Humano, demasiado humano

INTRODUCCIÓN
Dedicatoria
En lugar Prefacio
Prefacio

PRIMERA PARTE
De las cosas primeras y últimas

SEGUNDA PARTE
Para la historia de los sentimientos morales

TERCERA PARTE
La vida religiosa

CUARTA  PARTE
Del alma de los artistas y escritores

QUINTA PARTE
Indicios de cultura superior e inferior

SEXTA PARTE
El hombre en el trato

SEPTIMA PARTE
Mujer e hijo

OCTAVA PARTE
Una ojeada al Estado

NOVENA PARTE
El hombre a solas consigo

NIETZSCHE
TEST
PRINCIPAL

El 30 de abril de 1876, Malwida von Meysemburg, invita a Nietzsche a pasar un año en Italia. Nietzsche, aludiendo  problemas de salud  y  necesidades de investigación, solicita una año sabático a  la Universidad de Basilea. En septiembre de 1876 emprende viaje, junto a  Paul Rée, hacia Génova. Desde allí,  los dos amigos y Albert Brenner, se dirigen hacia Nápoles. Al final, tanto  Nietzsche, como Malwida, Brenner y Rée, deciden hospedarse en Sorrento [lugar de la foto] en la ya famosa Villa Rubinacci. En Sorrento, Nietzsche, decide tomar el aforismo como medio de expresión literaria. Alli medita y elabora, en su cuaderno de notas, la mayoría de los aforismos que se nos muestran en Humano, demasiado humano. En esta obra, mitad de ruptura y mitad de iniciación,  Nietzsche, decide romper con la metafísica de Schopenhauer y con el romanticismo de Wagner para dar entrada a nuevos espíritus libres, al modo de Voltaire, que le ayuden a descubrir y dar salida al mundo que Nietzsche percibe llevar dentro. Con la publicación de Humano, demasiado humano, Nietzsche, deja de ser un panegirísta, al modo que se nos muestra en el Nacimiento de la tragedia, para convertirse en un denunciante. Ello le llevará al repudio de los Wagner que le tachan de traidor. Y es que Nietzsche ha decidido, con Humano, demasiado humano, denunciar el idealismo de las buenas formas y modales, con que sus contemporaneos se acomodaban a la realidad,  y clamar con fuerza que tal idealismo le es ajeno y que en dónde los demás ven cosas ideales, él ve sólo lo humano ¡Si, sólo demasiado humano!. Pero con esta obra, Nietzsche, no sólo conmueve los cimientos del convencionalismo social de su tiempo sino que ataca tambien sus valores fundamentales e intenta derribarlos. Por ejemplo, en los tres primeros capítulos De las cosas primeras y últimas, Para la historia de los sentimientos morales y La vida religiosa, Nietzsche, no solamente  examina criticamente, sino que intenta tambien derrumbar las convecciones morales y religiosas de su época. No es de extrañar, por tanto, que, en este caso, decida colocarse, como máscara, la de un  león depredador del desierto que vaga cruel y deseoso, ya en esta época, de llevar a cabo una inversión de valores, o, al menos, realizar tal grado de depredación que quede asi el camino abierto para los espíritus libres del mañana.  Una pregunta inquietante surge ahora: ¿Ha llegado ya ese mañana? ¿Dónde los espíritus libres?