EL REINO DE LOS FINES

La concepción kantiana de los seres racionales como fines le lleva a tener que hablar de lo que denomina como REINO DE LOS FINES. Sobre tal concepto comienza señalando lo siguiente: entiendo por reino la unión sistemática de seres racionales mediante leyes comunes. Y dado que las leyes comunes tienen en cuenta las relaciones de los hombres que, a su vez, son fines en sí, lo lógico es que Kant llame al conjunto como Reino de los Fines. Según Kant, un ser racional puede pertenecer a ese reino de dos modos distintos: 1º) Como MIEMBRO. 2º) Como SOBERANO. Como miembro  quiere decir que participa del reino de los fines como un hacedor de leyes, pero, al mismo tiempo,  también está sometido a ellas. Como soberano ya que al legislar su voluntad no está sometida a nada ni a nadie. Es en este contexto cuando, Kant, vuelve a formular el imperativo categórico del modo siguiente: obra de tal modo como si mediante tus máximas fueras un miembro - legislador en un reino de fines.  En definitiva, del mismo modo que hablamos de un reino de las leyes físicas para la naturaleza, también habría que hablar, según Kant, de un ideal reino de leyes morales que actúan en relación con la vida práctica del ser humano.  En el reino de los fines, además, no priman los precios comerciales sino los valores internos, es decir, la dignidad.

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