetración psicológica, asi, por ejemplo, los de las distintas clases de pasión por Dios (aforismo 50), los de las relaciones entre filosofia moderna y religión (aforismo 54), los de los distintos tipos de crueldad religiosa (aforismo 55) y los de la incredulidad (aforismo 58).
La sección cuarta, titulada «Sentencias e interludios», es una vuelta al aforismo breve y punzante, de larga tradición en Nietzsche. Y la quinta, asimismo una repetición («Para la historia natural de la moral» es aquí el titulo «Para la historia de los sentimientos morales» lo era en Humano, demasiado humano), señala las tareas de una nueva «ciencia de la moral», a la que Nietzsche dedicará el libro siguiente a éste, La genealogía de la moral.
El examen del «intelectual europeo» se diria hoy, llena la sección sexta. En ella Nietzsche señala los peligros que al surgimiento del verdadero filósofo opone el modo moderno de trabajar en la ciencia. En general, el hombre docto aparece nada más que como un animal de tiro (Veáse en Así habló Zaratustra, «De los sabios famosos») , nada más que como un espejo que se reduce a reflejar lo que a su lado pasa, para poder eludir el enfrentarse a si mismo.
«Nuestras virtudes» reza el título de la sección séptima. Y más que nuestras virtudes, nuestra virtud: la honestidad. En esta sección encontramos, de manera imprevista un  largo tratado (aforismos 231 a 233) sobre la mujer, donde  Nietzsche expone un serie de pensamientos que ridiculizan ante todo la «emancipación femenina» falsamente entendida. «Para un hombre profundo y ateo una mujer sin piedad resulta algo completamente repugnante o ridiculo» .
La sección octava es una de las más cercanas a la epoca en que fue escrita y constituye una crítica implacable de la politica de aquel tiempo y, ante todo, del Reich. La irónica conversación de dos viejos «patriotas» sobre Bismarck (aforismo 241), asi como los aforismos dedicados a los judíos (250-251) y los referentes a Francia, Inglaterra, Rusia, contienen, por un lado,análisis retrospectivos y, por otro, profecias que, leidas ahora, asombran por su agudeza.
La sección novena y última tiene como tema básico el del surgimiento de una nueva casta que pudiera sacar a Europa de su postración y su empequeñecimiento. Al europeo de aquella época contrapone Nietzsche el «buen europeo», en el cual se encarna ahora el «espiritu libre».
Ese es uno de los escalones por los que poder ascender hacia el superhombre. Como lo son también esos nuevos filósofos que están apareciendo en el horizonte y a los que Nietzsche alude desde el principio hasta el final.
El largo aforismo 295, dedicado al «genio del corazón», esto es, a Dioniso, enlaza Más allá del bien y del mal con la primera obra de Nietzsche (aludida en ese mismo aforismo), El nacimiento de la ttagedia. Pero mientras que en esta obra Dioniso era ante todo un simbolo estético, ahora se presenta como un dios-filósofo, como un dios del conocimiento que otorga su saber a sus discipulos, enriqueciéndolos y llenándolos de tesoros. Y lo que ese dios quiere es hacer al hombre «más fuerte, más malvado y más profundo, también más hermoso» .
Por lo apuntado aqui brevemente, podrá observar el lector que este libro constituye en verdad, como el mismo Nietzsche dice, «una crítica de la modernidad» en todos sus aspectos. Y en esa crítica «la psicologia es manejada con una dureza y una crueldad declaradas».
«Este libro - dice también Nietzsche- carece de toda palabra benévola» (Véase Ecce homo).
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La continuación de Más allá del bien y del mal

Más allá del bien y del mal tiene una continuación y un desarrollo en La genealogía de la moral. En la contraportada de esta obra, Nietzsche hizo imprimir, en efecto, las siguientes palabras: «Añadido a Más allá del bien y del mal, recientemente publicado, como complemento y aclaración.» Algunos temas que aqui son tocados de manera rapsódica y sin detenerse demasiado son alli tratados en una forma amplia y sistemática. Asi se estudia en primer término, de manera microscópica, en el «tratado primero», titulado «'Bueno y malvado','bueno y malo' », lo que será a partir de ese momento el eje de las consideraciones histórico-morales de Nietzsche: la aclaración de las distintas morales por el pathos de que brotan. Lo cual nos lleva a tratar del titulo del libro y de la manera de traducir ese título. De tal manera se ha impuesto la expresión Más allá del bien y del mal, por otra
parte sólo parcialmente equivoca, que hoy resulta casi imposible traducir ese título de manera distinta. Sin embargo, lo que el titulo quiere decir es propiamente: Más allá de las designaciones, o de los sentimientos, o de las palabras que contraponen lo «bueno» (gut) a lo «malvado» (böse), en lugar de contraponer lo bueno (gut) a lo malo (schlecht). Las morales basadas en la primera antitesis
son, dice Nietzsche, morales basadas propiamente en el odio a la vida, en el resentimiento, en  los débiles. Las morales basadas en la segunda antitesis son, en cambio, las morales brotadas del sentimiento aristocrático, las morales nacidas del amor a la existencia.
Por otra parte, la expresión «más alla» fluctúa en Nietzsche entre dos direcciones. Representa, de un lado, una superación hacia adelante, en el sentido de dejar atrás, tanto cronológica como intelectual y afectivamente, las morales decadentes, hasta arribar a una época «extramoral». Más, de otro, puede significar una superación hacia atrás, en el sentido de regresar a una época «premoral», en la cual aún no habia sido envenenada la humanidad por los presuntos ideales metafisicos desvincualdos de «este» mundo.
Como se ve, pues, Más allá del bien y del mal ocupa un puesto clave en la obra de su autor, primero como glosario conceptual de Así habló Zaratustra, y luego como inicio de la última etapa de Nietzsche, en que éste hubiera querido construir la gran obra filosófica que quedó truncada.
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