Texto acerca de la retórica como arte de la persuasión
Ahora es cuando me parece que me has dado, amigo Gorgias, una idea aproximada
de la opinión acerca de la retórica; porque, si no entiendo mal, dices que la
retórica es artesana de la persuasión y que toda su actividad tiende a ella
como a su fin siendo su principal objeto. Lo que sucede es que no entiendo
claramente en que consiste tal persuasión ;pues,¿te parece a ti que es la
retórica la única que produce persuasión, o cumplen también otras artes esa
función? Mas claro:¿es que acaso aquel que enseña, lo que quiera que sea, no
persuade, de aquello sobre lo que enseña? Así, por ejemplo, dado que es verdad
que la aritmética y el maestro de tal disciplina nos enseñan todo aquello que
tiene relación con el número, tiene que resultar que también persuada y, por
consiguiente, habría que concluir que la aritmética es artesana de la
persuasión, y, que, por ello, la retórica no es la única artesana de tal
persuasión. Y si no es el único arte que desempeña tal cometido de nuevo habría
que preguntarse acerca de la clase de persuasión que produce el arte oratorio y
a que objeto tiende tal persuasión... Como ahora contestas que la retórica es
autora de la persuasión ante tribunales y de las restantes reuniones de los
ciudadanos .. se hace necesario examinar lo siguiente: parece evidente que
ciencia y creencia son cosas distintas y que, aquellas, mientras existen
creencias verdaderas y falsas; es imposible que haya ciencia falsa y ciencia
verdadera (al mismo tiempo). Ahora bien, como tanto los que han aprendido como
los que tienen una creencia están persuadidos ..debemos admitir dos clases de
persuasión: la que proporciona la creencia sin ciencia y la que depara la
ciencia ..Lo que sucede es que ante esta nueva situación, habría que
preguntarse de nuevo que clase de persuasión es la que produce la retórica en
los tribunales y en las restantes reuniones de ciudadanos en relación, por
ejemplo, con lo justo y lo injusto:¿aquella de la cual brota el creer sin el
saber, o aquella que da lugar al saber? Cómo veo que respondes, amigo Gorgias,
que la retórica es artesana de la persuasión que mueve a creer...entonces,
realmente, el orador no ejerce una función docente ante los tribunales y en las
restantes reuniones de ciudadanos, en lo que concierne a los justo y a lo
injusto, sino que se limita a inspirar la creencia.
Platón. GORGIAS.453a
1ªParte
ACERCA DE LA NATURALEZA DE LA RETÓRICA
Respóndeme Sócrates (afirma Polo ):puesto que te parece que Gorgias no anda
acertado en lA definición de la retórica; dime tu:¿que crees que es? Pienso
(contesta Sócrates) que consiste en Una adquisición experimental o rutinaria
encaminada a producir cierto encanto o placer...Le sucede lo mismo que a la
adquisición experimental adquirida de modo rutinario por un cocinero( que no
posee realmente un arte )que a través de la preparación de sus alimentos
produce agrado o placer. En este sentido, tanto la retórica como la cocina
formarían parte de una misma práctica. Por todo ello, la retórica no merece
el nombre de arte ya que llega con que (al que ha adquirido la rutina de la
misma) tenga un espíritu dotado por naturaleza del don de gentes, con lo que
llevar a la practica la adulación y el halago La retórica es una parte de la
política, pero considero que es un feo retrato de la misma y, en cuanto feo,
también malo. Y es un retrato feo y malo de la política porque en ella sucede
lo mismo que con los cuerpos o las almas que aparentemente gozan de buen estado
..aunque la realidad es muy otra ...Pero voy a aclararte aún mas lo que quiero
decir.. ..:existen dos artes relativas a esos dos elementos: a una, la que esta
relacionada con el alma, le doy el nombre el nombre de política; en cuanto a la
otra, la concerniente al cuerpo, ..se desdobla en dos, la gimnasia y la
medicina. Pues bien, en la política hay una parte que corresponde con la
gimnasia: es la legislación; y otra que se corresponde con la medicina: es la
justicia ..Pues bien, sucede que es muy posible que en estas partes exista algo
que se ha introducido furtivamente en el interior de cada una de ellas,
fingiendo ser aquello en que se ha inmiscuido, y, sin cuidarse en absoluto del
mayor bien, persigue y engaña a los necios con el mayor placer del momento, de
suerte que aparece como digna de mayor aplauso. Así, la cocina, concretamente,
se ha inmiscuido en el terreno de la medicina y finge conocer los alimentos mas
convenientes para el cuerpo ..y los cocineros son capaces de rivalizar con los médicos
acerca de cuales son los alimentos buenos y cuales los malos, usando, para
convencer, argumentos adulatorios tendentes a promocionar lo agradable pero no
lo mejor.. Del mismo modo sucede con la cosmética en relación a la gimnástica
ya que usa de un procedimiento pernicioso, engañoso, innoble, impropio de
hombres libres, que produce una impresión ilusoria merced a los vestidos y a
los colores y los afeites ..que hacen descuidar la belleza real y natural que se
adquiere mediante la gimnasia. Por todo ello, puedo afirmar que la cocina es a
la medicina lo que la cosmética es a la gimnasia Y además, afirmo también,
que, por un lado, la sofistica es a la legislación lo que la cosmética es a la
gimnasia y, por otro, que la retórica es a la justicia lo que la cocina es a la
medicina ...Acabas de oír, pues, lo que yo opino sobre la retórica: es en lo
concerniente al alma lo que la culinaria es en lo referente al cuerpo.
Platón.GORGIAS.461d
ACERCA DE SI LOS ORADORES Y LOS TIRANOS TIENEN UN GRAN PODER DENTRO DE LA CIUDAD
¿Y te parece (afirma Polo) que los buenos oradores son considerados gente vil
dentro de las ciudades, a fuer de aduladores? ....Es que ¿acaso no tienen en las
ciudades el mayor poder? .... No lo tienen (afirma Sócrates);al menos si por
poder entiendes algo que sea un bien para el que lo posee ....Si aceptas esta
afirmación (y Polo si la acepta) a mi me parece que los oradores son los que
tienen menos poder... ¿Como es posible que digas tal cosa (afirma Polo).¿Acaso
no es verdad que igual que los tiranos, los oradores, pueden condenar a muerte a
quienes quieran y hacen que se dicten confiscaciones de bienes o destierros
contra quienes les place? ..Yo te digo (afirma Sócrates) que hay ahí dos
cuestiones y a ambas voy a responder: sostengo, amigo Polo, que tanto los oradores
como los tiranos tienen muy poco poder dentro de las ciudades, como ahora mismo
te decía; y la razón es que no hacen, por así decirlo, lo que quieren, aunque hagan
aquello que les parece lo mejor y no hacen lo que quieren, ni tienen un gran
poder, por lo siguiente: aceptaste al principio que tener un gran poder es un bien
para quien lo posee, es decir, no estas de acuerdo con que haya un bien; cuando
alguien, careciendo de buen sentido, hace aquello que quiere...Pues bien, yo
afirmo, dice Sócrates, que si ello es así, entonces no hacen lo que quieren aunque
hagan lo que les parece lo mejor o lo que les place. Y veamos porque:¿te parece
a ti que los hombres quieren en toda ocasión lo que hacen o mas bien aquello
con vistas a lo cual hacen lo que hacen? Por ejemplo,¿que me dices de los que
toman medicamentos recetados por los médicos? ¿Te parece que quieren lo que
hacen, o sea ingerir el medicamento, pasando un mal rato, o recobrar la salud? ..Y
los que navegan ...¿Quien desea afrontar los riesgos del mar y otros peligros y
contrariedades sino por los beneficios que les pueda reportar para ellos y sus
familias? ... En conclusión, ¿verdad que si alguien hace alguna cosa, con algún
fin, no quiere aquello que hace sino el fin que persigue al hacerlo? ....Por lo
tanto, cuando el tirano o el orador llegan a provocar la muerte de alguien o su
destierro o la confiscación de sus bienes, lo harán con la creencia de que ello
es mejor que dejar de hacerlo ..,es decir, con vistas al bien .... lo que implica
que no quieren degollar, ni desterrar, ni despojar a nadie de sus bienes, nada mas
que porque si; sino que, en el caso de que les resulte útil, querrán hacerlo, y
si les resulta perjudicial, no querrán ..... Pues bien, si un hombre, sea un
tirano, sea un orador, hace que muera alguien, o que se le arroje de una ciudad o
se le confisquen sus bienes, parece evidente que lo hará en la creencia de que
ello le resultará ventajoso, aunque sea lo contrario de lo que quisiera hacer
pero haciendo, sin duda, lo que le parece lo mejor....Yo tenia, pues, razón cuando
decía que es posible que un hombre que hace en una ciudad todo lo que le parece
bien, no tenga un gran poder ni haga lo que quiere.
