SOBRE EL SOFISTA DE PLATÓN
ACTIVIDAD3
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l) Explica en que consiste el método platónico de Síntesis y Análisis. Consulta el ejemplo relacionado con el pescador de caña, así como las otras definiciones que Platón hace del Sofista al comienzo del diálogo. {Ver Apuntes} {Ver texto}.
2) En los inicios del
Sofista, Platón, suspende de repente una de las definiciones que estaba realizando del Sofista. Esta vuelve reanudarse, ahora, al finalizar el diálogo. Pues bien, en relación con todo esto responde a los siguiente: a) Explica las razones que llevan a Platón a plantear la necesidad de "suspender" la definición del Sofista.{Ver Apuntes} b) Explica las razones del porque, en estos momentos, tal definición puede ser continuada de nuevo. c) Comenta la última tabla de Definición (Síntesis y Análisis) en relación con el Sofista.{Ver Apuntes} {Ver texto}

Sofista






















































































PRIMER TEXTO

De las que le fuerzan a clasificarse en el género de los prestidigitadores.....He aquí una cosa que está bien determinada: dividir lo más pronto posible el arte que fabrica las imágenes y, descendiendo por esta madriguera, si desde el comienzo, el sofista nos hace frente, capturarlo de acuerdo con el edicto real y entregarlo al soberano, declarando nuestra captura....y si encuentra él algún escondrijo en que hundirse, seguirlo paso a paso, dividiendo sin descanso cada parte en que pueda guarnecerse, hasta tanto que quede cogido. Que, de ninguna manera, ni él ni otra cualquiera especie pueda nunca envanecerse de escapar a una persecución tan metódicamente conducida en el detalle y en su conjunto....Pues bien, prosiguiendo la división de la manera en que la hemos venido haciendo, creo advertir dos formas de la mimética....En cual de esas dos formas podemos encontrarlo es lo que no me siento aún capaz de descubrir....Así el primer arte que yo distingo en la mimética es el arte de copiar....pero se copia con un máximo de fidelidad cuando uno toma del mismo modelo sus relaciones exactas de longitud, anchura y profundidad....Lo que sucede es que no todos lo que imitan algo hacen lo mismo....Así, por ejemplo, no lo hacen los que tienen que modelar o pintar alguna obra de gran envergadura. Si ellos reproducen estas bellezas con sus verdaderas proporciones, tu sabes bien que las partes superiores se nos aparecen demasiado pequeñas y las partes inferiores demasiado grandes...Por ello, los artistas dando de lado a la verdad sacrifican las proporciones exactas para poner en lugar de ellas, en sus figuras, las proporciones que han de crear una ilusión....Pues bien, al primero de estos productos, puesto que ha copiado fielmente el objeto, le daremos el nombre de copia....y arte de copiar....Por su parte a lo que intenta abarcar plenamente proporciones más vastas, perdiendo la fidelidad de la copia....le llamaremos simulacro....presente de modo amplio en la pintura como arte del simulacro...He aquí, por tanto, dos formas en el arte de fabricación de imágenes: el arte de la copia y el arte del simulacro.....Lo que sucede es que en cuanto al problema de saber en cual de estas dos artes situar al sofista, no llego aún a percibir con claridad la solución del mismo. Este hombre está resultando un verdadero prodigio, y cogerlo a fondo es muy difícil puesto que esta vez helo ahí tan campante y bien refugiado....Y es que nos encontramos realmente ante una cuestión en sumo grado difícil; porque parecer y asemejarse sin ser, decir alguna cosa sin, no obstante, decir verdad, son formulas que están totalmente llenas de dificultad...¿Qué formula, en efecto, encontrar para decir o pensar que lo falso es real sin que al proferirla, se encuentre uno encallado y embrollado en una contradicción?....Y la audacia de una afirmación semejante se encuentra en que ella supone que el no-ser es: no es, en efecto, posible ninguna falsedad en absoluto sin esta condición.
Platón. Sofista.
Actividad3

 

































































































