La intención aparente
de este diálogo es DEFINIR
LO QUE EL SOFISTA "es".
La intención real, sin embargo, es la de realizar
un estudio detallado de lo que Platón denomina
los GÉNEROS
MAYORES (
ser, reposo, movimiento ) y, a partir de tal análisis
explicitar lo que él entiende por el problema de
las RELACIONES
ENTRE LO UNO Y LO MÚLTIPLE,
aspecto fundamental para entender en toda su
dimensión la teoría de las ideas.
El diálogo comienza exponiendo algunos ejemplos
que ayudan a comprender como Platón entendía el CONCEPTO
DE DEFINICIÓN
como PROCESO
DE SÍNTESIS
( situación del objeto en su genero ) y ANÁLISIS
o DIVISIÓN
( a partir
de las semejanzas y diferencias del objeto con el
género, para llegar a lo que se quiere definir ).
La interrupción en tal análisis le llevará a
reflexionar sobre la naturaleza del no-ser y
del ser presente en Parménides
y otros filósofos presocráticos. La perplejidad
en la que desemboca, tras su análisis, le conduce
al estudio de los denominados géneros mayores
(ser, reposo y movimiento) y a demostrar que la falsedad
no se identifica realmente con el no-ser,
tal como el sofista pensaba. Esa conclusión le
permitirá llevar a cabo su última definición
del sofista al que acabará definiendo como mero
creador de simulacros e ignorante que se
las da de sabio.
El Sofista hay que situarlo en relación
con los denominados Diálogos críticos (
370-347a. de Cristo ), junto con el Parménides,
Teeteto, Político, Timeo,
Critias, Filebo
y Leyes. En este tipo de diálogos, Platón,
adopta a veces un tono autocrítico frente a sus
antiguas concepciones y el aspecto ontológico de
la teoría de las ideas pierde importancia frente
a su aspecto lógico. Por otra parte, Sócrates
deja de ser el personaje central.
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