Platon. GORGIAS.466b/469a.
Acerca de si es mejor cometer injusticia o sufrirla
Yo creo (afirma Sócrates) que tu y yo y los restantes hombres estimamos que
cometer injusticia es peor que sufrirla y no ser castigado. peor que serlo .....
Tu (se refiere a Polo),por el contrario, afirmas que ni yo, ni ningún hombre,
en sus cabales, puede afirmar que es mejor sufrir injusticia que cometerla ..... Pues
bien, con el objeto de aclarar cual de las dos afirmaciones es la correcta,
veamos
lo siguiente... Tu, además de lo dicho anteriormente, afirmas que es mas feo
cometer injusticia que sufrirla, y, sin embargo, también afirmas que el que algo
sea mas feo, no implica que sea peor, ya que no identificas lo bello con lo
bueno, ni lo feo con lo malo. Ahora bien,¿cómo es posible que digas eso?
¿Acaso no es cierto que a todo lo que es bello (sean cuerpos, colores, figuras,
sonidos, leyes .... )lo llamas así en atención a su
utilidad .... o en consideración al placer que proporciona? .... Es evidente
que tu siempre has estado de acuerdo en definir la belleza haciéndola depender
del placer o de la utilidad ..... Por otro lado, siempre has manifestado, también,
que lo feo, consiste en lo contrario de lo bello y que
depende de lo doloroso y de lo perjudicia1... .. Pues bien, si todo lo dicho es
cierto, entonces cuando de dos cosas, la una es mas bella que la otra, lo es porque
la supera en placer o utilidad .... ;y cuando de dos cosas feas, la una lo es mas
que la otra, será mas fea o peor, por superarla en el aspecto del dolor o del
daño.... Ahora bien, en relación con el delinquir y el ser victima de la
injusticia, tu afirmas que el sufrir una injusticia es peor y el cometerla mas
feo ..... Lo que sucede es que si es mas feo cometer una injusticia que
sufrirla, entonces será sin duda, también, mas doloroso ..... Pues bien,¿acaso el
cometer una injusticia supera en dolor al hecho de ser victima de ella y sufren
mas los delincuentes que aquellos que sufren un trato injusto? ...Veo que
contestas que no ..... Así pues, al menos en lo tocante al dolor, no supera lo uno
a lo otro. Solamente queda, pues, la posibilidad de que lo supere en daño .....
Ahora bien, si se produce una ventaja en el daño, entonces el obrar injustamente
será peor que el sufrir injusticia .... ¿ Y es que acaso no has reconocido
anteriormente que obrar injustamente es mas que sufrir una injusticia ... .lo
que significa que se nos ha mostrado como lo peor? .... Estaba ,pues, en lo
cierto cuando decía que ni tu ni yo ni otro hombre alguno prefería cometer
injusticia a ser tratado injustamente, ya que aquello es un mal mayor.
Platón. GORGIAS. 474b
Acerca de si es mejor sufrir castigo por una injusticia cometida o no serlo
A continuación (señala Sócrates) reflexionemos acerca del asunto que ha
motivado nuestra segunda discordancia:¿es acaso el mayor de los males, como tu
opinabas, que el delincuente pague la deuda, o es mayor mal no pagarla, como yo,
contrariamente, creía? Consideremos así esta cuestión: es evidente que es
bello todo lo justo ..... Por otro lado, el que sufre la acción del agente
recibe algo .... ;así, por ejemplo, si alguien golpea, será necesario que algo
reciba el golpe; y si el que golpea lo hace de un modo violento o rápido,
aquello
que es golpeado lo será necesariamente en la misma forma ..... es decir, lo
golpeado experimenta, pues, algo equivalente a lo ejecutado por el agente del
golpe.(Sócrates pone a continuación otra serie de ejemplos que van encaminados
a mostrar lo mismo que acaba de decir: alguien que quema algo; alguien que corta
algo) En definitiva, continua, el paciente experimenta exactamente lo producido
por el agente ..... Pues bien, si estamos de acuerdo sobre estos puntos, entonces
veamos, a continuación, lo siguiente: parece evidente que ser castigado es sufrir
algo .... y ese algo que se sufre le viene de alguien, que es el que obra o
castiga Ahora bien, el que castiga con razón, castiga con justicia por lo que
entonces, el que es castigado sufre una suerte justa ..... Pero como hemos
convenido que lo justo es bello, entonces habría que concluir que: de esos dos
hombres, el uno obra bellamente, y el otro, el castigado, es objeto de un bello
trato .... Pero es que, además, si lo justo es bello y agradable o útil,
entonces también será bueno .. Por lo que: también es un bien el trato que recibe el que
es castigado ..... Pero aun hay mas: parece evidente también que el que es
castigado justamente mejora en cuanto a la salud de su alma, es decir, el que es
castigado se libera de la maldad de su alma y, además, de un mal que resulta ser
el mas grande de todos (la injusticia) .... el mas feo y el peor, ya que depara al
mayor dolor o el mayor daño o ambas cosas a la vez, según lo que hemos convenido
anteriormente ..... Pues bien, parece evidente que del mismo modo que el arte de
ganar dinero libra de la pobreza y la medicina libra de la enfermedad, es el
castigo judicial quien libera del desenfreno y de la injusticia Pero, además,
la
función judicial es una función mas bella que el arte crematístico o la
medicina por lo que, si es mas hermosa, tiene que producir el mayor placer o la
mayor utilidad .... ya que mediante su aplicación, el paciente si libra de un
gran mal ... Y es que de dos hombres que tienen un mal (sea del cuerpo o del
alma)¿cual de ellos es mas desgraciado, el que esta en manos del medico y en vías de quedar libre de su
mal, o el que aun, teniendo el mal ,no es sometido a
curación? Como veo que contestas, Polo, que este ultimo entonces parece evidente
convenir también que el castigo justo es como la medicina del alma de tal forma
que en caso de cometerse una injusticia (no hay que olvidar que, según
Sócrates, el hombre auténticamente feliz es quien no ha cometido injusticia)
el
modo de alcanzar el segundo grado de felicidad es liberarse de su maldad
sufriendo el castigo correspondiente .... porque la vida mas desventurada es la
tal que persevera en la injusticia y no se libera de ese mal (y ese es
precisamente el caso de Arquelao).
Platón. GORGIAS. 475d/479b.
Acerca de la utilidad de la retórica
¿Cual es la gran utilidad de la retórica? Supongamos que un hombre lleva a
cabo una injusticia .... Habrá que acudir espontáneamente a donde lo antes posible se
de satisfacción: ante el juez como quien, presuroso, acude ante el medico ¿
Verdad que esta consecuencia esta concorde con aquello, y que otra cualquiera no
lo estaría? Para hacer, pues la defensa de una injusticia cometida por nosotros
mismos, o por nuestros padres, o amigos, o hijos, o por una patria injusta, la
retórica no puede sernos útil en modo alguno. Por el contrario, debe de servirnos
.... no para encubrir sino para sacar a la luz los delitos, para que su autor
sufra el castigo y sane .... Por lo tanto, si hace falta presentemos nuestro
cuerpo a los golpes, si la falta cometida merece golpes, o a las cadenas, si la
prisión, pagando una multa, si ese es el castigo que corresponde, marchando a
otras tierras, si la pena es el destierro, aceptando la muerte, si hay que morir
.... En definitiva, hacer uso de la retórica para alcanzar la liberación del
mayor de los males, la injusticia ....y considerando el lado contrario, si
conviene hacer daño a alguien, sea enemigo, sea quien fuere .... si ese obra
injustamente con un tercero, debe procurarse por todos los medios, empleando la
acción y la palabra .... que no comparezca ante el juez; si comparece hay que
ingeniárselas para que salga absuelto y no sea castigado .... sino que si ha
robado mucho oro no lo devuelva, sino que lo conserve y lo gaste en si y en los
suyos injusta e impíamente, y si ha perpetrado delitos merecedores de muerte,
para
que no muera nunca a ser posible, sino que sea inmortal junto con su maldad
...Ahí tienes, pues, amigo Polo, los fines a que puede tender la retórica,
según mi modo
de ver.