SEGUNDO TEXTO

¿Te das cuenta que hemos descubierto la falsedad de la opinión y del razonamiento mucho antes de lo que nosotros esperábamos? Pues bien, al tener ya, bien aclarado este punto, recordamos nuevamente nuestras anteriores divisiones por formas....Así,...hemos dividido en dos formas el arte que fabrica las imágenes: una de ellas, produce la copia, la otra produce el simulacro.....Por lo que respecta al sofista decíamos hallarnos perplejos respecto de cual era la forma en que habíamos de incluirlo......y en medio de esta perplejidad nos abrumó un vértigo de lo más tenebroso al aparecer el argumento que, frente a todos y contra todos, defiende que copia, imagen y simulacro, son cosas que no existen en absoluto, puesto que de ninguna manera, en ningún momento y en ninguna parte, existe la falsedad....Ahora, en cambio, una vez que hemos descubierto la existencia del razonamiento falso y de la opinión falsa, se deduce de ello que son posibles las imitaciones de los seres y que, de la aptitud para producir estas imitaciones, puede surgir un arte del engaño.....Esforcémonos pues, nuevamente, dividiendo en dos el género propuesto, en avanzar siguiendo siempre la parte de la derecha de nuestras divisiones, ateniéndonos a lo que de ellas ofrezcan en común con el sofista, hasta tanto que, habiendo despojado a éste de todo lo que en él haya de común a otros, no le dejemos más que su naturaleza propia.....Anteriormente, comenzamos nuestras divisiones por el arte de la producción y el arte de la adquisición....Y en el arte de la adquisición, la caza, la lucha, el negocio, o el comercio...Ahora bien, puesto que ahora lo encontramos encerrado dentro del arte mimético (arte que produce imágenes) nos es necesario dividir en dos partes el arte mismo de la producción, ya que la imitación es, en efecto, una cosa del orden mismo de la producción: producción de imágenes...Comenzamos, por tanto, distinguiendo dos partes en la producción: una divina y otra humana.....y es que es productiva toda potencia que viene él ser causa de que aquello que, anteriormente, no existía en absoluto, posteriormente comience a ser....¿No diremos que todo ha nacido en virtud de una operación divina, posteriormente a su no-ser primitivo a partir de él?... ¿O bien vamos a pensar que...la naturaleza engendra estas cosas en virtud de una causalidad espontánea, que se desenvuelve sin la ayuda de ningún pensamiento?....Pues bien, tienen sin duda una causa divina.....Por ello, sentaré que las llamadas obras de la naturaleza son obras de un arte divino, y las de los hombres son obras de un arte humano.....Por lo que hay dos géneros de producción: uno humano y otro divino...Ahora hay que dividir cada uno de ellos en otros dos...Por ejemplo, después de dividir la producción en toda su amplitud, hay que dividirla ahora en toda su longitud. De esta forma obtenemos en la producción 4 partes: dos que dicen referencia a nosotros y son humanas, y dos relativa a los dioses y son divinas....Ahora bien, si tomamos la división  en el primer sentido (divina) se separará una parte productiva de realidades y,.....productiva de imágenes.... ya que nosotros mismos y el resto de los seres vivos ....son otras tantas cosas, cuya realidad individual fue la producción y la obra de un dios....Al lado de cada una de ellas vienen a colocarse inmediatamente sus imágenes y ya no son realidades. Pues bien, la invención que creó esas imágenes es aún divina... Tenemos, pues, las dos obras de la producción divina: por una parte, la cosa misma; y por la otra, la imagen que acompaña cada cosa. Ahora bien,¿qué diremos nosotros de nuestro arte humano? ¿No habremos de afirmar que, por medio del arte del albañil, se crea la casa real y que por medio del arte del pintor, se crea otra cosa, especie de sueño que la mano del hombre presenta a unos ojos que están despiertos?....Pues bien, vemos como se repite esa dualidad de obras de nuestra acción productiva: por una parte....producción de la cosa; por otra parte, imagen, producción de imagen....Por tanto, parece evidente el tener que establecer para el arte de la producción dos formas de las que cada una es doble: por un lado, producción divina y producción humana; por otra parte, creación de cosas o creación de ciertas semejanzas....Pues bien, recordemos que esta fabricación de imágenes debía de comprender como géneros, tanto la producción de copias como la producción de simulacros, tan pronto como se demostrara que lo falso tenia ser real de falso y que contaba como una unidad entre los seres....Hecha la demostración es indiscutible nuestro derecho a considerar estos productos como dos formas distintas.....Dividamos, pues, en dos el simulacro....Este, por una parte, se hace por medio de instrumentos. Por otra parte, la persona que hace de simulacro hace ella misma de instrumento. Es decir, imaginar que alguien adapta su cuerpo a reproducir tu actitud; o adapta su voz a reproducir tu voz. Esa manera de simular es, con razón, lo que yo creo se llama propiamente imitar. Reservémonos, pues, esta parte bajo el nombre de mimética....Pero esta primera parte debe ser también considerada como doble....ya que los que imitan lo hacen, unos, conociendo el objeto que imitan, y otros sin conocerlo. Ahora bien, ¿qué principio más amplio de división podríamos poner que el de no-conocimiento y conocimiento? ... En efecto, tu configuración y tu personalidad son posibles de conocer para el que las quiera imitar....Pero, ¿en la configuración de la justicia y, en general de toda virtud? ¿No hay, acaso, muchos que sin conocerla, pero habiéndose hecho de ella una opinión,....se afanan en el falso semblante que se han forjado de ella y trabajan por hacerla aparecer en ellos como si estuviera realmente presente, imitándola lo más posible en actos y palabras?...Tenemos, pues, dos imitadores que hay que llamar distintos uno del otro: el que no sabe absolutamente nada y el que sabe....Pues bien, a la imitación que se apoya en la opinión le daremos el nombre de doxomimética; a la que se apoya sobre la ciencia, le daremos el nombre de mimética sabia...Pues bien, el sofista, no es del número de los que saben, sino del de los que se limitan a imitar.....Examinemos, pues, la doxomimética....Uno de sus personajes es el simple, que cree tener ciencia de aquello que solamente posee opinión. El otro posee una gran dosis de desconfianza, una aprehensión muy viva de ignorancia personal sobre aquellos mismos temas en que, ante los demás, se las da de sabio....En definitiva, pondremos al uno como simple imitador, y al otro como imitador irónico....Respecto a este último género....lo examino y advierto dos clases de hombres. Al uno lo veo capaz de practicar esta ironía en reuniones públicas....mientras que el otro, en las reuniones privadas, mediante argumentos breves, fuerza a su interlocutor a que se contradiga a si mismo...Pues bien, el hombre de las reuniones públicas y los discursos largos, le denominamos orador popular...Al otro, ¿lo llamaremos sabio o sofista? Es imposible que sea sabio, puesto que hemos establecido que no sabe nada.....Por ello, nos es preciso decir: este, verdaderamente, en su absoluta realidad nuestro sofista un imitador del sabio.
Platón. Sofista.

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