Más allá del bien y del
mal
Introducción
Prólogo
De los prejuicios de los filósofos
El espíritu libre
El ser religioso
Sentencias e Interludios
Para la historia natural de la moral
Nosotros los doctos
Nuestras virtudes
Pueblos y Patrias
¿Qué es Aristocrático?
Desde las altas montañasOTRAS OBRAS
Nacimiento tragedia
Consideraciones intempestivas
Aurora
La Gaya ciencia
Humano, demasiado Humano
Así habló Zarathustra
Genealogía de la moral
Crepúsculo de los ídolos
El Anticristo
Ecce Homo
OTRAS SECCIONES
Filosofía de Nietzsche
Biografía de Nietzsche
Imágenes sobre Nietzsche
Cronología obras de Nietzsche
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Más allá del bien y del mal es el primer libro publicado por
Nietzsche trás la edición privada, en cuarenta ejemplares, de la cuarta parte del Así
habló Zarathustra en 1885.
En Más allá del bien y del Mal Nietzsche pasa
revista a temas que, ciertamente, no eran desconocidos en sus obras anteriores. Más aún,
comparando los simples indices de Humano, demasiado humano, y de
Más allá del bien y del mal se advierte que son casi
idénticos. Sin embargo, el modo de verlos es distinto. La mirada «ilustrada» de la
época anterior a Así habló Zaratustra ha sufrido ahora un
cambio: el que procede de haber contemplado la figura del superhombre.
El «espiritu libre», concepto capital en toda la filosofia de
Nietzsche, es el lazo que une aquella primera época con esta otra posterior al
Zaratustra. Mas ahora ese «espiritu libre» no es el mero «librepensador», sino un
espiritu que está más allá del bien y del mal. Y ese estar más allá del bien y del
mal deja sentir su influencia sobre todos y cada uno de los temas tratados.
Comienza el libro con una critica de «los prejuicios de los filósofos».
La «voluntad de verdad», aparentemeutte desinteresada y contemplativa, queda
desenmascarada como voluntad de poder; lo que nos mueve a risa en los filósofos es su
falta de honestidad, dice Nietzsche, pues llaman «la verdad» a lo que no constituye más
que su «fe», a la cuál ellos le han añadido, con posterioridad, unas razones
justificadoras. Los filósofos son meros abogados de su creencia y, por tanto, gentes
dispuestas a utilizar cualquier ardid con tal de que tal «convicción» salga triunfante.
La contraposición entre el mundo real y el aparente, la creencia en el atomismo (sobre
todo en el atomismo anímico), la creencia en el instinto de autoconservación como
instinto capital de lo viviente, la creencia en los conocimientos inmediatos, en el
sujeto, en la voluntad libre, son temas analizados en esta primera sección, cuya cima se
encuentra sin duda en el aforismo 19.
«El espiritu libre» se estudia en la sección segunda,
y su comparación con el «espiritu libre» anterior a Así habló Zaratustra muestra
con claridad que la «repetición» del tema es una repetición desde una perspectiva muy
distinta. La defensa de la verdad a toda costa, tan ensalzada en aquella primera época,
queda aquí sometida a burla. Y la importante distinción entre una época premoral, una
segunda moral y otra tercera extramoral de la humanidad (véase aforismo 32) servirá a
Nietzsche para ulteriores planteamientos.
También la sección tercera es una repetición (Humano, demasiado
humano, tiene, en efecto, una sección titulada La vida religiosa»).
El descubrimiento de la rebelión de los esclavos en la moral es posiblemente la fórmula
que más se ha divulgado. Pero hay otros análisis que revelan una extremada penetración
psicológica, asi, por ejemplo, los de las distintas clases de pasión por Dios (aforismo
50), los de las relaciones entre filosofia moderna y religión (aforismo 54), los de los
distintos tipos de crueldad religiosa (aforismo 55) y los de la incredulidad (aforismo
58).
La sección cuarta, titulada «Sentencias e interludios»,
es una vuelta al aforismo breve y punzante, de larga tradición en Nietzsche. Y la quinta,
asimismo una repetición («Para la historia natural de la moral»
es aquí el titulo «Para la historia de los sentimientos morales» lo era en Humano,
demasiado humano), señala las tareas de una nueva «ciencia de la moral», a la que
Nietzsche dedicará el libro siguiente a éste, La genealogía de la moral.
El examen del «intelectual europeo» se diria hoy, llena la sección
sexta. En ella Nietzsche señala los peligros que al surgimiento del verdadero
filósofo opone el modo moderno de trabajar en la ciencia. En general, el hombre docto
aparece nada más que como un animal de tiro (Veáse en Así habló Zaratustra,
«De los sabios famosos») , nada más que como un espejo que se
reduce a reflejar lo que a su lado pasa, para poder eludir el enfrentarse a si mismo.
«Nuestras virtudes» reza el título de la sección
séptima. Y más que nuestras virtudes, nuestra virtud: la honestidad. En
esta sección encontramos, de manera imprevista un largo tratado (aforismos 231 a
233) sobre la mujer, donde Nietzsche expone un serie de pensamientos que ridiculizan
ante todo la «emancipación femenina» falsamente entendida. «Para un hombre profundo y
ateo una mujer sin piedad resulta algo completamente repugnante o ridiculo» .
La sección octava es una de las más cercanas a la epoca en que fue
escrita y constituye una crítica implacable de la politica de aquel tiempo y, ante todo,
del Reich. La irónica conversación de dos viejos «patriotas» sobre Bismarck (aforismo
241), asi como los aforismos dedicados a los judíos (250-251) y los referentes a Francia,
Inglaterra, Rusia, contienen, por un lado,análisis retrospectivos y, por otro, profecias
que, leidas ahora, asombran por su agudeza.
La sección novena y última tiene como tema básico el del surgimiento
de una nueva casta que pudiera sacar a Europa de su postración y su empequeñecimiento.
Al europeo de aquella época contrapone Nietzsche el «buen europeo», en el cual se
encarna ahora el «espiritu libre». Ese es uno de los escalones por los que poder
ascender hacia el superhombre. Como lo son también esos nuevos filósofos que están
apareciendo en el horizonte y a los que Nietzsche alude desde el principio hasta el final.
El largo aforismo 295, dedicado al «genio del corazón», esto
es, a Dioniso, enlaza Más allá del bien y del mal
con la primera obra de Nietzsche (aludida en ese mismo aforismo), El
nacimiento de la tragedia. Pero mientras que en esta obra Dioniso
era ante todo un simbolo estético, ahora se presenta como un dios-filósofo, como un dios
del conocimiento que otorga su saber a sus discipulos, enriqueciéndolos y llenándolos de
tesoros. Y lo que ese dios quiere es hacer al hombre «más fuerte, más malvado y más
profundo, también más hermoso» .Por lo apuntado aqui brevemente, podrá observar el
lector que este libro constituye en verdad, como el mismo Nietzsche dice, «una crítica
de la modernidad» en todos sus aspectos. Y en esa crítica «la psicologia es manejada
con una dureza y una crueldad declaradas». «Este libro - dice también Nietzsche- carece
de toda palabra benévola» (Véase Ecce homo).
(Andrés Sanchez Pacual)
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