Platón. Gorgias. 479c/480e
Ser castigado es la liberación del mal de la injusticia
Y si las conclusiones a las que hemos llegado de mutuo acuerdo no se apartan
de la verdad, ¿admites, amigo Polo, lo que se desprende de lo dicho o prefieres
que meditemos juntamente sobre ello? .... Porque, de acuerdo con lo anterior:¿no
resulta del razonamiento seguido que el mayor mal es la injusticia y el ser
injusto? .... Pero, como hemos visto también, el ser castigado es la liberación
de ese mal.. .. y no ser castigado es una permanencia del mal. Por todo ello, el
cometer injusticia es, en lo tocante a la gravedad, el segundo de los males,
mientras que no recibir el castigo correspondiente a la injusticia
cometida es el mayor y el primero de todos los males ... Pues bien,¿no estaba
ahí, amigo mío, el punto de disensión de nuestras opiniones? ¿Verdad que
considerabas feliz a Arquelao, un hombre que no ha sufrido castigo alguno, a pesar
de haber cometido las mayores atrocidades, en tanto que yo, por el contrario,
manifestaba mi creencia de que, tanto si era Arquelao como otro hombre
cualquiera, el que no reciba el castigo adecuado a sus faltas, le correspondía
ser desdichado por encima de todos los restantes hombres, y de que siempre, el que
comete injusticia es más desgraciado que el que no la sufre y el que no es
castigado que el que lo es.
Platón. GORGIAS. 479a/480c
Acerca de si los mas poderosos tienen por naturaleza derecho a poseer más que los demás
¿En que consiste, interroga Sócrates, según tu (Calicles), la justicia conforme
a naturaleza? ¿Consiste en que el mas poderoso arrebate por la fuerza los
bienes del mas débil; que el que vale mas ejerza sobre el que vale menos, y que el
mas hábil tengan mas que el menos hábil? .. Calicles contesta: así lo dije
antes, y así lo sostengo ahora ...
Pues bien, (continúa Sócrates), cuando tu llamas a alguien mejor, ¿le
podrías llamar también mas poderoso? Explícamelo, pues tampoco
entonces fui capaz de entender tus palabras. ¿Llamas, tal vez, "mas
poderoso" a los mas fuertes y, según tu, deben obedecer al mas fuerte los
mas débiles?.Pero es que ¿no es posible ser mejor y, al mismo tiempo, menos
poderoso y mas débil? ¿No es posible ser mas poderoso y, al propio tiempo, de
menos valía? ¿O, tal vez,"mejor" y "mas poderoso" son
términos de idéntica significación? Defíneme claramente esta cuestión:
¿Son una
misma cosa o son distintas "mas poderoso","mejor" y
"mas fuerte"? ... Yo te digo, contesta Calicles, que son una misma cosa
... Pues bien, ( continua Sócrates), si ello es así, entonces respóndeme a lo
siguiente: ¿la multitud es por naturaleza mas poderosa que un solo hombre? Tu
decías ahora mismo que es ella la que impone las leyes y, por tanto, tales leyes
deben de ser las leyes mas poderosas .... y, además, las mejores Ahora bien, la
multitud cree, como tu mismo decías hace poco, que la justicia consiste en no
tener mas que los demás, y que es peor cometer injusticia que sufrirla. Pero si
ello es así, entonces no solamente es por ley peor cometer injusticia que
cometerla sino también por naturaleza .... y, por ello, no eran, tampoco justos los
reproches que me hacías cuando afirmabas que la ley y la naturaleza son cosas
contrarias Dime, Sócrates, (responde Calicles),¿no te da vergüenza, a tu
edad, andar a la caza de palabras ..... ¿no te estoy diciendo hace rato que
"mejor" y "mas poderoso" son una misma cosa? ¿Crees,
acaso, que
yo digo que si se reúne una chusma de esclavos y de toda clase de hombres sin
ninguna valía, a no ser la fuerza corporal, y estos dicen algo, eso es legítimo
.... Ya hace rato ( contesta Sócrates ),que vengo sospechando que tu quieres decir
que "mas poderoso" es algo así.... Tu seguramente no crees que dos sean
mejores que uno solo, ni tus esclavos sean mejores que tu por el hecho de ser mas
fuertes. Así pues, volvamos al principio y dime:¿que entiendes por mejores,
ya que
no das ese nombre a los mas fuertes? .. Mejores son, a mi entender,(responde de
nuevo Calicles) los mas hábiles .. y los mas juiciosos .... Así pues, de
acuerdo con tus palabras, continua interrogando Sócrates, un solo hombre, si es
más juicioso, es mas poderoso que varias decenas de unidades de hombres
insensatos, y es a el a quien corresponde mandar por naturaleza ... Eso es lo que
digo, (responde Calicles). Creo, efecto, que la justicia natural consiste en que el
mejor y mas juicioso tenga autoridad sobre los hombres de menor capacidad y
posea mas que ellos ... Alto ahí (contesta Sócrates) y mira lo que me vas a
responder ahora. Supongamos que en un mismo lugar, como ahora, nos encontramos
reunidos muchos hombres, y que poseemos en común abundantes alimentos sólidos y
bebidas. Unos somos fuertes, otros débiles, y hay uno entre todos que, por ser
médico, es mas entendido que los demás en lo relativo a los alimentos ... ¿no es
verdad que ese hombre, por ser mas entendido que los demás, será mejor y mas
poderoso en relación a eso? ... Ahora bien, ello implica que ¿debería de tener
de estos alimentos una parte mayor que nosotros por ser mejor?. Por todos los
dioses (contesta enfadado Calicles) .... no paras de hablar de médicos,
zapateros, cocineros ..... como si ese fuese el tema de nuestra discusión
.... Sócrates, ante esta respuesta, vuelve a plantear lo siguiente:¿no vas a
decir, pues, en relación con que cosas ha de ser mas poderoso y entendido un
hombre para gozar con justicia de una posesión mayor? .. Hablo (contesta
Calicles) de los mas poderosos que no son zapateros, ni cocineros, sino los que
conocen los medios necesarios para el buen gobierno de la ciudad ... Pero no te
das cuenta, amigo Calicles,(afirma Sócrates) .. que dices que yo afirmo siempre
lo mismo y me lo reprochas .... cuando, precisamente, tu nunca dices lo mismo con
relación a un mismo asunto, sino que en principio definías a los mejores y a los
mas poderosos como los mas fuertes, mas tarde como los hombres de mejor juicio,
y
he aquí que, ahora, nos vienes con otra definición.
Platon. GORGIAS. 488c-491d
Acerca de si los buenos gobernantes deben reprimir o no sus DESEOS
Los que unen a la valentía (afirma Calicles) el entendimiento de los asuntos
del Estado. Es a ellos a quienes corresponde gobernar las ciudades y es justo que
tengan ellos, los gobernantes, mas que los demás, o sea los gobernados. Bueno
(responde Sócrates). Pero ¿les corresponde gobernarse a si
mismos¿ ¿O tal vez no hay ninguna necesidad de que dominen a si mismos y si de
dominar a los demás? Y hablo del dominio de uno mismo en el sentido de ser
moderado y tener poder sobre si mismo, dominando las pasiones y los deseos que se
dan en nosotros. ¡Que delicado eres!,dice Calicles a Sócrates, llamas
moderados a los simples ..... porque lo hermoso y lo justo conforme a naturaleza
es lo que con toda sinceridad voy a decirte ahora: el que quiera vivir bien debe
dejar que sus deseos alcancen la mayor intensidad y no reprimirlos, Ahora bien,
esto no esta al alcance de todos los hombres, y ahí esta el origen de las
censuras de que hacen objeto a los que obran así... .. afirmando que la
intemperancia es vergonzosa .... y así esclavizan a los hombres mejor dotados
por naturaleza, y, además, como no pueden dar satisfacción a sus pasiones,
alaban
la moderación y la justicia a causa de su falta de hombría. Pues bien, todos
esos afeites y convenciones humanas, contrarias a la naturaleza, son necedades y
cosas sin valor alguno. Valiente es la sinceridad (responde Sócrates) con que
prosigues tu discurso, amigo Calicles,.En efecto, con toda claridad estas
diciendo ahora lo que los demás piensan, pero no se atreven a decir... .. Pero
ahora, dime:¿afirmas que no hay que reprimir los deseos .... sino, antes al
contrario, permitir que alcancen la mayor intensidad y darles satisfacción? ¿no
te parece terrible la vida de la que hablas? .... Hablas de una vida parecida a
la de un tonel agujereado .... que no puede contener nada ..... viéndose
obligado, su propietario, a estar llenándolo día y noche sin cesar, exponiéndose,
con ello, a tener los mayores disgustos Yo pienso (contesta Calicles) que aquel que ha llenado sus toneles ya no experimenta placer alguno
.... llenos todos los toneles, ya no hay pena ni gloria, y esa es la vida de las
piedras. Pero la vida grata esta en eso: en derramar lo mas posible.
Platón.GORGIAS.491d/494e
Acerca de si la vida feliz y buena consiste en dar plena satisfacción a los deseos
Y ahora dime,(pregunta Sócrates):¿quieres decir, mas o menos, que hay que
tener hambre, y comer, cuando se tiene? Así lo afirmo (contesta Calícles) .... y
también digo que teniendo todos los demás deseos y pudiendo satisfacerlos es
como se vive a gusto y felizmente. Bien, amigo mío, (interviene de nuevo
Sócrates),sigue como has comenzado y procura no sentir vergüenza .... porque he
aquí lo primero que quiero que me digas: si una
persona tiene sarna y se rasca, y puede rascarse sin limitación,¿vivirá
felizmente, al pasarse la vida rascándose? Pues bien,(contesta de mala gana
Calicles) digo que el que se rasca puede vivir a
gusto y felizmente Pero( contesta Sócrates )¿acaso no es espantosa, vergonzosa
y desgraciada esa vida? ¿o te atreverás a sostener que esos hombres son
felices, si poseen abundantemente lo que desean?
Platón.GORGIAS.494e
ACERCA DE SI PLACER Y
FELICIDAD O BIEN SON EQUIVALENTES
(texto1)
Pero dime una vez mas:(dice Sócrates a Calicles) ¿consideras que son una
misma cosa lo placentero y lo bueno, o que hay cosas placenteras que no son buenas? Como
contestas
afirmativamente, debemos acometer el examen de esa afirmación en la creencia
de que estas hablando en serio ..... Por todo ello, no olvidemos que Calicles,
del
barrio de Acarnas, ha afirmado que lo placentero y lo bueno son una misma cosa
..... Lo que sucede es que pienso (continúa diciendo Sócrates) que Calicles no
estará de acuerdo con tal afirmación cuando se examine bien a si mismo ..... y
me responda a esto: parece evidente que de dos situaciones contrarias entre si,
necesariamente ocurrirá con ellas lo que pasa, por ejemplo, con la salud y la
enfermedad. Porque parece evidente que un mismo hombre no esta al mismo tiempo
sano y enfermo, creo yo, ni tampoco sale al tiempo de la salud y de la enfermedad
..... En definitiva, cuando una persona sale de una enfermedad, ¿acaso se ve
privado también de la salud? .... Parece que no, sino que adquiere y pierde
alternativamente cada uno de esos estados .... Pues bien, si en cosas contrarias
ocurre lo señalado (pone los ejemplos de la enfermedad de la oftalmia, el de la
fuerza-debilidad, el de la rapidez-lentitud) y llevamos lo dicho al terreno de
los bienes y la felicidad y al terreno de sus contrarios, los males y las
desgracias, entonces también debería suceder lo mismo: se deberían de adquirir
alternativamente, y alternativamente nos deberíamos ver privados de unos y de
otros ..... Pero, por el contrario, si encontramos alguna cosa que el hombre pueda
perder y poseer al mismo tiempo, es evidente que eso no será ni el bien ni el
mal... .. Pues bien, volvamos a las afirmaciones que hemos hecho antes de común
acuerdo: estamos de acuerdo en que, por ejemplo, tener hambre o tener sed son
necesidades o deseos penosos y malos ..... mientras que el comer o el beber son
satisfacciones gratas y buenas ..... de tal modo que podría decirse que la
expresión "teniendo sed" equivale a "sufriendo" .... y la
expresión "bebiendo" seria equivalente a "sintiendo placer"
.... Ahora bien, si ello es así, entonces al afirmar "beber, teniendo
sed",estaríamos realmente diciendo, al mismo tiempo,"sentir placer con
sufrimiento".Pues ¿acaso no se dan ambas sensaciones en el mismo lugar y
en el mismo tiempo? ... Pero tu, Calicles, decías que es imposible ser, al mismo
tiempo, feliz y desgraciado .... y, sin embargo, ahora reconoces que es posible
sentir placer y sufrimiento al mismo tiempo ..... Por lo tanto, sentir placer no
es ser feliz y sufrir no es ser desgraciado. Y en consecuencia, el placer es
distinto del bien.
Platón. GORGIAS.494g/497c
Acerca si el
placer y el bien o la felicidad son equivalentes
(texto2)
Pero sigamos adelante (continua diciendo Sócrates) ¿Verdad que cada uno de
nosotros, al tiempo que cesa de tener sed, pierde el placer que la bebida le
proporcionaba? (Calic1es comienza a mostrarse molesto con el interrogatorio y
pregunta a Gorgias si debe o no seguir. Este le anima a continuar) ¿y no es
cierto (continúa interrogando Sócrates) que cuando cesan los demás deseos perecen
también los placeres respectivos .... quedando privados, al mismo tiempo, de placer y de
sufrimiento? Sin embargo, tu no estas de acuerdo en que pudiésemos quedar
privados, al mismo tiempo, de los bienes y de los males ....
Pero si ello es así, entonces, amigo mío, los bienes no son lo mismo que los
placeres, ni los males que los sufrimientos ya que dejamos de experimentar
placeres y sufrimientos a un mismo tiempo; pero con los bienes y con los males no
sucede así como distintos que son.¿Como pues, podrían ser los placeres la misma
cosa que los bienes, o los sufrimientos que los males?
Platón.GORGIAS.497c
Acerca de si el
placer se identifica con el bien o felicidad
(texto3)
Mas, si quieres, examina la cuestión del modo siguiente :¿verdad que no llamas
buenos a los insensatos y cobardes y si a los valientes y sensatos? Ahora bien,
todos hemos
visto gozar y sufrir a los niños y a los hombres insensatos ..... Pues bien,¿quienes se
alegran mas? ¿quienes sufren mas¿ ¿los sensatos o los insensatos? .... Parece
(contesta Calicles) que no hay gran diferencia .... Pues bien,(continua Sócrates)
¿has visto alguna vez en la guerra a un hombre cobarde? .... Al
retirarse los enemigos,¿quienes te parecía que gozaban mas, los cobardes o los
valientes? Tanto unos como otros (contesta de nuevo Calicles). No importa la
diferencia (señala Sócrates). En todo caso, admites que gozan también los cobardes
..... Pues bien, del mismo modo, cuando el enemigo se acerca,¿sufren solo los
cobardes o también los valientes? .... Mas quizás los cobardes (contesta Calicles)
..... ¿Y al retirarse los enemigos? ¿Acaso no se alegran mas? Quizás
(contesta
Calicles).Asi pues, continua Sócrates, ¿sufren y gozan los insensatos y los
sensatos, los cobardes y los valientes, y de modo parecido todos ellos, como tu
dices, e incluso aun mas los cobardes que los valientes .... Lo que sucede es
que, además, los sensatos y los valientes son buenos y los cobardes y los
insensatos son malos ....Por lo que consecuencia con todo lo dicho, los buenos y
los malos son casi en la misma medida buenos y malos (ya que gozan y sufren de
modo parecido) o incluso son mejores los malos (los cobardes pueden gozar mas que
los valientes) .... Pues bien,¿es el malo igualmente malo y bueno que el bueno,
o mas bueno incluso? ¿No es esa la consecuencia que se deduce?
Platón.GORGIAS.497d/498d
Acerca de la existencia de algún arte que nos permita saber que hacer para que ni se sufran ni se cometan injusticias
¿Y que me dices, Calicles,(pregunta Sócrates )respecto a cometer
injusticia? ¿Bastara con no querer cometerla? ¿O también para ello necesitara
procurarse algún poder o arte, so pena de cometer injusticia si no los aprende y
cultiva? Según parece, pues, habrá que procurarse un cierto poder y arte para
eso, para no cometer injusticia Pues bien,¿que arte es el que nos prepara para
no sufrir injusticia en modo alguno? Piensa si te parece que es el mismo que a
mi. Yo creo que es el siguiente: es preciso que uno mismo gobierne en la ciudad y
tenga el poder absoluto, o que sea amigo de los gobernantes del momento.¿ Ves
Sócrates, como estoy dispuesto a elogiarte (afirma Calicles),cuando dices alguna
cosa razonable? Eso que acabas de decir me parece muy bien dicho Mira,
pues,(contesta Sócrates) si te parece bien dicho también lo siguiente :si en la
ciudad, cuyo
gobernante es un tirano feroz e iletrado, hay un hombre que vale mucho mas que
el,¿verdad que el primero .... .jamás podrá ser amigo de corazón del segundo?
.... Y si hay alguien (continua Sócrates )que valga mucho menos que el tirano,
tampoco este será su amigo, pues lo despreciará y jamás se interesará
por el como un amigo ..... Pues bien, queda, entonces, como único amigo suyo,
digno
de mención, aquel que teniendo costumbres iguales a las suyas ..... esta
dispuesto a dejarse mandar y a estar debajo de el. Este es el que tendrá gran
poder en esa ciudad y nadie le hará daño impunemente ..... Por lo tanto, si
alguno de los jóvenes de esa ciudad se preguntase:¿de que modo podría yo
alcanzar un gran poder e impedir que se obre injustamente conmigo?,ahí tiene,
según parece, el camino que debe seguir...:sentir gusto y disgusto en las
mismas cosas que su dueño y procurar parecérsele todo lo posible (Calicles
contesta afirmativamente a esto ultimo. Sócrates sigue preguntando)... Ahora
bien,¿conseguirá también no cometer injusticia, el mismo? ¿o estará muy lejos
de eso si realmente ha de ser semejante a un gobernante injusto ..... que puede
cometer el mayor numero de injusticias y no sufrir castigo por ellas? .... Pero
si ello es así, entonces sobre el recaerá el mayor mal, pues tendrá un alma
perversa y corrompida no entiendo (contesta Calicles) el nuevo giro que has dado
¿no sabes que el que se dedica a tal limitación matará, si quiere, al que no la
practica ..... Lo se, querido Calicles,(responde Sócrates) .... pero el matador
será un hombre malvado y su victima un hombre de bien.
Platón.GORGIAS.510d/512b
ACERCA DE PERICLES, CIMÓN, MILCÍADES Y TEMISTOCLES COMO EDUCADORES DE MASAS
SOCRATES.-Pues bien: si es eso lo que un hombre de bien debe procurar a su
ciudad, vuelve ahora tu memoria hacia aquellos hombres sobre los cuáles
hablabas hace un momento, y dime si te sigue pareciendo que han sido buenos
ciudadanos Peric]es, Cimón, Milcíades y Temístocles.
CALICLES.-Sí.
SÓCRATES.-Así, pues, si realmente han sido buenos, es evidente que cada uno de
ellos hacía a los ciudadanos mejores de lo que con anterioridad habían sido.
¿Los hacía mejores o no?
CAlICLES.-Sí.
SÓCRATES.-Por tanto, cuando Pericles comenzó a hablar ante el pueblo, los
atenienses eran peores que cuando pronunció sus últimos discursos ¿no es eso?
CALICLES.-Quizá.
SÓCRATES.-Nada de (quizá», amigo mío, sino que es forzoso que sea así,
según lo convenido, si realmente fue él un buen ciudadano.
CALICLES.-¿Qué quieres decir?
SÓCRATES.-Nada, pero dime también es fama que por obra de Pericles los mejores
los atenienses, o que, todo lo contrario, han sido corrompidos por él. Yo he
oído decir, precisamente que Pericles ha hecho a los atenienses perezosos,
cobardes, parlanchines y codiciosos, por haber establecido pagas.
CALICLES.-Eso lo has oído decir a los que tienen las orejas desgarradas.
SÓCRATES.-Y he aquí a1go que todavía no he oído decir, pero que tú y yo
sabemos bien: que en un principio, cuando eran peores los atenienses, Pericles
gozaba de renombre y no pronunciaron contra él ninguna sentencia infamante, y
que, en cambio, cuando se hubieron convertido en hombres de bien por obra suya,
ya al final de su vida, le hicieron reo de delito de apropiación indebida y
poco faltó para que le condenasen a muerte evidentemente porque le consideraban
un mal ciudadano.
CALICLES.-¿Y qué? ¿Por eso era malo Pericles?
SÓCRATES.-Al menos, malo parecía un hombre que estuviese al cuidado de
caballos y bueyes, si, habiéndose hecho cargo de unas bestias que no le
coceasen, corneasen ni mordieses, dejase que se volviesen feroces e hiciesen
todo eso. ¿O no te parece a ti malo un mayoral, quienquiera que sea, y sean los
que fueren los animales a su cuidado, si habiéndoles recibido mansos, los torna
más fieros que cuando los tomó? ¿Te lo parece o no?
CALICLES.-Ciertamente; quiero complacerte.
SÓCRATES.-Hazme, pues, también el favor de responderme a esto: ¿pertenece el
hombre a una especie de animal o no?
CALICLES:.- ¿Cómo no?
SÓCRATES:.- Pues bien: ¿Pericles estaba el cuidado de hombres?
CALICLES:.- Si.
SÓCRATES:.- ¿Y verdad que cabía esperar que él, como hemos convenido hace un
momento, hiciese a los hombres más justos en lugar de más injustos, si
realmente estaba al cuidado de ellos asistido de una buena política?
CALICLES:.- Desde luego.
SÓCRATES:.- Y bien. ¿Los justos son pacíficos, como dijo Homero? ¿Qué dices
tú? ¿No es así?
CALICLES:.- Si.
SÓCRATES:.- Ahora bien: él los hizo más violentos que cuando los tomó bajo
su cuidado. Y, lo que es, contra sí mismo; es decir, contra quien menos hubiera
querido.
CALICLES:.- ¿Quieres que te de mi asentimiento?
SÓCRATES:.- Si te parece que digo verdad.
CALICLES:.- Sea así.
SÓCRATES:.- Y bien. ¿Decir que los hizo más violentos, equivales a afirmar
que los tornó más injustos y peores?
CALICLES:.- Sea.
Sócrates:.- Según este razonamiento, pues, no fue Pericles un buen político.
CALICLES:.- Según tú no lo fue.
SÓCRATES:.- Y tampoco, ¡por Zeus!, según tú, habida cuenta de aquello en que
estás conforme conmigo. Y ahora dime acerca de Cimón: ¿no le impusieron la
pena del ostracismo aquellos a cuyo cuidado estaba, para no no oír su voz
durante 10 años. ¿Y que me dices de Temístocles? ¿Verdad que hicieron con
él eso mismo y además le castigaron con el destierro perpetuo? ¿No es cierto
que decidieron arrojar al baratro a Milcíades, el vencedor de Maratón, y que
hubiera sido despeñado a no ser por el «prítane»? Ahora bien: si esos
políticos hubieran sido buenos, como tú dices, jamás habrían sido objeto de
semejante trato. En efecto, no sucede que los buenos amigas eviten al principio
el salir despedidos de su carro, y, en cambio, les pase eso cuando han estado
largo tiempo gobernando a los caballos y ellos mismos se han hecho mejores
conductores. Tal cosa no ocurre ni en la conducción de carros ni en ningún
otro trabajo. ¿O a ti te parece que si?
CALICLES.-De ninguna manera.
SÓCRATES.-Por tanto, eran verdaderas. según parece, las anteriores
afirmaciones, que no sabemos que en esta ciudad haya habido ningún buen político.
Tú por tu parte, coincides conmigo en la consideración de que ninguno de los
políticos actuales es así, pero afirmabas que antaño los hubo de esa
condición, y escogiste a los varones citados. Ahora bien: hemos visto claramente
que se encuentran en condiciones de igualdad con respecto a los actuales, de
suerte que, si fueron oradores, no hicieron uso de ]a verdadera oratoria, pues,
en caso contrario, no habrían fracasado, ni tampoco de la oratoria de tipo adulatorio.
CALICLES.-Sin embargo, mucho falta, amigo Sócrates, para que alguno de los
actuales lleve a cabo empresas semejantes a las que realizó cualquiera de esos.
SÓCATES.-¡Eres extraordinario! Tampoco yo, amigo mío, los censuro, al menos
en lo referente a la condición dc servidores del Estado, sino que me parece que
han sido más diligentes que los de ahora y que han demostrado una mayor
capacidad para proporcionar a la ciudad aquello que deseaba. Ahora bien: en lo
tocante a cambiar las pasiones sin tolerancias de ninguna clase, conduciendo a
los ciudadanos por medio de la persuasión y aun de la fuerza hacia aquellas
normas que habrán de hacerlos mejores, no existe diferencia alguna, por así
decirlo, entre aquellos hombres y los de hoy, y en verdad que es ese el único
quehacer de un buen ciudadano. Si hablamos de naves, murallas, arsenales o de
otras muchas cosas de este estilo, yo reconozco también que se mostraron
aquellos más hábiles que estos a la hora de procurar a Atenas esas ventajas.
Tú y yo, en resumidas cuentas, estamos obrando de modo irrisorio en nuestra
conversación. En efecto, durante todo el tiempo que llevamos dialogando no
hemos dejado de dar vueltas en torno a lo mismo y de ignorar cada uno lo que
dice el otro. Pues bien: yo creo que tú has concedido y reconocido repetidas
veces que hay dos maneras de ocuparse tanto del cuerpo como del alma. Una es un
mero servicio, merced al cual es posible procurar alimentos, cuando tienen
hambre los cuerpos; bebidas, cuando tienen sed; vestidos, mantas, calzados, si
tienen frío, y, en general, todo aquello cuyo deseo sienten (te hablo
deliberadamente con los mismos ejemplos, a fin de que comprendas más fácilmente
mi pensamiento). Los que facilitan esto son los comerciantes al por menor o al
por mayor, o los fabricantes, tales como los panaderos, cocineros, tejedores,
zapateros, curtidores, etcétera, y no es extraño en modo alguno que en virtud
de esa condición se consideren a si mismos cuidadores del cuerpo y formen de
ellos ese mismo juicio todos los que ignoran que, además de todas esas artes,
existen la gimnasia y la medicina, que son e] verdadero cuidado de] cuerpo y las
que deben gobernar a todas las citadas y prescribir e] uso que conviene hacer de
sus productos, pues lo que ambas saben qué alimento es útil y cuál nocivo
para el mejor estado del cuerpo, qué bebida es beneficiosa y cuál perjudicial,
mientras que todas aquel1as otras lo ignoran. Ahí tienes la razón por la cual
son serviles, subalternas e innobles en ]a tarea que cumplen con respecto a]
cuerpo, en tanto que ]a gimnasia y la medicina son justamente sus señoras. Que
ocurre esto mismo en lo que se refiere al alma es cosa que me pareció
entendiste cuando yo hablé de ello, y además asentiste como comprendiendo mis
palabras; pero poco después me sales diciendo que ha habido en ]a ciudad excelentes
y virtuosos ciudadanos, y cuando te pregunto quiénes, obras arteramente, a mi
entender, al citarme a determinados políticos, como si, habiéndote preguntado
yo a propósito de la gimnasia quiénes han sido o son hábiles cuidadores de
cuerpos, tú me respondieses muy en serio que Tearión, e] panadero; Miteco, que
ha escrito un tratado sobre la cocina siciliana, y Sarambo el tendero, por haber
sido maravillosos cuidadores al procurar admirables panes el uno, y deliciosas
viandas el segundo y un vino extraordinario el tercero....Pues bien seguramente
montarías cólera contra mí si yo te dijera: Amigo mío, entiendes de
gimnasia. Me hablas de hombres subalternos cuya misión consiste satisfacer
deseos y que no tienen ningún conocimiento bueno ni útil acerca de ello...
Pues bien tu, Calicles, estás haciendo algo muy parecido: alabas a unos hombres
que han regalado a los atenienses obsequiándoles todo lo que apetecían, y de
ahí que digan que esos hombres han hecho grande a la ciudad y, cambio, no
adviertan que a causa de tales políticos está pútrida y tumefacta. Y es que,
haciendo caso omiso de moderación y de la justicia, han llenado la ciudad de
puertos, arsenales, murallas, tributos y otras fruslerías semejantes. Pues
bien: cuando llegue ese ataque de la enfermedad, acusarán a sus consejeros del
momento y elogiarán a Temístocles, Cimón y Períceles, los causantes de sus
males.
Platón. Gorgias.
Filosofía dialéctica
versus Sofistas
(texto1)
Efectivamente, los sofistas (afirma Sócrates),que son sabios en todo lo demás,
caen, no obstante, en el siguiente absurdo: afirman ser maestros de la virtud, y con frecuencia acusan a sus
discípulos de obrar injustamente con ellos, por no satisfacerles los honorarios convenidos ..... Pero,¿puede ser
cierto que unos hombres que han llegado a ser buenos y justos, por haber
arrancado de ellos toda injusticia su maestro .... obren indebidamente ... ?
¿No te parece eso absurdo, amigo mío? ..... ¿No te parece absurdo que aquel que
afirma haber hecho bueno a alguien eche en cara a este que, habiéndose hecho
bueno gracias a su intervención y sin dejar de serlo, sea, no obstante, malo? Por
otro lado,¿que podrás decir de los que sostienen que gobiernan la ciudad y que
se cuidan de hacerla lo mejor posible, si, en contra de lo que cabe esperar, la
acusan en la primera ocasión que se les presenta de ser en extremo depravada?
¿Crees que hay alguna diferencia entre estos y aquellos? Una misma cosa ... son
el sofista y el orador, o dos cosas muy cercanas. Contrariamente a lo señalado,
nos encontramos con la actividad que consiste en enseñar el mejor
modo de llegar a ser lo mejor posible .... ¿hacia cual de esos dos modos de
dedicar cuidados a la ciudad tratas de moverme? ... ¿Debo luchar a brazo
partido con los atenienses para conseguir que sean los mejores posibles, asumiendo
el papel equivalente al de un medico? ¿O tal vez deberé adoptar una actitud
servil y dedicarme a halagarlos ..... (Calicles aconseja a Sócrates que se
dedique a lo segundo, pues de lo contrario, estaría actuando como si viviese lejos
de la ciudad en la que vive y no pudiese ser conducido ante un tribunal por
algún perfecto malvado. Ante ello, (Sócrates continua hablando) seria un
verdadero necio, Calicles, si no creyera que en esta ciudad puede ocurrirle a
cualquiera cualquier cosa no seria nada extraño que se me condenara a
muerte.¿Quieres que te diga porque lo sospecho? Yo creo ser uno de los pocos
atenienses, por no decir el único, que tienen su mente puesta en el verdadero
arte político, y el único que hoy día ejerce la verdadera política .... Los
discursos que pronuncio no tratan de halagar.. .. tampoco pretendo proporcionar
el mayor placer.. .. y como no domino tales armas, en el caso de ser llevado ante
un tribunal, no sabré que decir... .. Me viene a mientes ahora mismo el símil
... del medico a quien hubiese acusado un cocinero ante un tribunal de niños.
Piensa que discurso podría pronunciar el médico en su defensa, si su acusador
hubiese dicho: ¡oh niños!,ante vuestra presencia tenéis a un hombre .... que
os da amargos brebajes y os obliga a pasar hambre y sed, al contrario que yo,
que
os regalaba con abundantes, suculentas y variadas golosinas. ¿Que crees que
podría decir el médico al verse cercado por el peligro? Si dijese la verdad,
es
decir, "yo hacia todo eso mirando por vuestra salud, niños,"¿que
gritos te parece a ti que darían semejantes jueces? .... Pues bien, algo
parecido es sin duda que ocurriría si compareciese ante un tribunal... .. Ahora
bien, si me condenan a muerte por mi carencia de retórica laudatoria, seguro
estoy de que me verías soportar la muerte con entereza. Porque nadie debe temer
el mero morir.. .. Es el obrar injustamente lo que debemos de temer, ya que el
mayor de todos los males es que el alma llegue al Hades con una inmensa carga de
delito. Y si te parece bien, voy hacerte un relato que presenta así los hechos.
Platón. GORGIAS.5l6e/522d
FILOSOFÍA DIALÉCTICA versus SOFISTAS
(Texto2)
SÓCRATES.- Por el contrario, en la actividad que consiste en enseñar el modo de llegar a
ser lo mejor posible y administrar con la mayor perfección la casa propia o la
ciudad, siempre se ha visto con malos ojos que alguien se niegue a dar un consejo si no se le da dinero. ¿No es así?
CALICLES.-Si.
SÓCRATES.-Es, en efecto, evidente que la causa de ello están en el hecho de que entre todos los favores ese es el único que hace que el que lo recibe desee corresponder, y, en
consecuencia, si, habiéndolo dispensado alguien recibe un beneficio, puede ver una hermosa
señal de la valía de su merced; en caso contrario no. ¿Es esto así?
CALICLES.-Sí.
SÓCRATES.-Pues bien: ¿hacia cuál de esos dos modos de dedicar cuidados a la ciudad
tratas de moverme? Explícamelo. ¿Debo luchar a brazo partido con los atenienses para conseguir que
sean los mejores posibles, asumiendo el papel equivalente al de un médico? ¿O tal vez
deberé adoptar una actitud servil y dedicarme a halagarlos? Dime la verdad, Calicles. Justo es que quien
comenzó a hablarme con tanta franqueza siga diciéndome lo que piensa. Habla, pues, sin disimulos, con valentía.
CALICLES.- Está bien. Te digo, pues, que debes ser un servidor de ellos.
SÓCRATFS.-Me invitas, pues, querido amigo a ser un adulador.
CALICLES.-Un misio, si te gusta más esta palabra, Sócrates. Porque si no haces
eso....
SÓCRATES.-No repitas lo que has dicho muchas veces, que el que quiera me matará, para que tampoco yo diga una vez más que
en ese caso un malvado dará muerte a un hombre de bien. Ni tampoco vuelvas a decir que me arrebatará lo que posea, a fin de que yo no tenga que repetir: «Pero una vez que me haya
desposeído de ello, no sabrá cómo usarlo; antes bien, quien me haga objeto de una injusta expoliación
empleará injustamente también aquello de que se haya apoderado, y decir «injustamente» es decir «ignominiosamente», y esto último equivale a
funestamente.
CALICLES.-¡Qué claramente me dejas veri, Sócrates, que tienes la confianza de que
nada de eso te ha de suceder! Hablas en verdad como si vivieses lejos de aquí y no
pudieses ser conducido ante un tribunal por algún perfecto malvado, algún ser
despreciable.
SÓCRATES.-Sería yo un verdadero necio, Calicles, si no creyera que en esta
ciudad puede ocurrirle a cualquiera cualquier cosa. Por otro lado, bien seguro estoy de que si
comparezco ante un tribuna] expuesto a sufrir alguno de los daños a que haces
referencia, será un malvado el que me habrá hecho comparecer, pues ningún hombre honrado
sería capaz de llevar ante los jueces a quien no ha cometido ningún delito, y no sería nada
extraño que se me condenara a muerte. ¿Quieres que te diga por qué lo sospecho?
CALICLES.-Desde luego.
SÓCRATFS,-Yo creo ser uno de los pocos atenienses, por no decir el único, que tiene su mente puesta en el
verdadero arte político, y el único que hoy día ejerce la verdadera política, Asi, pues, como los discursos
que pronuncio cuando quiera que sea no tratan de halagar, sino de procurar el mayor
bien: como con ello no pretendo proporcionar el mayor placer, y no quiero hacer uso de
esas habilidades que me aconsejas, no sabré que decir ante el tribunal. Me viene a las
mientes ahora el mismo símil de que hablé a Polo: seré juzgado como lo sería un médico a
quien hubiese acusado un cocinero ante un tribunal de niños. Piensa, en efecto, qué
discurso podría pronunciar en su defensa tal persona al verse en esa situación, si su acusador hubiese dicho: «¡Oh niños!, ante vuestra
presencia tenéis a un hombre que os ha ocasionado muchos daños y que está arruinando
los mas jóvenes de vosotros; cortando, quemando, enflaqueciendo y sofocando, os
pone en peligroso estado; os da amargos brebajes y os obliga a pasar hambre y sed,
al contrario que yo, que os regalaba con abundantes, suculentas y variadas golosinas»). ¿Qué
crees que podría decir el médico a] verse cercado por e] peligro? Si dijese la verdad, es
decir, «Yo hacía todo eso mirando por vuestra salud, niños, ¿qué gritos te parece a ti
darían semejantes jueces? ¿Verdad que grandes?
CALICLES.-Seguramente. Así hay que suponerlo.
SÓCRÁTES.-¿Verdad que piensas que se encontraría totalmente perplejo porque
no sabría que decir?
CALICLES.-Desde luego.
SÓCRATES.-Algo parecido sé que sin duda me ocurriría si compareciese ante un tribunal.
Pues no podré hablar de placeres proporcionados por mi a mis jueces, cosa que ellos
consideran beneficios y favores. Yo no envidio a los que los proporcionan ni a aquellos a
quienes les son proporcionados. Y si alguien dice que yo corrompo a los jóvenes
porque les hago concebir dudas o que ofendo a los de más edad con palabras agrias pronunciadas
en privado o en público, no podré decir la verdad, o sea «yo digo todo eso sin faltar a
la justicia, y lo hago en interés vuestro, ¡oh jueces!, ni ninguna otra cosa, y, en consecuencia,
me ocurrirá tal ve lo que la suerte me depare.
CALICLES.-¿Y te parece buena, amigo Sócrates, la situación de un hombre que se halle
en esas circunstancias en una ciudad y que sea incapaz de auxiliarse a sí mismo?
SÓCRATES.-Siempre que cuente con aquella ventaja que tú has reconocido muchas
veces: siempre que se haya auxiliado a sí mismo evitando toda palabra y toda acción injusta
para con los hombres y para con los dioses. Hemos reconocido, en efecto, repetidas veces
que ese es el más eficaz socorro que un hombre puede procurarse. Y según eso, si alguien
pudiera demostrar que yo soy incapaz de proporcionarme y de proporcionar a otro tal especie
de asistencia, me avergonzaría, tanto si esa demostración tuviese lugar ante una
muchedumbre como ante unos pocos, y lo mismo me ocurriría si yo me pusiese en evidencia ante
mí mismo. Y sí por esta incapacidad mía se me condenase a muerte, yo me irritaría, Pero
si la pena capital obedeciese a una carencia mía de retórica laudatoria, seguro estoy
de que me verías soportar la muerte con entereza. Porque nadie teme el mero morir, a no ser
que sea un hombre completamente insensato y cobarde. Es el obrar injustamente lo que
tememos, ya que el mayor de todos los males es que el alma llegue al Hades con una
inmensa carga de delitos. Y si te parece bien, voy hacerte un relato que
presenta así los hechos.
Platón. Gorgias.
RELATO FINAL
SÓCRATES.- Escucha, pues, como suele decirse, un RELATO muy bello, que tú
considerarás una fábula, según creo, pero que yo tengo por narración
verídica. Lo que voy a contarte, en efecto, vas a oírlo de quien lo juzga
verdadero. Vamos allá. Como dice Homero, Zeus, Poseidón y Plutón se
repartieron el poder heredado de su padre. Había en tiempos de Crono una ley
relativa a los hombres que ha seguido gozando del favor de los dioses y que hoy
todavía cuenta con él. Según esa ley, el hombre que ha vivido dentro de la
justicia y de la piedad debe ir, una vez muerto, a las islas de los
bienaventurados y habitar allí disfrutando una entera felicidad, libre de todo
daño, y el que ha sido injusto e impío, a la cárcel de la satisfacción y del
castigo, que tiene e] nombre de Tártaro. Durante el reinado de Crono y todavía
en los primeros tiempos del gobierno de Zeus, los hombres eran juzgados en vida,
y vivos también estaban sus jueces, los cuales ejercían las funciones de su
cargo en el mismo día en que aquellos iban a morir. Las sentencias pronunciadas
eran, por consiguiente, viciosas. Pues bien: Plutón y los guardianes de las
islas de los bienaventurados visitaron a Zeus y le dijeron que con frecuencia
acudían a una y a otra de las dos estancias hombres que no lo merecían. Y he
aquí lo que Zeus les respondió: Pero yo pondré fin a ese estado de cosas.
Ahora, en efecto, las sentencias son pronunciadas en malas condiciones. Los hombres
se someten a juicio vestidos, ya que se les juzga en vida. Muchos que tienen un
alma depravada cuentan con las galas de un cuerpo hermoso, de un linaje ilustre
y de las riquezas y, llegando el momento del juicio, se les unen numerosos
testigos dispuestos a dar fe de que han vivido dentro de las normas de la
justicia. Los jueces se dejan impresionar por todo esto, y además también
ellos tienen el velo que forman los ojos, los oídos y el cuerpo entero. Estos
son los obstáculos que impiden un examen sereno, la cobertura que tienen las
almas de los jueces y de los juzgados. Hay que poner fin, pues, al conocimiento
anticipado del momento de la muerte que tienen actualmente los hombres. En este
sentido ha recibido instrucciones Prometeo: se le ha encargado que les prive de
ello. En lo sucesivo se les juzgará desnudos de todo lo citado, ya que será
después de la muerte cuando estarán a merced de sus jueces. También estos deberán
estar desnudos y haber muerto, y examinarán con su alma desnuda las desnudas
almas de cada hombre inmediatamente después de la muerte, cuando estén
desasistidos de todos sus parientes y hayan dejado en la tierra todos aquellos
atavíos, a fin de que la sentencia sea justa. Antes que vosotros he advertido
yo lo que me contáis y he nombrado jueces a tres hijos míos, dos de Asia,
Minos y Radamanto, y uno de Europa, Eaco. Pues bien: cuando mueran harán
justicia en la pradera, en la encrucijada de donde parten los dos caminos, el
que conduce a las islas de los bienaventurados y el que llega hasta el Tártaro.
Los muertos de Asia serán juzgados por Radamanto y los de Europa por Eaco. A
Minos le concederé el privilegio de agregar su voto cuando Radamanto o Eaco
estén indecisos, a fin de que la sentencia relativa al viaje que han de emprender
los hombres sea lo más justa posible.»
Esto es, amigo Cálicles, lo que yo tengo oído y creo que es verdad y ahora voy
exponerte las consecuencias que, según mi modo de razonar, se deducen de este
relato. La muerte, a mi entender, no es otra Cosa que el hecho de la mutua
separación de dos cosas, el cuerpo y el alma. Cuando se han separado la una de
la otra, pues, cada una de ellas conserva aproximadamente el estado que tenia
cuando el hombre vivía: el cuerpo conserva su naturaleza y en él son visibles
tanto los cuidados que se le han procurado como los daños que ha sufrido. Por
ejemplo, si el cuerpo de alguien era grande en vida suya, bien por naturaleza,
bien por alimentación, bien por ambas cosas, también es grande una vez muerta
esa persona, y si era grueso sigue siéndolo después de la muerte, y así ocurre
con lo demás. Si procuraba tener largos los cabellos, su cadáver también los
tiene. Si era carne de látigo y en vida tenía en su cuerpo cicatrices, huellas
de latigazos recibido o de heridas de otro origen, en los miembros del muerto
también pueden advertirse. Si alguien tenía en vida unas extremidades rotas o
torcidas, esas mismas se dejan ver en el cuerpo muertos. En una palabra, todo
aquello de que el hombre estaba dotado físicamente en vida está manifiesto
también en el cuerpo después de la muerte, si no en toda su integridad, casi
totalmente, durante cierto tiempo. Esto mismo, a mi entender, ocurre con el
alma, Cálicles, cuando se desnuda del cuerpo, todo en ella es ostensible, tanto
lo que la Naturaleza le dio como las impresiones que el hombre ha recibido en ella
como consecuencia de la conducta observada en cada momento. Así, pues, cuando
llegan ante el juez los de Asia, por ejemplo, ante Radamanto, éste les hace
detenerse junto a él y se dedica a contemplar una por una las almas sin saber
quién es cada una de ellas, y, con frecuencia, toma a un rey, el de Persia, por
ejemplo, o a un príncipe, y advierte que no hay nada sano en su alma, sino que
esta conserva huellas claras de latigazos y está llena de cicatrices producidas
por el perjurio y la injusticia, todo lo cual ha impreso bien bien en en cada
uno el comportamiento observado; ve que todo es tortuoso en ella por efecto de
la mentira y de la vanidad, y que nada es recto, porque ha vivido apartada de la
verdad, y está repleta de desenfreno, de molicie, de soberbia, de intemperancia
en el obrar, de desorden y de fealdad. Observado todo esto, Ridamanto le hace
sufrir la ignominia de ser enviada directamente a la prisión en que de de
cumplir el castigo que le corresponde.
Todo castigo justamente impuesto trae aparejada la corrección del delincuente y
su propio provecho, o el ejemplo que ofrece a los demás para que, al ver sufrir
al reo, sientan temor y se hagan mejores. Obtienen un beneficio al sufrir un
castigo impuesto por los dioses o por los hombres aquellos que han cometido
delitos no carentes de remedio; ahora bien: esa utilidad no la alcanzan sino por
medio de dolores y sufrimientos, tanto aquí como en el Hades, pues de otro modo
no es posible librarse de la injusticia Loa que han cometido los más atroces
delitos y a causa de ellos han llegado a ser incurables son los que sirven de
ejemplo; ellos ya no obtienen ningún beneficio, puesto que su mal carece de
remedio, pero hay otros que sí lo obtienen, los que ven a estos sufrir para
siempre a causa de sus faltas los mayores, más penosos y terribles dolores,
colgados por así decirlo, allí, en la cárcel de Hades, como ejemplo,
espectáculo y reconvención de los injustos que van llegando sucesivamente a
aquella morada. Uno de esos condenados sin remedio será, según creo, Arquelao,
sin es verdad lo que dice Polo, y los serán también cuantos sean tiranos de
esa especie. Yo creo incluso que la mayor parte de esos ejemplos son los que
ofrecen tiranos, reyes, príncipes, y, en general, los que están al frente de
las ciudades. Esos, en efecto, cometen los delitos más atroces e impíos a
causa de su poder. Y en favor de esta mía atestigua Homero, pues hace que sean
reyes, príncipes los que presenta sufriendo eternos castigos en el Hades.
Tántalo, Sísifo y Ticio; en cambio, a Tersites o a cualquier otro malvado
plebeyo nadie le ha presentado afligido por grandes castigos como condenado por
inexplicables delitos, y la verdad, en mi opinión, es que no estaba a su
alcance cometer graves injusticias y precisamente por ello fue más feliz que
los hombres que pudieron. En efecto, amigo Calicles, de los poderosos salen los
mayores malvados, si bien nada impide que entre ellos se den también hombres
buenos, aunque de hecho son pocos, y bien que merecen ser admirados, pues
difícil es, Calicles, y digno de gran alabanza el vivir dentro de la justicia
cuando se dispone de gran libertad para obrar injustamente. En Atenas y en otras
ciudades ha habido y creo que seguirá habiendo hombres intachables en lo que se
refiere a esa virtud que consiste en administrar con justicia lo que se les
confía; uno de ellos ha sido extraordinariamente famoso incluso entre los
restantes griegos, Aristídes, hijo de Lisímaco. Pero amigo mío, la mayor
parte de los hombres de poder llegan a ser malos. Pues bien; como decía, cuando
Radamanto encuentra a alguien de esa condición, no sabe nada acerca de él, ni
quién es ni quiénes son sus padres, pero sí sabe que es un malvado.
Convencido de ello, le envía al Tártaro, no sin antes ponerle una señal
indicadora de si le considera curable o incurable. Llegado a aquella morada,
sufre allí el castigo que le corresponde, Algunas veces advierte Radamanto que
un alma ha vivido piadosamente y de acuerdo con la verdad, el alma de un particular
u otro cualquiera, pero especialmente, me atrevo a afirmarlo, de un filósofo
que ha vivido dedicado a la ocupación que le es propia sin mezclarse en intriga
alguna, y entonces siente complacencia y la envía a las islas de los bienaventurados.
De igual modo obra Eaco, y tanto uno como otro tienen una varita en la mano
cuando ejercen sus funciones, Minos observa sentado y solo él empuña un cetro
de oro, como dice haberlo visto Ulises en una pasaje homérico:
dispensando justicia a los muertos, con el cetro de oro en su mano.
Yo, por mi parte, amigo Calicles, convencido por estos relatos, me dedico a
pensar en cómo me presentaré ante el juez con el alma lo más sana posible. No
hago caso, en consecuencia, de los honores que persigue la mayoría de los
hombres; busco la verdad, y de este modo procuraré vivir siendo lo mejor que
pueda y morir en las mismas circunstancias cuando llegue mi hora. Y exhorto a
todos los demás con todas mis fuerzas, y concretamente a ti - y con ello correspondo
a tu exhortación de antes- a buscar esa vida y a poner la atención en ese
juicio que, según creo, vale para todos los de la tierra juntos, y te reprocho
en perspectiva que se le presenta de no poder auxiliarte a ti mismo cuando te
llegue la hora de la justicia y del proceso que acabo de mencionarte, y sí de quedarte
no menos boquiabierto y turbado que yo aquí, cuando acudas ante el juez, ante
el hijo de Egina, y con su propia mano te lleve hacia si. Tal vez entonces
sufrirás la vergüenza de ser abofeteado y por todos los medios ultrajado.
Es probable que creas que todo esto es una fábula que cuentan, que es una
especie de faloria de vieja y quizá lo desprecies. Y en verdad que no seria
nada extraño un desprecio semejante si, buscando de algún modo, pudiéramos
encontrar cosas mejores y más verdaderas: pero lo cierto es que estás viendo
que os encontráis aquí vosotros tres, tú, Polo y Gorgias, los hombres más
sabios entre los actuales griegos, y no podéis demostrar que se deba vivir otra
vida que esa que también allá es útil, según parece de modo evidente. Lejos
de eso, en tanto que a lo largo de una conversación tan duradera los demás
principios han quedado rebatidos, solo este queda en pie, a saber: que es necesario
guardarse más de cometer injusticia que de ser víctima de ella, y que todo
hombre debe extremar sus cuidados, no en lo referente a parecer bueno, sino a
serlo, tanto en lo privado como en lo público: que si alguien llega a ser malo
en algo, debe ser castigado, y ahí está el bien que sigue en importancia al
que trae aparejado el ser justo, o sea en volver a serlo y en dar la
satisfacción debida mediante el castigo: que hay que huir de toda duración,
sea con respecto a uno mismo, sea con respecto a los demás, y tanto si estos
son pocos como si son muchos, y que, siendo así, debe emplearse siempre la
retórica y cualquier otra actividad en favor de la justicia. Así, pues. hazme
caso y sigue conmigo el camino que te ha de dar la felicidad tanto en la vida
como después de la muerte, según la razón nos indica. No te duela el que
alguien te desprecie por considerarte insensato, ni que te ultraje si le pace.
Ten, por Zeus, buen ánimo y recibe ese vergonzoso golpe de que hablabas, pues
no sufrirás ningún daño si realmente tal como es debido, un practicante de la
virtud. Después, cuando juntos nos hayamos ejercitado en en esa práctica,
entonces ya, si nos parece conveniente, nos dedicaremos a la actividad dad
política o pensaremos qué otra ocupación es de de nuestro agrado, ya que
estaremos más preparados para deliberar que ahora. Porque es vergonzoso que,
estando en la situación en que que ahora parecemos estar de modo evidente,
tengamos, no obstante, la pretensión de creer que somos algo, nosotros que
jamás tenemos la misma opinión acerca de las mismas cuestiones y, lo que es
peor, acerca de cuestiones de la mayor importancia: tal es el grado de
ignorancia en que estamos. Por tanto, sigamos a esa guía que es el razonamiento
que ha iluminado nuestras mentes, el cual nos indica que el mejor modo de vivir
es el que consiste en pasar la vida practicando la justicia y la restante virtud
hasta el último momento. Obedezcámosle, pues, e invitemos a los demás que,
por merecer tu confianza, me exhortaban a prestar acatamiento; eso no vale nada,
Calicles.
Platón. Gorgias.